'Hambre' en la Biblia
Y Jesús les dijo: YO SOY el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
¿Quién nos apartará de la caridad de Cristo? ¿tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia (o rectitud), porque ellos serán saciados.
He aquí vienen días, dijo el Señor DIOS, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra del SEÑOR.
Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui huésped, y me recogisteis;
Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá, fue a peregrinar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos.
En aquel tiempo iba Jesús por los sembrados en día de sábado; y sus discípulos tenían hambre, y comenzaron a coger espigas, y a comer.
Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido; para hacerte saber que el hombre no vivirá sólo de pan, mas de toda palabra que sale de la boca del SEÑOR vivirá el hombre.
Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre.
Vino entonces hambre en toda la tierra de Egipto y de Canaán, y grande tribulación; y nuestros padres no hallaban alimentos.
Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos.
Que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y diréis: ¿En qué te hemos amancillado? En que decís: Morimos de hambre al servicio del SEÑOR.
Y vosotros lo habéis profanado cuando decís: Morimos de hambre al servicio del SEÑOR; y cuando hablan que su alimento es despreciable.
Por tanto, así dijo el SEÑOR sobre los profetas que profetizan en mi nombre, los cuales yo no envié, y que dicen: Espada ni hambre no habrá en esta tierra. Con espada y con hambre serán consumidos los tales profetas.
Los que estaban saciados se alquilan por pan, y dejan {de tener hambre} los que estaban hambrientos. Aun la estéril da a luz a siete, mas la que tiene muchos hijos languidece.
Porque cada uno toma antes para comer su propia cena; y el uno tiene hambre, y el otro está embriagado.
Bienaventurados los que ahora tenéis hambre; porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.
Y el pueblo a quien profetizan, echado será en las calles de Jerusalén por hambre y por espada; y no habrá quien los entierre, ellos, y sus mujeres, y sus hijos, y sus hijas; y sobre ellos derramaré su maldad.
Cada uno hurtará a la mano derecha, y tendrá hambre; y comerá a la izquierda, y no se saciará; cada cual comerá la carne de su brazo;
Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo ciencia; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed.
Y les diste pan del cielo en su hambre, y en su sed les sacaste aguas de la piedra; y les prometiste que entraran a poseer la tierra, por la cual alzaste tu mano que se la habías de dar.
Hasta el momento presente pasamos hambre y sed, andamos mal vestidos, somos maltratados y no tenemos dónde vivir;
Y respondiendo Jesús les dijo: ¿Ni aun esto habéis leído, qué hizo David cuando tuvo hambre, él, y los que con él estaban;
¡Ay de vosotros, los que estáis hartos! Porque tendréis hambre. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís! Porque lamentaréis y lloraréis.
No tendrán más hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni ningún otro calor;
y aconteció que le vino una gran hambre, y quiso comer; pero mientras disponían, cayó sobre él un rapto de entendimiento;
en trabajo y fatiga, en muchas vigilias, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez;
Y él les dijo: ¿Nunca leisteis qué hizo David cuando tuvo necesidad, y tuvo hambre, él y los que estaban con él;
Y se levantó el rey de noche, y dijo a sus siervos: Yo os declararé lo que nos han hecho los sirios. Ellos saben que tenemos hambre, y han salido de las tiendas y se han escondido en el campo, diciendo: Cuando hubieren salido de la ciudad, los tomaremos vivos, y entraremos en la ciudad.
Y habló Eliseo a aquella mujer a cuyo hijo había hecho vivir, diciendo: Levántate, vete tú y toda tu casa a vivir donde puedas; porque el SEÑOR ha llamado el hambre, la cual vendrá también sobre la tierra siete años.
Si salgo al campo, he aquí muertos a espada; y si me entro en la ciudad, he aquí enfermos de hambre; porque también el profeta como el sacerdote anduvieron rodeando en la tierra, y no la conocieron.
Negaron al SEÑOR, y dijeron: El no es, y no vendrá mal sobre nosotros, ni veremos espada ni hambre;
Y los primogénitos de los pobres serán apacentados, y los menesterosos se acostarán seguramente; y haré morir de hambre tu raíz, y tus reliquias matará.
Y haré que de ellos queden pocos en número, de la espada, y del hambre, y de la pestilencia, para que cuenten todas sus abominaciones entre los gentiles adonde llegaren; y sabrán que yo soy el SEÑOR.
De la destrucción y del hambre te reirás, y no temerás de las bestias de la tierra;
Entonces pasarán por esta tierra fatigados y hambrientos. Y acontecerá que teniendo hambre, se enojarán y maldecirán a su rey y a su Dios. Y levantando el rostro en alto,
Tet: Más dichosos fueron los muertos a espada que los muertos del hambre. Porque éstos murieron poco a poco por falta de los frutos de la tierra.
