'Casa' en la Biblia
- 1.Gé 7:1-Éx 20:2
- 2.Éx 20:17-Josué 2:3
- 3.Josué 2:12-1 Samuel 3:15
- 4.1 Samuel 5:2-2 Samuel 13:20
- 5.2 Samuel 14:8-1 Reyes 9:8
- 6.1 Reyes 9:10-2 Reyes 11:10
- 7.2 Reyes 11:11-1 Crónicas 17:24
- 8.1 Crónicas 17:25-2 Crónicas 9:16
- 9.2 Crónicas 9:20-2 Crónicas 36:17
- 10.2 Crónicas 36:18-Ester 1:8
- 11.Ester 1:9-Proverbios 15:25
- 12.Proverbios 15:27-Jeremías 19:14
- 13.Jeremías 20:1-Ezequiel 9:3
- 14.Ezequiel 9:7-Ezequiel 44:5
- 15.Ezequiel 44:6-Zacarías 9:8
- 16.Zacarías 10:3-Lucas 9:61
- 17.Lucas 10:5-Hebreos 10:21
- 18.Hebreos 11:7-2 Juan 1:10
Asimismo la reina Vasti hizo banquete de mujeres, en la casa real del rey Asuero.
pues envió cartas a todas las provincias del rey, a cada provincia conforme a su escribir, y a cada pueblo conforme a su lenguaje, diciendo: Que todo varón sea señor en su casa; y que se publique esto en la lengua de su pueblo.
y ponga el rey personas en todas las provincias de su reino, que junte todas las jóvenes vírgenes de buen parecer en Susa, el palacio, en la casa de las mujeres, al cuidado de Hegai, eunuco del rey, guarda de las mujeres, dándoles lo que necesitan para su purificación;
Sucedió, pues, que cuando se divulgó el mandamiento del rey y su ley, y siendo reunidas muchas jóvenes en Susa, el palacio, a cargo de Hegai, fue tomada también Ester para casa del rey, al cuidado de Hegai, guarda de las mujeres.
Y aquella joven agradó en sus ojos, y halló misericordia delante de él; por lo que hizo darle prestamente lo necesario para su purificación y sus raciones, dándole también siete convenientes doncellas de la casa del rey; y la pasó con sus doncellas a lo mejor de la casa de las mujeres.
Y cada día Mardoqueo se paseaba delante del patio de la casa de las mujeres, por saber la paz de Ester, y qué se hacía de ella.
entonces la joven venía así al rey; todo lo que ella decía se le daba, para venir con ello de la casa de las mujeres hasta la casa del rey.
Ella venía a la tarde, y a la mañana se volvía a la casa segunda de las mujeres, al cargo de Saasgaz eunuco del rey, guarda de las concubinas; no venía más al rey, salvo si el rey la quería, y era llamada por nombre.
Fue, pues, Ester llevada al rey Asuero a su casa real en el mes décimo, que es el mes de Tebet, en el año séptimo de su reinado.
Entonces dijo Mardoqueo que respondieran a Ester: No pienses en tu alma, que escaparás en la casa del rey más que todos los judíos.
Porque si absolutamente callares en este tiempo, respiro y liberación tendrán los judíos de otra parte; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?
Y aconteció que al tercer día se vistió Ester su vestido real, y se puso en el patio de adentro de la casa del rey, enfrente del aposento del rey; y estaba el rey sentado en su trono real en el aposento real, enfrente de la puerta del aposento.
Mas se refrenó Amán, y vino a su casa, y envió, e hizo venir sus amigos, y a Zeres su mujer.
Entonces dijo el rey: ¿Quién está en el patio? Y Amán había venido al patio de afuera de la casa del rey, para decir al rey que hiciera colgar a Mardoqueo en la horca que él le tenía preparada.
Después de esto Mardoqueo se volvió a la puerta del rey, y Amán se fue corriendo a su casa, enlutado y cubierta su cabeza.
Y volvió el rey del huerto del palacio al aposento del banquete del vino, y Amán había caído sobre el lecho en que estaba Ester. Entonces dijo el rey: ¿También iba a forzar la reina, estando conmigo en casa? Cuando esta palabra salió de la boca del rey, el rostro de Amán fue cubierto.
El mismo día dio el rey Asuero a la reina Ester la casa de Amán enemigo de los judíos; y Mardoqueo vino delante del rey, porque Ester le declaró lo que era respecto de ella.
Y se quitó el rey su anillo que había vuelto a tomar de Amán, y lo dio a Mardoqueo. Y Ester puso a Mardoqueo sobre la casa de Amán.
