'Judíos' en la Biblia
Entonces, por esta causa, los Judíos aún más procuraban matar a Jesús, porque no sólo violaba el día de reposo, sino que también llamaba a Dios Su propio Padre, haciéndose igual a Dios.
Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los Judíos.
Por eso los Judíos murmuraban de El, porque había dicho: ``Yo soy el pan que descendió del cielo."
Los Judíos, por tanto, discutían entre sí, diciendo: `` ¿Cómo puede Este darnos a comer {Su} carne?"
Después de esto, Jesús andaba por Galilea, pues no deseaba andar por Judea porque los Judíos Lo querían matar.
La fiesta de los Judíos, la de los Tabernáculos, estaba cerca.
Por eso los Judíos Lo buscaban en la fiesta y decían: `` ¿Dónde está Ese?"
Sin embargo, nadie hablaba abiertamente de El por miedo a los Judíos.
Entonces los Judíos se maravillaban, diciendo: `` ¿Cómo puede Este saber de letras sin haber estudiado?"
Decían entonces los Judíos entre sí: `` ¿Adónde piensa irse Este que no Lo podamos encontrar? ¿Será acaso que quiere irse a la dispersión entre los Griegos y enseñar a los Griegos?
Por eso los Judíos decían: `` ¿Acaso se va a suicidar, puesto que dice: `Adonde Yo voy, ustedes no pueden ir'?"
Entonces Jesús decía a los Judíos que habían creído en El: ``Si ustedes permanecen en Mi palabra, verdaderamente son Mis discípulos;
Los Judíos Le contestaron: `` ¿No decimos con razón que Tú eres Samaritano y que tienes un demonio?"
Los Judíos Le dijeron: ``Ahora sí sabemos que tienes un demonio. Abraham murió, y {también} los profetas, y Tú dices: `Si alguien guarda Mi palabra no probará jamás la muerte.'
Por esto los Judíos Le dijeron: ``Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?"
Pero los Judíos no le creyeron que había sido ciego, y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista,
Sus padres dijeron esto porque tenían miedo a los Judíos; porque los Judíos ya se habían puesto de acuerdo en que si alguien confesaba que Jesús era el Cristo (el Mesías), fuera expulsado de la sinagoga.
Por segunda vez los Judíos llamaron al hombre que había sido ciego y le dijeron: ``Da gloria a Dios; nosotros sabemos que este hombre es un pecador."
Volvió a surgir una división entre los Judíos por estas palabras.
Entonces los Judíos Lo rodearon, y Le decían: `` ¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si Tú eres el Cristo (el Mesías), dínoslo claramente."
Los Judíos volvieron a tomar piedras para tirárselas.
Los Judíos Le contestaron: ``No Te apedreamos por ninguna obra buena, sino por blasfemia; y porque Tú, siendo hombre, te haces Dios."
Los discípulos Le dijeron: ``Rabí (Maestro), hace poco que los Judíos Te querían apedrear, ¿y vas allá otra vez?"
y muchos de los Judíos habían venido a {la casa de} Marta y María, para consolarlas por {la muerte de su} hermano.
Entonces los Judíos que estaban con ella en la casa consolándola, cuando vieron que María se levantó de prisa y salió, la siguieron, suponiendo que iba al sepulcro a llorar allí.
Y cuando Jesús la vio llorando, y a los Judíos que vinieron con ella llorando también, se conmovió profundamente en el espíritu, y se entristeció.
Por eso los Judíos decían: ``Miren, cómo lo amaba."
Por esto muchos de los Judíos que habían venido {a ver} a María, y vieron lo que Jesús había hecho, creyeron en El.
Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los Judíos, sino que se fue de allí a la región cerca del desierto, a una ciudad llamada Efraín; y se quedó allí con los discípulos.
Estaba cerca la Pascua de los Judíos, y muchos de la región subieron a Jerusalén antes de la Pascua para purificarse.
Entonces la gran multitud de Judíos se enteró de que Jesús estaba allí; y vinieron no sólo por causa de Jesús, sino también por ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos.
porque por causa de él muchos de los Judíos se apartaban y creían en Jesús.
"Hijitos, estaré con ustedes un poco más de tiempo. Me buscarán, y como dije a los Judíos, ahora también les digo a ustedes: `adonde Yo voy, ustedes no pueden ir.'
Entonces la tropa {Romana,} el comandante y los guardias de los Judíos prendieron a Jesús, Lo ataron,
Caifás era el que había aconsejado a los Judíos que convenía que un hombre muriera por el pueblo.
Jesús le respondió: ``Yo he hablado al mundo públicamente; siempre enseñé en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los Judíos, y nada he hablado en secreto.
Entonces Pilato les dijo: ``Se Lo pueden llevar y juzgar conforme a su ley." ``A nosotros no nos es permitido dar muerte a nadie," le dijeron los Judíos.
Pilato volvió a entrar al Pretorio, y llamó a Jesús y Le preguntó: `` ¿Eres Tú el Rey de los Judíos?"