Y hubo grande hambre en Samaria, teniendo ellos cerco sobre ella; tanto, que la cabeza de un asno era vendida por ochenta piezas de plata, y la cuarta de un cabo de estiércol de palomas por cinco piezas de plata.
Cof: Levántate, da voces en la noche, en el principio de las velas; derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor; alza tus manos a él por la vida de tus pequeñitos, que desfallecen de hambre en las entradas de todas las calles.
El SEÑOR no permitirá que el justo padezca hambre, pero rechazará la avidez de los impíos.
Entonces habló uno del pueblo, diciendo: Tu padre ha conjurado expresamente al pueblo, diciendo: Maldito sea el varón que comiere hoy alimento. Y el pueblo desfallecía de hambre.
por tanto, así dijo el SEÑOR de los ejércitos: He aquí que yo los visito; los jóvenes morirán a espada; sus hijos y sus hijas morirán de hambre;
Y él les dijo: ¿No habéis leído qué hizo David, teniendo él hambre y los que con él estaban;
Por tanto, entrega sus hijos a hambre, y hazlos escurrir por manos de espada; y queden sus mujeres sin hijos, y viudas; y sus maridos sean puestos a muerte, y sus jóvenes heridos a espada en la guerra.
Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, señaló por el Espíritu, que había de haber una gran hambre en toda la redondez de la tierra; la cual hubo en tiempo de Claudio César.
En el hambre te rescatará de la muerte, y en la guerra de las manos de la espada.
Y hubo hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para peregrinar allá; porque era grande el hambre en la tierra.
La tercera parte de ti morirá de pestilencia, y será consumida de hambre en medio de ti; y la tercera parte caerá a espada alrededor de ti; y la tercera parte esparciré a todos los vientos, y tras ellos desenvainaré espada.
Enviaré, pues, sobre vosotros hambre, y malas bestias que te destruyan; y pestilencia y sangre pasarán por ti; y meteré sobre ti espada. Yo, el SEÑOR, he hablado.
Y si hubiere hambre en la tierra, o si hubiere pestilencia; si hubiere tizoncillo o añublo, langosta o pulgón; o si los cercaren sus enemigos en la tierra de sus ciudades; o cualquier aflicción o enfermedad que sea;
Nuestra piel se ennegreció como un horno a causa del ardor del hambre.
No tienen en poco al ladrón, aun cuando hurtare para saciar su alma teniendo hambre;
Así dijo el Señor DIOS: Hiere con tu mano, y patea con tu pie, y di: ¡Ay, por todas las abominaciones de los males de la Casa de Israel! Porque con espada, y con hambre, y con pestilencia caerán.
Si hablaremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos, pues, ahora, y pasémonos al ejército de los Sirios; si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos.
Y miré, y he aquí un caballo verde; y el que estaba sentado sobre él tenía por nombre Muerte; y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las bestias de la tierra.
Mas en verdad os digo, que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, que hubo una gran hambre en toda la tierra;
Sé estar humillado, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
De fuera espada, de dentro pestilencia y hambre; el que estuviere en el campo morirá a espada; y al que estuviere en la ciudad, lo consumirá hambre y pestilencia.
Cuando arrojare yo sobre ellos las perniciosas saetas del hambre, que serán para destrucción, las cuales yo enviaré para destruiros, entonces aumentaré el hambre sobre vosotros, y quebrantaré entre vosotros el sustento del pan.
El que estuviere lejos, morirá de pestilencia; y el que estuviere cerca caerá a espada; y el que quedare, y el cercado, morirá de hambre; así cumpliré en ellos mi enojo.
Y por tanto, ahora, así dice el SEÑOR Dios de Israel, a esta ciudad, de la cual decís vosotros, Entregada será en mano del rey de Babilonia a espada, a hambre, y a pestilencia:
Y hubo hambre en la tierra, además de la primera hambre que fue en los días de Abraham; y se fue Isaac a Abimelec rey de los filisteos, en Gerar.
Y en los días de David hubo hambre por tres años consecutivos. Y David consultó al SEÑOR, y el SEÑOR le dijo: Es por Saúl, y por aquella casa de sangre; porque mató a los gabaonitas.
Y había quienes decían: Hemos empeñado nuestras tierras, y nuestras viñas, y nuestras casas, para comprar grano en el hambre.
Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
Y habiendo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, después tuvo hambre.
por cuarenta días, y era tentado del diablo. Y no comió nada en aquellos días; los cuales pasados, después tuvo hambre.
Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber: que haciendo esto, ascuas de fuego amontonas sobre su cabeza.
Y por la mañana volviendo a la ciudad, tuvo hambre.
