39 Versículo de la Biblia sobre la guerra espiritual

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los aires.

(Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas;)

Y tomad el yelmo de salud, y la espada del Espíritu; que es la palabra de Dios;

Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que, conforme á las profecías pasadas de ti, milites por ellas buena milicia;

Quien enseña mis manos para la batalla, Y será quebrado con mis brazos el arco de acero.

Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne.

Orando en todo tiempo con toda deprecación y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda instancia y suplicación por todos los santos,

Ruego pues, que cuando estuviere presente, no tenga que ser atrevido con la confianza con que estoy en ánimo de ser resuelto para con algunos, que nos tienen como si anduviésemos según la carne.

Porque la carne codicia contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne: y estas cosas se oponen la una á la otra, para que no hagáis lo que quisieres.

Y calzados los pies con el apresto del evangelio de paz;

Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.

El hombre sabio es fuerte; Y de pujante vigor el hombre docto.

Si fueres flojo en el día de trabajo, Tu fuerza será reducida.

Por lo demás, hermanos míos, confortaos en el Señor, y en la potencia de su fortaleza.

Salva, Jehová: Que el Rey nos oiga el día que lo invocáremos.

El caballo se apareja para el día de la batalla: Mas de Jehová es el salvar.

Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y estar firmes, habiendo acabado todo.

Al Músico principal: Salmo de David. OIGATE Jehová en el día de conflicto; Defiéndate el nombre del Dios de Jacob.

Martillo me sois, y armas de guerra; y por medio de ti quebrantaré gentes, y por medio de ti desharé reinos;

No hay sabiduría, ni inteligencia, Ni consejo, contra Jehová.

El oído que oye, y el ojo que ve, Ambas cosas ha igualmente hecho Jehová.

Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se apercibirá á la batalla?

Estos confían en carros, y aquéllos en caballos: Mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria.

Sobre todo, tomando el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.

Y estando prestos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia fuere cumplida.

Haga memoria de todos tus presentes, Y reduzca á ceniza tu holocausto. (Selah.)

Y dijo al pueblo: Pasad, y rodead la ciudad; y los que están armados pasarán delante del arca de Jehová.

Y Josué mandó al pueblo, diciendo: Vosotros no daréis grita, ni se oirá vuestra voz, ni saldrá palabra de vuestra boca, hasta el día que yo os diga: Gritad: entonces daréis grita.

Y serán como valientes, que en la batalla pisan al enemigo en el lodo de las calles; y pelearán, porque Jehová será con ellos; y los que cabalgan en caballos serán avergonzados.

Estad pues firmes, ceñidos vuestros lomos de verdad, y vestidos de la cota de justicia.

Mas el príncipe del reino de Persia se puso contra mí veintiún días: y he aquí, Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y yo quedé allí con los reyes de Persia.

Viendo pues Joab que había escuadrones delante y detrás de él, entresacó de todos los escogidos de Israel, y púsose en orden contra los Siros.

¿O cuál rey, habiendo de ir á hacer guerra contra otro rey, sentándose primero no consulta si puede salir al encuentro con diez mil al que viene contra él con veinte mil?

Destruyendo consejos, y toda altura que se levanta contra la ciencia de Dios, y cautivando todo intento á la obediencia, de Cristo;

El que cierra su oído al clamor del pobre, También él clamará, y no será oído.