'Al' en la Biblia
- 1.Gé 1:10-Gé 32:17
- 2.Gé 32:19-Éx 9:29
- 3.Éx 9:30-Éx 23:17
- 4.Éx 23:20-Levítico 4:18
- 5.Levítico 4:25-Levítico 22:3
- 6.Levítico 22:14-Números 9:10
- 7.Números 9:11-Números 23:14
- 8.Números 23:16-Deuteronomio 4:49
- 9.Deuteronomio 5:5-Deuteronomio 24:15
- 10.Deuteronomio 24:17-Josué 8:23
- 11.Josué 8:29-Josué 24:23
- 12.Josué 24:24-Jueces 17:3
- 13.Jueces 17:4-1 Samuel 10:22
- 14.1 Samuel 10:24-1 Samuel 23:24
- 15.1 Samuel 23:28-2 Samuel 15:21
- 16.2 Samuel 15:23-1 Reyes 2:18
- 17.1 Reyes 2:19-1 Reyes 18:7
- 18.1 Reyes 18:10-2 Reyes 7:19
- 19.2 Reyes 8:1-2 Reyes 23:35
- 20.2 Reyes 24:7-1 Crónicas 29:21
- 21.1 Crónicas 29:24-2 Crónicas 23:12
- 22.2 Crónicas 23:13-Esdras 4:4
- 23.Esdras 4:6-Ester 4:11
- 24.Ester 4:16-Job 39:6
- 25.Job 39:10-Salmos 46:2
- 26.Salmos 46:5-Salmos 104:8
- 27.Salmos 104:22-Proverbios 2:17
- 28.Proverbios 3:7-Proverbios 28:9
- 29.Proverbios 28:16-Isaías 19:21
- 30.Isaías 19:22-Isaías 60:19
- 31.Isaías 60:20-Jeremías 30:16
- 32.Jeremías 31:6-Jeremías 51:46
- 33.Jeremías 52:7-Ezequiel 31:17
- 34.Ezequiel 32:27-Ezequiel 48:17
- 35.Ezequiel 48:22-Oseas 5:4
- 36.Oseas 5:13-Sofonías 2:14
- 37.Sofonías 3:3-Mateo 9:6
- 38.Mateo 9:12-Mateo 26:74
- 39.Mateo 27:12-Marcos 12:30
- 40.Marcos 12:33-Lucas 8:55
- 41.Lucas 9:5-Lucas 24:1
- 42.Lucas 24:5-Juan 15:6
- 43.Juan 15:16-Hechos 7:39
- 44.Hechos 7:41-Hechos 21:31
- 45.Hechos 21:32-Romanos 10:6
- 46.Romanos 10:7-Filipenses 2:30
- 47.Filipenses 3:6-Santiago 5:15
- 48.1 Pedro 1:11-Apocalipsis 20:3
- 49.Apocalipsis 20:10-Apocalipsis 22:14
Y el SEÑOR herirá a Egipto; herirá pero sanará; y ellos volverán al SEÑOR, y El les responderá y los sanará.
Traed agua para el sediento, habitantes de la tierra de Tema, salid con pan al encuentro del fugitivo.
Pues hay un día de pánico, servidumbre y confusión de parte del Señor, DIOS de los ejércitos, en el valle de la visión, un derribar de murallas y un clamor al monte.
Hicisteis un depósito entre las dos murallas para las aguas del estanque viejo. Pero no confiasteis en el que lo hizo, ni considerasteis al que hace mucho tiempo lo planeó.
Pero el SEÑOR de los ejércitos me reveló al oído: Ciertamente esta iniquidad no os será perdonada hasta que muráis --dice el Señor, DIOS de los ejércitos.
Y acontecerá en aquel día que Tiro será olvidada por setenta años, como los días de un rey. Al cabo de los setenta años le sucederá a Tiro como {en} la canción de la ramera:
Y sucederá al cabo de los setenta años que el SEÑOR visitará a Tiro. Entonces ella regresará a su paga de ramera, y se prostituirá con todos los reinos sobre la faz de la tierra.