Jesús le respondió: ``Mi reino no es de este mundo. Si Mi reino fuera de este mundo, entonces Mis servidores pelearían para que Yo no fuera entregado a los Judíos. Pero ahora Mi reino no es de aquí."
Pilato Le preguntó: `` ¿Qué es la verdad?" Y habiendo dicho esto, salió otra vez adonde {estaban} los Judíos y les dijo: ``Yo no encuentro ningún delito en El.
"Pero es costumbre entre ustedes que les suelte a alguien (un preso) durante {la fiesta de} la Pascua. ¿Quieren, pues, que les suelte al Rey de los Judíos?"
y acercándose a Jesús, Le decían: `` ¡Salve, Rey de los Judíos!" Y Le daban bofetadas.
Los Judíos le respondieron: ``Nosotros tenemos una ley, y según esa ley El debe morir, porque pretendió ser el Hijo de Dios."
Como resultado de esto, Pilato procuraba soltar a Jesús, pero los Judíos gritaron: ``Si suelta a Este, usted no es amigo del César; todo el que se hace rey se opone al César."
Y era el día de la preparación para la Pascua; eran como las seis de la mañana (hora Romana). Y {Pilato} dijo a los Judíos: ``Aquí está su Rey."
Pilato también escribió un letrero y lo puso sobre la cruz. Y estaba escrito: ``JESUS EL NAZARENO, EL REY DE LOS JUDIOS."
Entonces muchos Judíos leyeron esta inscripción, porque el lugar donde Jesús fue crucificado quedaba cerca de la ciudad; y estaba escrita en Hebreo, en Latín {y} en Griego.
Por eso los principales sacerdotes de los Judíos decían a Pilato: ``No escribas, `el Rey de los Judíos;' sino que El dijo: `Yo soy Rey de los Judíos.'"
Los Judíos entonces, como era el día de preparación {para la Pascua,} a fin de que los cuerpos no se quedaran en la cruz el día de reposo, porque ese día de reposo era muy solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y se los llevaran.
Después de estas cosas, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los Judíos, pidió {permiso} a Pilato para llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato concedió el permiso. Entonces José vino, y se llevó el cuerpo de Jesús.
Entonces tomaron el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en telas de lino con las especias aromáticas, como es costumbre sepultar entre los Judíos.
Por tanto, por causa del día de la preparación de los Judíos, como el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús.
Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, y estando cerradas las puertas {del lugar} donde los discípulos se encontraban por miedo a los Judíos, Jesús vino y se puso en medio de ellos, y les dijo: ``Paz a ustedes."
Había Judíos que moraban en Jerusalén, hombres piadosos, procedentes de todas las naciones bajo el cielo.
de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las regiones de Libia (Africa) alrededor de Cirene, viajeros de Roma, tanto Judíos como prosélitos (Gentiles convertidos al Judaísmo),
Por aquellos días, al multiplicarse {el número} {de} los discípulos, surgió una queja de parte de los {Judíos} Helenistas en contra de los Judíos {nativos,} porque sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria {de los alimentos}.
Pero Saulo seguía fortaleciéndose y confundiendo a los Judíos que habitaban en Damasco, demostrando que este Jesús es el Cristo (el Mesías).
Después de muchos días, los Judíos tramaron deshacerse de él,
También hablaba y discutía con los {Judíos} Helenistas; pero éstos intentaban matarlo.
Y ellos dijeron: ``A Cornelio el centurión (un capitán Romano), un hombre justo y temeroso de Dios, y que es muy estimado por toda la nación de los Judíos, {le} fue ordenado (revelado) por un santo ángel que hiciera venir a usted a su casa para oír sus palabras."
``Nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo en la tierra de los Judíos y en Jerusalén. Y también Le dieron muerte, colgándolo en una cruz (un madero).
Todos los creyentes {que eran} de la circuncisión (Judíos Cristianos), que habían venido con Pedro, se quedaron asombrados, porque el don del Espíritu Santo había sido derramado también sobre los Gentiles,
Cuando Pedro subió a Jerusalén, los que eran de la circuncisión (Judíos Cristianos) le reprocharon:
Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución (tribulación) que sobrevino después de {la muerte de} Esteban, llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, no hablando la palabra a nadie, sino sólo a los Judíos.
Y viendo que esto agradaba a los Judíos, hizo arrestar también a Pedro. Esto sucedió durante los días (la fiesta) de los Panes sin Levadura.
Cuando Pedro volvió en sí, dijo: ``Ahora sé en verdad que el Señor ha enviado a Su ángel, y me ha rescatado de la mano de Herodes (Agripa I) y de todo lo que esperaba el pueblo de los Judíos."
Al llegar a Salamina, proclamaban la palabra de Dios en las sinagogas de los Judíos; y tenían también a Juan de ayudante.
Terminada {la reunión de} la sinagoga, muchos de los Judíos y de los prosélitos (Gentiles convertidos al Judaísmo) temerosos de Dios siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes, hablándoles, les instaban a perseverar en la gracia de Dios.
