19 Versículo de la Biblia sobre los principados

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los aires.

Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y estar firmes, habiendo acabado todo.

Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.

Sobre todo principado, y potestad, y potencia, y señorío, y todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, mas aun en el venidero:

Y despojando los principados y las potestades, sacólos á la vergüenza en público, triunfando de ellos en sí mismo.

Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora notificada por la iglesia á los principados y potestades en los cielos,

Y en él estáis cumplidos, el cual es la cabeza de todo principado y potestad:

Por lo cual estoy cierto que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,

El cual está á la diestra de Dios, habiendo subido al cielo; estando á él sujetos los ángeles, y las potestades, y virtudes.

Porque por él fueron criadas todas las cosas que están en los cielos, y que están en la tierra, visibles é invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fué criado por él y para él.

Di al rey y á la reina: Humillaos, sentaos en tierra; porque la corona de vuestra gloria bajó de vuestras cabezas.

AMONÉSTALES que se sujeten á los príncipes y potestades, que obedezcan, que estén prontos á toda buena obra.

Y juntamente nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los cielos con Cristo Jesús,

¿Quién nos apartará del amor de Cristo? tribulación? ó angustia? ó persecución? ó hambre? ó desnudez? ó peligro? ó cuchillo?

He aquí os doy potestad de hollar sobre las serpientes y sobre los escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.

TODA alma se someta á las potestades superiores; porque no hay potestad sino de Dios; y las que son, de Dios son ordenadas.

La que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de gloria:

Pues aun con las piedras del campo tendrás tu concierto, Y las bestias del campo te serán pacíficas.