Y respondió el rey Asuero a la reina Ester, y a Mardoqueo judío: He aquí yo he dado a Ester la casa de Amán, y a él han colgado en la horca, por cuanto extendió su mano contra los judíos.
Porque Mardoqueo era grande en la casa del rey, y su fama iba por todas las provincias; pues el varón Mardoqueo iba engrandeciéndose.
¿No le has tú cercado a él, y a su casa, y a todo lo que tiene en derredor? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto su hacienda ha crecido sobre la tierra.
Y un día aconteció que sus hijos e hijas comían y bebían vino en casa de su hermano el primogénito,
Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito;
y he aquí un gran viento que vino del lado del desierto, e hirió las cuatro esquinas de la casa, y cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para traerte las nuevas.
no tornará más a su casa, ni su lugar le conocerá más.
Porque su esperanza será cortada, y su confianza es casa de araña.
El se apoyará sobre su casa, pero no permanecerá en pie; se asirá a ella, más no se afirmará.
Los moradores de mi casa y mis criadas me tuvieron por extraño; forastero fui yo en sus ojos.
Los renuevos de su casa serán transportados; serán derramados en el día de su furor.
Porque ¿qué deleite tendrá él de su casa después de sí, siendo cortado el número de sus meses?
Porque decís: ¿Qué es de la casa del príncipe, y qué de la tienda de las moradas de los impíos?
Edificó su casa como la polilla, y como cabaña que el guarda hizo.
Porque yo conozco que me conduces a la muerte; y a la casa determinada a todo viviente.
¿Si la tomarás tú en sus términos, y si entendieras las sendas de su casa?
Al cual yo puse casa en la soledad, y sus moradas en la tierra salada.
Y vinieron a él todos sus hermanos, y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa, y se condolieron de él, y le consolaron de todo aquel mal que el SEÑOR había traído sobre él. Y cada uno de ellos le dio una cordera, y un zarcillo de oro.
Y yo en la multitud de tu misericordia entraré en tu Casa; adoraré hacia el santo Templo tuyo con tu temor.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida; y en la Casa del SEÑOR reposaré para siempre.
SEÑOR, la habitación de tu Casa he amado, y el lugar del tabernáculo de tu gloria.
Una cosa he demandado al SEÑOR, ésta buscaré; que esté yo en la Casa del SEÑOR todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del SEÑOR, y para inquirir en su templo.
Inclina a mí tu oído, líbrame presto; seme por roca de fortaleza, por casa fuerte para salvarme.
Se embriagarán de la grosura de tu Casa; y tú los abrevarás del torrente de tus delicias.
De estas cosas me acordaré, y derramaré mi alma sobre mí. Cuando pasaré en el número, iré con ellos hasta la Casa de Dios, con voz de alegría y de alabanza, bailando la multitud.
Oye, hija, y mira, e inclina tu oído; y olvida tu pueblo, y la casa de tu padre;
No temas cuando se enriquece alguno, cuando aumenta la gloria de su casa;
No tomaré de tu casa becerros, ni machos cabríos de tus apriscos.
Mas yo estoy como oliva verde en la Casa de Dios; confié en la misericordia de Dios perpetua y eternalmente.
Porque juntos comunicábamos dulcemente los secretos, en la Casa de Dios andábamos en compañía.
Dichoso el que tú escogieres, e hicieres llegar para que habite en tus atrios; seremos saciados del bien de tu Casa, de tu santo templo.
Entraré en tu Casa con holo-caustos; te pagaré mis votos,
Huyan, huyan reyes de ejércitos; y la moradora de la casa partía los despojos.
Porque me consumió el celo de tu Casa; y los denuestos de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.
Aun el gorrión halla casa, y la golondrina nido para sí, donde ponga sus pollos en tus altares, oh SEÑOR de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío.
Dichosos los que habitan en tu Casa; perpetuamente te alabarán (Selah.)
Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos; escogí antes estar a la puerta en la Casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad.
Plantados en la Casa del SEÑOR, en los atrios de nuestro Dios florecerán.
Tus testimonios son muy firmes; tu Casa, oh SEÑOR, tiene hermosa santidad para largos días.
Se ha acordado de su misericordia y de su verdad para con la Casa de Israel; todos los fines de la tierra han visto la salud de nuestro Dios.
Entenderé en el camino de la perfección cuando vinieres a mí; en perfección de mi corazón andaré en medio de mi casa.
No habitará en medio de mi casa el que hace engaño; el que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos.