Y sus ganancias y su paga de ramera serán consagradas al SEÑOR; no serán almacenadas ni acumuladas, sino que su ganancia llegará a ser suficiente alimento y vestidura selecta para aquellos que habiten en la presencia del SEÑOR.
Le sucederá lo mismo al pueblo será como al sacerdote, al siervo como a su amo, a la doncella como a su ama, al comprador como al vendedor, al que presta como al que toma prestado, al acreedor como al deudor.
Por tanto, glorificad al SEÑOR en el oriente, el nombre del SEÑOR, Dios de Israel, en las costas del mar.
Desde los confines de la tierra oímos cánticos: Gloria al Justo. Mas yo digo: ¡Pobre de mí! ¡Pobre de mí! ¡Ay de mí! Los pérfidos obran con perfidia, con mucha perfidia obran los pérfidos.
Y sucederá en aquel día, que el SEÑOR castigará al ejército de lo alto en lo alto, y a los reyes de la tierra en la tierra.
Al de firme propósito guardarás en perfecta paz, porque en ti confía.
{Aunque} se le muestre piedad al impío, no aprende justicia; obra injustamente en tierra de rectitud, y no ve la majestad del SEÑOR.
Como la mujer encinta, al acercarse el {momento de} dar a luz, se retuerce {y} grita en sus dolores de parto, así éramos nosotros delante de ti, oh SEÑOR.
Estábamos encinta, nos retorcíamos {en los dolores,} dimos a luz, al parecer, {sólo} viento. No logramos liberación para la tierra, ni nacieron habitantes del mundo.
Aquel día el SEÑOR castigará con su espada feroz, grande y poderosa, a Leviatán, serpiente huidiza, a Leviatán, serpiente tortuosa, y matará al dragón que {vive} en el mar.
Sucederá también en aquel día que se tocará una gran trompeta, y los que perecían en la tierra de Asiria y los desterrados en la tierra de Egipto, vendrán y adorarán al SEÑOR en el monte santo en Jerusalén.
También estos se tambalean por el vino y dan traspiés por el licor: el sacerdote y el profeta por el licor se tambalean, están ofuscados por el vino, por el licor dan traspiés; vacilan en {sus} visiones, titubean {al pronunciar} juicio.
al cual había dicho: Aquí hay reposo, dad reposo al cansado; y: Aquí hay descanso. Pero no quisieron escuchar.
Y toda la visión será para vosotros como las palabras de un libro sellado, que cuando se le da al que sabe leer, diciéndole: Lee esto, por favor; y él dirá: No puedo, porque está sellado.
Entonces el libro será dado al que no sabe leer, diciéndole: Lee esto, por favor; y él dirá: No sé leer.
¿Ay de los que van muy hondo para esconder sus planes al SEÑOR, y realizan sus obras en tinieblas y dicen: ¿Quién nos ve, o quién nos conoce?
¿Qué equivocación la vuestra! ¿Es acaso el alfarero como el barro, para que lo que está hecho diga a su hacedor: El no me hizo; o lo que está formado diga al que lo formó: El no tiene entendimiento?
los que hacen que una persona sea acusada por una palabra, tienden lazos al que juzga en la puerta, y defraudan al justo con vanos argumentos.
porque cuando vea a sus hijos, la obra de mis manos, en medio suyo, ellos santificarán mi nombre; ciertamente, santificarán al Santo de Jacob, y tendrán temor al Dios de Israel.
Los que descienden a Egipto sin consultarme, para refugiarse al amparo de Faraón, y buscar abrigo a la sombra de Egipto.
Tendréis cánticos como en la noche en que celebráis la fiesta, y alegría de corazón como cuando uno marcha al son de la flauta, para ir al monte del SEÑOR, a la Roca de Israel.
