'Desciende' en la Biblia
Y Jehová dijo a Moisés: Desciende, ordena al pueblo que no traspasen el término para ver a Jehová, porque caerá multitud de ellos.
Y Jehová le dijo: Ve, desciende, y subirás tú, y Aarón contigo: mas los sacerdotes y el pueblo no traspasen el término para subir a Jehová, para que no haga en ellos estrago.
Entonces Jehová dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de tierra de Egipto se ha corrompido.
Y me dijo Jehová: Levántate, desciende aprisa de aquí; que tu pueblo que sacaste de Egipto se ha corrompido; pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho una imagen de fundición.
Y este límite rodeaba desde Baala hacia el occidente al monte de Seir; y pasa al lado del monte de Jearim hacia el norte, ésta es Quesalón, y desciende a Bet-semes, y pasa a Timna.
Y de Janoa desciende a Atarot, y a Naara, y toca en Jericó, y sale al Jordán.
Y desciende este término al arroyo de Cana, hacia el lado sur del arroyo. Estas ciudades de Efraín están entre las ciudades de Manasés: y el término de Manasés es desde el norte del mismo arroyo, y sus salidas son al mar.
y de allí pasa aquel término a Luz, por el lado de Luz (ésta es Betel) hacia el sur. Y desciende este término de Atarot-adar al monte que está al sur de Bet-horón la de abajo.
Y desciende este término al cabo del monte que está delante del valle del hijo de Hinom, que está en el valle de los gigantes hacia el norte; desciende luego al valle de Hinom, al lado del jebuseo al sur, y de allí desciende a la fuente de Rogel;
Y aconteció que aquella noche Jehová le dijo: Levántate, y desciende al campamento; porque yo lo he entregado en tus manos.
Y cuando Gaal vio al pueblo, dijo a Zebul: He allí pueblo que desciende de las cumbres de las montañas. Y Zebul le respondió: Tú ves la sombra de las montañas como si fueran hombres.
Mas Gaal volvió a hablar, y dijo: He allí pueblo que desciende por medio de la tierra, y un escuadrón que viene camino del valle de Meonenim.
Entonces David volvió a consultar a Jehová. Y Jehová le respondió, y dijo: Levántate, desciende a Keila, que yo entregaré en tus manos a los filisteos.
Por tanto, rey, desciende pronto ahora, según todo el deseo de tu alma, y nosotros lo entregaremos en la mano del rey.
¿Y quién os escuchará en este caso? porque igual parte ha de ser la del que desciende a la batalla, y la del que queda con el bagaje; que repartan por igual.
Después dijo David a Urías: Desciende a tu casa, y lava tus pies. Y saliendo Urías de casa del rey, vino tras de él comida real.
Y sucedió que a la séptima vez, él dijo: Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Ve, y di a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te detenga.
Levántate, desciende a encontrarte con Acab rey de Israel, que está en Samaria; he aquí él está en la viña de Nabot, a la cual ha descendido para tomar posesión de ella.
Volvió el rey a enviar a él otro capitán de cincuenta con sus cincuenta; y le habló, y dijo: Varón de Dios, el rey dice así: Desciende pronto.
Entonces el ángel de Jehová dijo a Elías: Desciende con él; no tengas miedo de él. Y él se levantó, y descendió con él al rey.
Como la nube se desvanece, y se va; así el que desciende al sepulcro ya no subirá;
Porque a la nieve dice: Desciende a la tierra; también a la llovizna, y al aguacero torrencial de su fortaleza.
Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y que baja hasta el borde de sus vestiduras;
como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sión; porque allí envía Jehová bendición, y vida eterna.
Oh Jehová, inclina tus cielos y desciende: Toca los montes, y humeen.
Camino al infierno es su casa, que desciende a las cámaras de la muerte.
¿Quién sabe que el espíritu de los hijos de los hombres sube arriba, y que el espíritu del animal desciende abajo a la tierra?
Desciende y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia, siéntate en la tierra sin trono, hija de los caldeos; porque nunca más te llamarán tierna y delicada.
Porque como desciende de los cielos la lluvia, y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra y pan al que come,
El Espíritu de Jehová los pastoreó, como a una bestia que desciende al valle; así pastoreaste a tu pueblo, para hacerte un nombre glorioso.
Así dice Jehová: Desciende a la casa del rey de Judá, y habla allí esta palabra,
Desciende de la gloria, siéntate en seco, moradora hija de Dibón; porque el destruidor de Moab subió contra ti, disipó tus fortalezas.
¿A quién superas en hermosura? Desciende, y yace con los incircuncisos.
y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo. Si eres el Hijo de Dios, desciende de la cruz.
sálvate a ti mismo, y desciende de la cruz.
Y cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.
El oficial del rey le dijo: Señor, desciende antes que mi hijo muera.
Señor, le respondió el enfermo, no tengo hombre que me meta en el estanque cuando el agua es agitada; pues entre tanto que yo vengo, otro desciende antes que yo.
Éste es el pan que desciende del cielo, para que el que de él comiere, no muera.
Y el ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, al camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto.
Levántate, pues, y desciende, y no dudes de ir con ellos; porque yo los he enviado.
Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
Esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.
Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.