Entonces hablarás y dirás delante del SEÑOR tu Dios: Mi padre, el Siro, pereciendo de hambre descendió a Egipto y peregrinó allá con pocos hombres, y allí creció en gente grande, fuerte y numerosa;
¿Cazarás tú la presa para el león? ¿Y saciarás el hambre de los leoncillos,
Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan; y si tuviere sed, dale de beber agua;
Por lo cual así dijo el Señor DIOS: ¿Cuánto más, si mis cuatro malos juicios, espada, hambre, mala bestia, y pestilencia, enviare contra Jerusalén, para talar de ella hombres y bestias?
Cuando en la tierra hubiere hambre, o pestilencia; o hubiere tizoncillo, o niebla; o hubiere langosta, o pulgón; si sus enemigos los tuvieren cercados en la tierra de sus puertas; cualquier plaga o enfermedad que sea;
Fue, pues, Elías a mostrarse a Acab; y había gran hambre en Samaria.
porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;
Y Eliseo se volvió a Gilgal. Había entonces grande hambre en la tierra. Y los hijos de los profetas estaban con él, por lo que dijo a su criado: Pon una grande olla, y haz potaje para los hijos de los profetas.
Vino, pues, Gad a David, y le denunció, y le dijo: ¿Quieres que te vengan siete años de hambre en tu tierra? ¿O que huyas tres meses delante de tus enemigos, y que ellos te persigan? ¿O que tres días haya pestilencia en tu tierra? Piensa ahora, y mira qué responderé al que me envió.
Y nacieron a José dos hijos antes que viniera el primer año del hambre, los cuales le dio a luz Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On.
y les decían los hijos de Israel: Hubiera sido mejor si hubiéramos muerto por mano del SEÑOR en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de las carnes, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto, para matar de hambre a toda esta multitud.
Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y le comenzó a faltar.
Por lo cual en un día vendrán sus plagas, muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque el Señor Dios es fuerte, que la juzgará.
Del fruto de su boca el hombre comerá bien; mas el alma de los prevaricadores morirá de hambre.
servirás, por tanto, a tus enemigos que enviare el SEÑOR contra ti, con hambre y con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas; y él pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte.
Y no había pan en toda la tierra, y el hambre era muy grave; y desfalleció de hambre la tierra de Egipto y la tierra de Canaán.
La pereza hace caer en profundo sueño, y el alma ociosa sufrirá hambre.
Yod Los leoncillos necesitaron, y tuvieron hambre; pero los que buscan al SEÑOR, no tendrán falta de ningún bien.
Y toda la tierra venía a Egipto para comprar de José, porque por toda la tierra había crecido el hambre.
Escógete, o tres años de hambre; o que por tres meses seas consumido delante de tus enemigos, y que la espada de tus adversarios te alcance; o por tres días la espada del SEÑOR y pestilencia en la tierra, y que el ángel del SEÑOR destruya en todo el término de Israel; mira pues qué he de responder al que me ha enviado.
Y yo dije: ¡Ah! ¡ah! ¡Señor DIOS! He aquí que los profetas les dicen: No veréis espada, ni habrá hambre en vosotros, sino que en este lugar os daré paz verdadera.
Y si alguno tuviere hambre, coma en su casa, para que no os juntéis para juicio. Las demás cosas ordenaré cuando llegue.
Y será que si te preguntaren: ¿A dónde saldremos? Les dirás: Así dijo el SEÑOR: El que a muerte, a muerte; el que a espada, a espada; el que a hambre, a hambre; y el que a cautividad, a cautividad.
Cuando ayunaren, yo no oiré su clamor, y cuando ofrecieren holocausto y ofrenda, no lo aceptaré; antes los consumiré con espada, y con hambre, y con pestilencia.
A los nueve del mes prevaleció el hambre en la ciudad, y no hubo pan para el pueblo de la tierra.
Hijo de hombre, cuando la tierra pecare contra mí rebelándose pérfidamente, y extendiere yo mi mano sobre ella, y le quebrantare el arrimo del pan, y enviare en ella hambre, y talare de ella hombres y bestias;
Nunca tendrán hambre, ni sed; ni el calor los afligirá, ni el sol; porque el que tiene de ellos misericordia, los guiará, y en manaderos de aguas los pastoreará.
Por causa de la pobreza y del hambre andaban solos; huían a la soledad, al lugar tenebroso, asolado y desierto.
Y les despertaré una Planta por nombre, y no más serán consumidas de hambre en la tierra, ni serán más avergonzadas de los gentiles.
Consumidos serán de hambre, y comidos de fiebre ardiente y de talamiento amargo; diente de bestias enviaré también sobre ellos, con veneno de serpientes de la tierra.
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