Y cada golpe de la vara de castigo que el SEÑOR descargue sobre ella, será al son de panderos y liras; y en batallas, blandiendo armas, El peleará contra ellos.
¿Ay de los que descienden a Egipto por ayuda! En los caballos buscan apoyo, y confían en los carros porque son muchos, y en los jinetes porque son muy fuertes, pero no miran al Santo de Israel, ni buscan al SEÑOR.
Ya no se llamará noble al necio, ni al tramposo se le dirá generoso.
Pues el necio habla necedades, y su corazón se inclina hacia el mal, para practicar la impiedad y hablar falsedad contra el SEÑOR, para mantener con hambre al hambriento y para privar de bebida al sediento.
En cuanto al tramposo, sus armas son malignas; trama designios perversos para destruir con calumnias a los afligidos, aun cuando el necesitado hable lo que es justo.
¿Cuán bienaventurados seréis vosotros los que sembráis junto a todas las aguas, y dejáis sueltos al buey y al asno!
Al estruendo del tumulto los pueblos huyen; al levantarte tú las naciones se dispersan;
Las calzadas están desiertas, el transeúnte ya no pasa; ha quebrantado el pacto, ha despreciado las ciudades, no tiene en estima al hombre.
Tus ojos contemplarán al Rey en su hermosura, verán una tierra muy lejana.
No verás más al pueblo feroz, pueblo de habla incomprensible, que nadie entiende, de lengua tartamuda, que nadie comprende.
Ningún habitante dirá: Estoy enfermo; al pueblo que allí habita, le será perdonada {su} iniquidad.
Y el rey de Asiria envió desde Laquis a Jerusalén, al Rabsaces con un gran ejército, contra el rey Ezequías. Y se colocó junto al acueducto del estanque superior {que está} en la calzada del campo del Batanero.
Entonces Eliaquim, Sebna y Joa dijeron al Rabsaces: Te rogamos que hables a tus siervos en arameo porque nosotros {lo} entendemos, y no nos hables en la lengua de Judá a oídos del pueblo que está sobre la muralla.
Envió entonces a Eliaquim, mayordomo de la casa {real,} con el escriba Sebna y los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, al profeta Isaías, hijo de Amoz.
``Tal vez el SEÑOR tu Dios oirá las palabras del Rabsaces, a quien su señor, el rey de Asiria, ha enviado para injuriar al Dios vivo, y {lo} reprenderá por las palabras que el SEÑOR tu Dios ha oído. Eleva, pues, una oración por el remanente que aún queda."
Entonces el Rabsaces volvió y halló al rey de Asiria peleando contra Libna, pues había oído que {el rey} había partido de Laquis.
Inclina, oh SEÑOR, tu oído y escucha; abre, oh SEÑOR, tus ojos y mira; escucha todas las palabras que Senaquerib ha enviado para injuriar al Dios vivo.
y han echado sus dioses al fuego, porque no eran dioses, sino obra de manos de hombre, de madera y piedra; por eso los han destruido.
`Por mano de tus siervos has injuriado al Señor, y has dicho: ``Con mis numerosos carros yo subí a las cumbres de los montes, a las partes más remotas del Líbano, y corté sus altos cedros {y} sus mejores cipreses; iré a su más alta cima, a su más frondoso bosque.
Entonces Ezequías volvió su rostro hacia la pared y oró al SEÑOR,
Dije: No veré al SEÑOR, al SEÑOR en la tierra de los vivientes; no veré más hombre alguno entre los habitantes del mundo.
Entonces el profeta Isaías vino al rey Ezequías, y le dijo: ¿Qué han dicho esos hombres y de dónde han venido a ti? Y Ezequías respondió: Han venido a mí de un país lejano, de Babilonia.
Hablad al corazón de Jerusalén y decidle a voces que su lucha ha terminado, que su iniquidad ha sido quitada, que ha recibido de la mano del SEÑOR el doble por todos sus pecados.