Para que allí aniden las aves; en las hayas tiene su casa la cigüeña.
Lo puso por señor de su casa, y por enseñoreador en toda su posesión;
He Hacienda y riquezas habrá en su casa; Vau y su justicia permanece para siempre.
Saliendo Israel de Egipto, la casa de Jacob del pueblo de lenguaje bárbaro,
Casa de Aarón, confiad en el SEÑOR; él es su ayuda y su escudo.
El SEÑOR se acordó de nosotros; bendecirá sobremanera a la casa de Israel; bendecirá a la casa de Aarón.
en los atrios de la Casa del SEÑOR, en medio de ti, oh Jerusalén. Alelu-JAH.
Diga ahora la casa de Aarón: Que para siempre es su misericordia.
Bendito el que viene en el Nombre del SEÑOR, desde la Casa del SEÑOR os bendecimos.
Canciones me son tus estatutos en la casa de mis peregrinaciones.
Yo me alegré con los que me decían: A la Casa del SEÑOR iremos.
Porque allá están los tronos del juicio, los tronos de la casa de David.
A causa de la Casa del SEÑOR nuestro Dios, buscaré bien para ti.
Si el SEÑOR no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el SEÑOR no guardare la ciudad, en vano vela la guardia.
Tu mujer será como la vid que lleva fruto a los lados de tu casa; tus hijos como plantas de olivas alrededor de tu mesa.
No entraré en la morada de mi casa, ni subiré sobre el lecho de mi estrado;
Mirad, bendecid al SEÑOR, vosotros todos los siervos del SEÑOR, los que en la Casa del SEÑOR estáis por las noches.
los que estáis en la Casa del SEÑOR, en los atrios de la Casa de nuestro Dios.
Casa de Israel, bendecid al SEÑOR; casa de Aarón, bendecid al SEÑOR;
casa de Leví, bendecid al SEÑOR; los que teméis al SEÑOR, bendecid al SEÑOR.
Por lo cual su casa está inclinada a la muerte, y sus veredas van hacia los muertos.
La maldición del SEÑOR está en la casa del impío; mas él bendecirá la morada de los justos.
Aleja de ella tu camino, y no te acerques a la puerta de su casa;
para que no se harten los extraños de tu fuerza, y tus trabajos estén en casa del extraño;
tomado, paga siete veces; da toda la sustancia de su casa.
Porque mirando yo por la ventana de mi casa, por mi celosía,
el cual pasaba por la calle, junto a la esquina de aquella, e iba camino de su casa;
alborotadora y rencillosa, sus pies no pueden estar en casa;
Porque el marido no está en casa, se ha ido a un largo viaje;
el saco de dinero llevó en su mano, el día de la fiesta volverá a su casa.
Caminos del Seol son su casa, que descienden a las cámaras de la muerte.
La sabiduría edificó su casa, labró sus siete columnas;
se sienta en una silla a la puerta de su casa, en lo alto de la ciudad,
El que turba su casa heredará viento; y el loco será siervo del sabio de corazón.
Dios trastornará a los impíos, y no serán más; pero la casa de los justos permanecerá.
La mujer sabia edifica su casa; mas la loca con sus manos la derriba.
La casa de los impíos será asolada; mas la tienda de los rectos florecerá.
En la casa del justo hay gran provisión; pero turbación en los frutos del impío.
El SEÑOR asolará la casa de los soberbios; mas él afirmará la heredad de la viuda.
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- 1.Gé 7:1-Éx 20:2
- 2.Éx 20:17-Josué 2:3
- 3.Josué 2:12-1 Samuel 3:15
- 4.1 Samuel 5:2-2 Samuel 13:20
- 5.2 Samuel 14:8-1 Reyes 9:8
- 6.1 Reyes 9:10-2 Reyes 11:10
- 7.2 Reyes 11:11-1 Crónicas 17:24
- 8.1 Crónicas 17:25-2 Crónicas 9:16
- 9.2 Crónicas 9:20-2 Crónicas 36:17
- 10.2 Crónicas 36:18-Ester 1:8
- 11.Ester 1:9-Proverbios 15:25
- 12.Proverbios 15:27-Jeremías 19:14
- 13.Jeremías 20:1-Ezequiel 9:3
- 14.Ezequiel 9:7-Ezequiel 44:5
- 15.Ezequiel 44:6-Zacarías 9:8
- 16.Zacarías 10:3-Lucas 9:61
- 17.Lucas 10:5-Hebreos 10:21
- 18.Hebreos 11:7-2 Juan 1:10