'Mesa' en la Biblia
Y aconteció que estando Él sentado a la mesa en la casa, he aquí muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron a la mesa con Jesús y sus discípulos.
Entonces el rey se entristeció, mas por causa del juramento, y de los que estaban sentados con él a la mesa, mandó que se la diesen,
Y ella dijo: Sí, Señor, mas los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus señores.
vino a Él una mujer, trayendo un frasco de alabastro de ungüento de mucho precio, y lo derramó sobre la cabeza de Él, estando Él sentado a la mesa.
Y cuando llegó la noche, se sentó a la mesa con los doce.
Y aconteció que estando Jesús a la mesa en su casa, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa con Jesús y sus discípulos; porque eran muchos, y le seguían.
entrando la hija de Herodías, danzó, y agradó a Herodes y a los que estaban con él a la mesa; y el rey dijo a la damisela: Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré.
Y el rey se entristeció mucho, mas por causa del juramento y de los que estaban con él a la mesa, no quiso desecharla.
Y ella respondió y le dijo: Sí, Señor, pero aun los perrillos debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos.
Y estando Él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado Él a la mesa, vino una mujer trayendo un frasco de alabastro de ungüento de nardo puro, de mucho precio, y quebrando el frasco de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.
Y sentándose ellos a la mesa, mientras comían, Jesús dijo: De cierto os digo: Uno de vosotros, que come conmigo, me va a entregar.
Finalmente se apareció a los once, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado.
Y Leví le hizo un gran banquete en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban sentados a la mesa con ellos.
Y uno de los fariseos le rogó que comiese con él. Y entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa.
Y he aquí, una mujer de la ciudad que era pecadora, cuando supo que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con ungüento,
Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es Éste, que también perdona pecados?
Y luego que hubo hablado, le rogó un fariseo que comiese con él; y entrando Jesús, se sentó a la mesa.
Bienaventurados aquellos siervos a quienes el señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá y les servirá.
Y vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.
Y observando cómo escogían los primeros asientos a la mesa, relató una parábola a los convidados, diciéndoles:
Mas cuando seas convidado, ve, y siéntate en el último lugar; para que cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba; entonces tendrás gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa.
Y oyendo esto uno de los que estaban sentados con Él a la mesa, le dijo: Bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios.
y deseaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.
¿Y quién de vosotros teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, le dice en seguida: Pasa, siéntate a la mesa?
Y llegada la hora, se sentó a la mesa, y con Él los doce apóstoles.
Mas he aquí, conmigo en la mesa, la mano del que me entrega.
Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Pero yo soy entre vosotros como el que sirve.
para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis sobre tronos juzgando a las doce tribus de Israel.
Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, y partió, y les dio.
Y le hicieron allí una cena; y Marta servía; y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con Él.
Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo esto.
Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó de haber creído en Dios con toda su casa.
Y David dice: Séales vuelta su mesa en trampa y en red, y en tropezadero y retribución:
Porque si te ve alguno a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en el templo de los ídolos, la conciencia de aquel que es débil, ¿no será incitada a comer de lo sacrificado a los ídolos?
No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios.
Porque el tabernáculo fue edificado así; la primera parte, en donde estaba el candelero, y la mesa, y los panes de la proposición; el cual es llamado el Santuario.