Una voz clama: Preparad en el desierto camino al SEÑOR; allanad en la soledad calzada para nuestro Dios.
¿Quién guió al Espíritu del SEÑOR, o como consejero suyo le enseñó?
He aquí, las naciones son como gota en un cubo, y son estimadas como grano de polvo en la balanza; he aquí, El levanta las islas como al polvo fino.
El da fuerzas al fatigado, y al que no tiene fuerzas, aumenta el vigor.
¿Quién ha levantado del oriente al que El llama en justicia a sus pies? Ante El entrega naciones, y a reyes somete. Los deja como polvo con su espada, como hojarasca dispersa con su arco.
El artífice anima al fundidor, {y} el que alisa a martillo al que bate el yunque, diciendo de la soldadura: Está bien. Entonces asegura {su obra} con clavos, {para que} no se mueva.
Así dice Dios el SEÑOR, que crea los cielos y los extiende, que afirma la tierra y lo que de ella brota, que da aliento al pueblo que hay en ella, y espíritu a los que por ella andan:
Cantad al SEÑOR un cántico nuevo, {cantad} su alabanza desde los confines de la tierra, los que descendéis al mar y cuanto hay en él, las islas y sus moradores.
Den gloria al SEÑOR, y proclamen en las costas su alabanza.
¿Quién entregó a Jacob al despojo, y a Israel a los saqueadores? ¿No fue el SEÑOR, contra quien pecamos? En sus caminos no quisieron andar, ni obedecieron su ley.
Diré al norte: ``Entréga{los;}" y al sur: ``No {los} retengas." Trae a mis hijos desde lejos y a mis hijas desde los confines de la tierra,
Sacad al pueblo ciego, aunque tiene ojos, y a los sordos, aunque tienen oídos.
Por tanto, profanaré a los príncipes del santuario, y entregaré a Jacob al anatema y a Israel al oprobio.
El que dice de Ciro: ``{El es} mi pastor, y él cumplirá todos mis deseos", y dice de Jerusalén: ``Será reedificada", y al templo: ``Serán echados tus cimientos."
¿Ay del que contiende con su Hacedor, el tiesto entre los tiestos de tierra! ¿Dirá el barro al alfarero: ``Qué haces"? ¿O tu obra {dirá:} ``El no tiene manos"?
¿Ay de aquel que diga al padre: `` ¿Qué engendras?" O a la mujer: `` ¿Qué das a luz?"
Yo hice la tierra y creé al hombre sobre ella. Yo extendí los cielos con mis manos, y di órdenes a todo su ejército.
Yo llamo del oriente un ave de rapiña, {y} de tierra lejana al hombre de mi propósito. En verdad he hablado, ciertamente haré que suceda; {lo} he planeado, así lo haré.
Así dice el SEÑOR, el Redentor de Israel, el Santo suyo, al despreciado, al aborrecido de la nación, al siervo de gobernantes: {Lo} verán reyes y se levantarán, príncipes, y se postrarán, a causa del SEÑOR que es fiel, del Santo de Israel que te ha escogido.
Todavía te dirán al oído los hijos de los que fuiste privada: ``El lugar es muy estrecho para mí; hazme sitio para que yo more {aquí}."
¿Se le podrá quitar la presa al poderoso, o rescatar al cautivo del tirano?
El Señor DIOS me ha dado lengua de discípulo, para que yo sepa sostener con una palabra al fatigado. Mañana tras mañana {me} despierta, despierta mi oído para escuchar como los discípulos.
¿Quién hay entre vosotros que tema al SEÑOR, que oiga la voz de su siervo, que ande en tinieblas y no tenga luz? Confíe en el nombre del SEÑOR y apóyese en su Dios.
Escuchadme, vosotros que seguís la justicia, los que buscáis al SEÑOR. Mirad la roca de donde fuisteis tallados, y la cantera de donde fuisteis excavados.