Pero cuando los Judíos vieron la muchedumbre, se llenaron de celo, y blasfemando, contradecían lo que Pablo decía.
Pero los Judíos instigaron a las mujeres piadosas (religiosas o devotas) {y} distinguidas, y a los hombres más prominentes de la ciudad, y provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de su región.
Cuando Pablo y Bernabé entraron juntos en la sinagoga de los Judíos en Iconio, hablaron de tal manera que creyó una gran multitud, tanto de Judíos como de Griegos.
Pero los Judíos que no creyeron, excitaron y llenaron de odio los ánimos (las almas) de los Gentiles contra los hermanos.
Pero la gente de la ciudad estaba dividida, y unos estaban con los Judíos y otros con los apóstoles.
Cuando los Gentiles y los Judíos, con sus gobernantes, prepararon un atentado para maltratarlos y apedrearlos,
Pero vinieron {algunos} Judíos de Antioquía y de Iconio, y habiendo persuadido a la multitud, apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto.
Pablo quiso que éste fuera con él, y lo tomó y lo circuncidó por causa de los Judíos que había en aquellas regiones, porque todos sabían que su padre era Griego.
Después de haberlos presentado a los magistrados superiores, dijeron: ``Estos hombres, siendo Judíos, alborotan nuestra ciudad,
Después de pasar por Anfípolis y Apolonia, Pablo y Silas llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los Judíos.
Pero los Judíos, llenos de envidia, llevaron algunos hombres malvados de la plaza pública, organizaron una turba y alborotaron la ciudad. Asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo.
Enseguida los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas a Berea, los cuales, al llegar, fueron a la sinagoga de los Judíos.
Pero cuando los Judíos de Tesalónica supieron que la palabra de Dios había sido proclamada por Pablo también en Berea, fueron también allá para agitar y alborotar a las multitudes.
Así que discutía en la sinagoga con los Judíos y con los {Gentiles} temerosos de Dios, y diariamente en la plaza con los que estuvieran presentes.
Allí se encontró con un Judío que se llamaba Aquila, natural del Ponto, quien acababa de llegar de Italia con Priscila su mujer, pues {el emperador} Claudio había ordenado a todos los Judíos que salieran de Roma. Pablo fue a verlos,
Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, tratando de persuadir a Judíos y a Griegos.
Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo comenzó a dedicarse por completo a la {predicación de la} palabra, testificando solemnemente a los Judíos que Jesús era el Cristo (el Mesías).
Pero cuando los Judíos se le opusieron y blasfemaron, él sacudió sus ropas y les dijo: ``Su sangre {sea} sobre sus cabezas; yo soy limpio; desde ahora me iré a los Gentiles."
Pero siendo Galión procónsul de Acaya, los Judíos se levantaron a una contra Pablo y lo trajeron ante el tribunal.
Cuando Pablo iba a hablar, Galión dijo a los Judíos: ``Si fuera cuestión de una injusticia o de un crimen depravado, oh Judíos, yo les toleraría, como sería razonable.
Llegaron a Efeso y dejó allí a Priscila y Aquila. Y entrando Pablo a la sinagoga, discutía con los Judíos.
porque refutaba vigorosamente en público a los Judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo (el Mesías).
Esto continuó por dos años, de manera que todos los que vivían en Asia (provincia occidental de Asia Menor) oyeron la palabra del Señor, tanto Judíos como Griegos.
Pero también algunos de los Judíos, exorcistas ambulantes, trataron de invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: ``Les ordeno {que salgan,} en el Nombre de Jesús a quien Pablo predica."
Siete hijos de un tal Esceva, uno de los principales sacerdotes Judíos, eran los que hacían esto.
Supieron esto todos los habitantes de Efeso, tanto Judíos como Griegos. El temor se apoderó de todos ellos, y el nombre del Señor Jesús era exaltado.
Algunos de la multitud pensaron {que se trataba de} Alejandro, puesto que los Judíos lo habían empujado hacia adelante. Entonces Alejandro, haciendo señal {de silencio} con la mano, quería hacer su defensa ante la asamblea.
Pasó {allí} tres meses, y habiéndose tramado un plan en su contra de parte de los Judíos cuando estaba por embarcarse para Siria, tomó la decisión de regresar por Macedonia.
"He servido al Señor con toda humildad, con lágrimas y con pruebas que vinieron sobre mí por causa de las intrigas de los Judíos.
testificando solemnemente, tanto a Judíos como a Griegos, del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesucristo.
quien vino a {ver}nos, y tomando el cinto de Pablo, se ató las manos y los pies, y dijo: ``Así dice el Espíritu Santo: `Así atarán los Judíos en Jerusalén al dueño de este cinto, y lo entregarán en manos de los Gentiles.'"
Ellos, cuando {lo} oyeron, glorificaban a Dios y le dijeron: ``Hermano, ya ves cuántos miles hay entre los Judíos que han creído, y todos son celosos de la Ley (Mosaica).
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