43 Versículo de la Biblia sobre Inferioridad
Versículos Más Relevantes
Entonces le respondió: Ahora pues, Señor mío, ¿con qué he de salvar a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre.
Mas yo soy gusano, y no varón; oprobio de los hombres, y desecho del pueblo.
Y estuve yo con vosotros con flaqueza, y mucho temor y temblor.
Y los criados de Saúl hablaron estas palabras a los oídos de David. Y David dijo: ¿Os parece a vosotros que es poco ser yerno del rey, siendo yo un hombre pobre y de ninguna estima?
Oye, oh Dios nuestro, que somos en menosprecio, y vuelve el baldón de ellos sobre su cabeza, y dalos en despojo en la tierra de su cautiverio.
Porque todos ellos nos infundían miedo, diciendo: Se debilitarán las manos de ellos en la obra, y no será hecha. Esfuerza pues mis manos, oh Dios.
Ten misericordia de mí, oh SEÑOR, que estoy en angustia; se han carcomido de pesar mis ojos, mi alma, y mis entrañas. Porque se ha acabado mi vida con dolor, y mis años con suspiro; se ha enflaquecido mi fuerza a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido.
Yo soy pobre y menesteroso; apresúrate a mí, oh Dios. Ayuda mía y mi libertador eres tú; oh SEÑOR, no te detengas.
No vuelva avergonzado el abatido; el pobre y el menesteroso alabarán tu Nombre.
Inclina, oh SEÑOR, tu oído, y óyeme; porque estoy pobre y menesteroso.
Porque yo soy pobre y necesitado; y mi corazón está herido dentro de mí.
DALET Se apegó con el polvo mi alma, vivifícame según tu palabra.
Las calzadas serán deshechas; cesaron los caminantes; anuló la alianza, aborreció las ciudades, tuvo en nada los hombres.
¿Por ventura es este hombre Conías un ídolo vil, quebrado? ¿Es vaso con quien nadie se deleita? ¿Por qué fueron arrojados, él y su generación; fueron echados a tierra que no conocieron?
Caf: Todo su pueblo buscó su pan suspirando; dieron por la comida todas sus cosas preciosas, para entretener la vida. Mira, oh SEÑOR, y ve que soy tornada vil.
Por tanto, yo también os torné viles y bajos a todo el pueblo, como vosotros no guardasteis mis caminos, y en la ley tenéis acepción de personas.
Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; que siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, el SEÑOR de los ejércitos.
Bienaventurados los pobres en espíritu; porque de ellos es el Reino de los cielos.
Lo cual viendo Simón Pedro, se derribó de rodillas a Jesús, diciendo: Apartate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.
Entonces dijo David a Natán: Pequé contra el SEÑOR. Y Natán dijo a David: También el SEÑOR ha remitido tu pecado; no morirás.
Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en el polvo y en la ceniza.
SEÑOR, no me reprendas en tu furor, ni me castigues en tu ira. Porque tus saetas descendieron en mí, y sobre mí ha descendido tu mano. No hay sanidad en mi carne a causa de tu ira; ni hay paz en mis huesos a causa de mi pecado.Leer más.
Porque mis iniquidades han sobrepasado mi cabeza; como carga pesada se han agravado sobre mí. Se pudrieron y se corrompieron mis llagas, a causa de mi locura. Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera, ando enlutado todo el día. Porque mis caderas están llenas de ardor, y no hay sanidad en mi carne. Estoy debilitado y molido en gran manera; bramo a causa del alboroto de mi corazón. Señor, delante de ti están todos mis deseos; y mi suspiro no te es oculto. Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor; y aun la misma luz de mis ojos no está conmigo. Mis amigos y mis compañeros se quitaron de delante de mi plaga; y mis cercanos se pusieron lejos. Y los que buscaban mi alma armaron lazos; y los que procuraban mi mal hablaban calamidades, y todo el día meditaban fraudes. Mas yo, como si fuera sordo no oía; y estaba como un mudo, que no abre su boca. Fui pues como un hombre que no oye, y que en su boca no tiene reprensiones. Porque a ti, oh SEÑOR, he esperado; tú responderás, SEÑOR Dios mío. Porque dije: Que no se alegren de mí; ni cuando mi pie resbalare, se engrandezcan sobre mí. Porque yo estoy a punto de claudicar, y mi dolor está delante de mí continuamente. Por tanto denunciaré mi iniquidad; me acongojaré por mi pecado. Porque mis enemigos son vivos y fuertes; y se han aumentado los que me aborrecen sin causa; y pagando mal por bien me son contrarios, por seguir yo lo bueno. No me desampares, oh SEÑOR; Dios mío, no te alejes de mí. Apresúrate a ayudarme, Señor de mi salvación.
Porque yo reconozco mis rebeliones; y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; para que seas reconocido justo en tu palabra, y puro en tu juicio. He aquí, el dolor de mi iniquidad me ha hecho revolcar; mi madre me concibió para que el pecado fuera removido de mí.
Y cuando yo le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; YO SOY el primero y el último;
Porque tú dices: Yo soy rico, y estoy enriquecido, y no tengo necesidad de ninguna cosa; y no conoces que tú eres un desventurado y miserable y pobre y ciego y desnudo;
Pero ahora el SEÑOR habló, diciendo: Dentro de tres años, como cuenta los años un jornalero, será abatida la gloria de Moab, con toda su gran multitud; y sus residuos serán pocos, pequeños, y no fuertes.
Porque he aquí que pequeño te he puesto entre los gentiles, menospreciado entre los hombres.
En comparación de los otros reinos será humilde; ni más se alzará sobre las naciones; porque yo los disminuiré, para que no se enseñoreen en los gentiles.
También tengo corazón como vosotros; no soy yo menos que vosotros; ¿y quién habrá que no pueda decir otro tanto?
Ninguno tenga en poco tu juventud; mas sé ejemplo de los fieles en palabra, en conversación, en caridad, en espíritu, en fe, en limpieza.
El discípulo no es sobre su maestro; mas cualquiera que fuere como el maestro, será perfecto.
El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor.
De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su Señor, ni el apóstol es mayor que el que le envió.
Acordaos de la palabra que yo os he dicho: No es el siervo mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.
Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí la Iglesia de Dios.
A mí, digo, el más pequeño de todos los santos, es dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el Evangelio de las inescrutables riquezas del Cristo,
Y les dice: Cualquiera que recibiere este niño en mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibiere a mí, recibe al que me envió; porque el que fuere el menor entre todos vosotros, éste será grande.
De cierto os digo, que no se levantó entre los que nacen de mujer otro mayor que Juan el Bautista; mas el que es más pequeño en el Reino de los cielos, mayor es que él.
Porque os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; mas el más pequeño en el Reino de Dios es mayor que él.
De manera que cualquiera que desatare uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare a los hombres, muy pequeño será llamado en el Reino de los cielos; mas cualquiera que los hiciere y los enseñare, éste será llamado grande en el Reino de los cielos.
Palabra fiel y digna de ser recibida de todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Cristo Jesús mostrara primero en mí, toda su clemencia, para ejemplo de los que habían de creer en él para vida eterna.
Y después de ti se levantará otro reino menor que tú; y otro tercer reino de bronce, el cual se enseñoreará de toda la tierra.