Despierta, despierta, vístete de poder, oh brazo del SEÑOR; despierta como en los días de antaño, en las generaciones pasadas. ¿No eres tú el que despedazó a Rahab, el que traspasó al dragón?
Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú que temes al hombre mortal, y al hijo del hombre que como hierba es tratado?
¿Has olvidado al SEÑOR, tu Hacedor, que extendió los cielos y puso los cimientos de la tierra, para que estés temblando sin cesar todo el día ante la furia del opresor, mientras éste se prepara para destruir? Pero ¿dónde está la furia del opresor?
y he puesto mis palabras en tu boca, y con la sombra de mi mano te he cubierto al establecer los cielos, poner los cimientos de la tierra y decir a Sion: ``Tú eres mi pueblo."
Porque así dice el Señor DIOS: Mi pueblo descendió a Egipto al principio para residir allí; después los asirios sin motivo los oprimieron.
Fue oprimido y afligido, pero no abrió su boca; como cordero que es llevado al matadero, y como oveja que ante sus trasquiladores permanece muda, no abrió El su boca.
He aquí, yo he creado al herrero que sopla las brasas en el fuego y saca una herramienta para su trabajo; yo he creado al devastador para destruir.
Buscad al SEÑOR mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cerca.
Abandone el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al SEÑOR, que tendrá de él compasión, al Dios nuestro, que será amplio en perdonar.
Porque como descienden de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelven allá sino que riegan la tierra, haciéndola producir y germinar, dando semilla al sembrador y pan al que come,
Que el extranjero que se ha allegado al SEÑOR, no diga: Ciertamente el SEÑOR me separará de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí, soy un árbol seco.
Y a los extranjeros que se alleguen al SEÑOR para servirle, y para amar el nombre del SEÑOR, para ser sus siervos, a todos los que guardan el día de reposo sin profanarlo, y se mantienen firmes en mi pacto,
Has ido al rey con ungüento, y has multiplicado tus perfumes; has enviado tus emisarios a gran distancia, y {los} has hecho descender al Seol.
poniendo alabanza en los labios. Paz, paz al que está lejos y al que está cerca --dice el SEÑOR-- y yo lo sanaré.
¿Es ése el ayuno que yo escogí para que un día se humille el hombre? ¿Es acaso para que incline su cabeza como un junco, y para que se acueste en cilicio y ceniza? ¿Llamaréis a esto ayuno y día acepto al SEÑOR?
¿No es para que partas tu pan con el hambriento, y recibas en casa a los pobres sin hogar; para que cuando veas al desnudo lo cubras, y no te escondas de tu semejante?
y si te ofreces al hambriento, y sacias el deseo del afligido, entonces surgirá tu luz en las tinieblas, y tu oscuridad {será} como el mediodía.
Si por causa del día de reposo apartas tu pie para no hacer lo que te plazca en mi día santo, y llamas al día de reposo delicia, al {día} santo del SEÑOR, honorable, y lo honras, no siguiendo tus caminos, ni buscando tu placer, ni hablando de {tus propios} asuntos,
Sus pies corren al mal, y se apresuran a derramar sangre inocente; sus pensamientos son pensamientos de iniquidad, desolación y destrucción hay en sus caminos.
Vamos palpando la pared como ciegos, y andamos a tientas como los que no tienen ojos; tropezamos al mediodía como al anochecer, entre los robustos {somos} como muertos.
transgredir y negar al SEÑOR, apartarse de nuestro Dios, hablar de opresión y rebelión, concebir y proferir en el corazón palabras mentirosas.
Y acudirán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu amanecer.
Y mamarás la leche de las naciones, al pecho de los reyes mamarás; entonces sabrás que yo, el SEÑOR, soy tu Salvador y tu Redentor, el Poderoso de Jacob.
Ya el sol no será para ti luz del día, ni el resplandor de la luna te alumbrará; sino que tendrás al SEÑOR por luz eterna, y a tu Dios por tu gloria.
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