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'Su' en la Biblia

Y llegaron los días de Israel para morir, y llamó a José su hijo, y le dijo: Si he hallado ahora gracia en tus ojos, te ruego que pongas tu mano debajo de mi muslo, y harás conmigo misericordia y verdad; te ruego que no me entierres en Egipto;

Y después de estas cosas, le dijeron a José: ``Su padre está enfermo." Y él tomó consigo a sus dos hijos, Manasés y Efraín.

Cuando se le avisó a Jacob: ``Su hijo José ha venido a usted;" entonces Israel hizo un esfuerzo y se sentó en la cama.

Pero los hijos que has engendrado después de ellos, serán tuyos; serán llamados por el nombre de sus hermanos en su heredad.

Y respondió José a su padre: Son mis hijos, que Dios me ha dado aquí. Y él dijo: Acércalos ahora a mí, y los bendeciré.

Entonces José los tomó de las rodillas {de Jacob,} y se inclinó con su rostro en tierra.

Y los tomó José a ambos, Efraín a su diestra, a la siniestra de Israel; y a Manasés a su siniestra, a la diestra de Israel; y los hizo acercarse a él.

Entonces Israel extendió su diestra, y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su siniestra sobre la cabeza de Manasés, haciendo entender a sus manos, aunque Manasés era el primogénito.

Entonces viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le pesó en sus ojos; y tomó la mano de su padre, para quitarla de sobre la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés.

Mas su padre no quiso, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; también él vendrá a ser un pueblo, y será también acrecentado; pero su hermano menor será más grande que él, y su simiente será plenitud de gentiles.

"Júntense y oigan, hijos de Jacob, Y escuchen a Israel su padre.

Maldito su furor, que es fuerte; y su ira, que es dura; yo los apartaré en Jacob, y los esparciré en Israel.

Atando a la vid su pollino, y a la cepa el hijo de su asna, lavó en el vino su vestido, y en la sangre de uvas su cobertura:

Zabulón a puertos de mar habitará, y a puerto de navíos; y su término será hasta Sidón.

y vio que el descanso era bueno, y que la tierra era deleitosa; y bajó su hombro para llevar, y sirvió en tributo.

Dan juzgará a su pueblo, como una de las tribus de Israel.

Sea Dan serpiente junto al camino, víbora junto al sendero, que muerde los jarretes del caballo, y cae su jinete hacia atrás.

A Gad salteadores lo asaltarán, mas él asaltará su retaguardia.

En cuanto a Aser, su alimento será sustancioso, y él dará manjares de rey.

Todos estos fueron las doce tribus de Israel: y esto fue lo que su padre les dijo, y los bendijo; a cada uno por su bendición los bendijo.

Allí sepultaron a Abraham y a Sara su mujer; allí sepultaron a Isaac y a Rebeca su mujer; allí también sepulté yo a Lea.

Cuando Jacob terminó de encargar {estas cosas} a sus hijos, recogió sus pies en la cama y expiró, y fue reunido a su pueblo.

Y pasados los días de su luto, habló José a los de la casa del Faraón, diciendo: Si he hallado ahora gracia en vuestros ojos, os ruego que habléis en oídos del Faraón, diciendo:

Entonces José subió a sepultar a su padre; y subieron con él todos los siervos del Faraón, los ancianos de su casa, y todos los ancianos de la tierra de Egipto.

Y toda la casa de José, y sus hermanos, y la casa de su padre; solamente dejaron en la tierra de Gosén sus niños, y sus ovejas y sus vacas.

Y llegaron hasta la era de Atad, que está al otro lado del Jordán, y endecharon allí con grande y muy grave lamentación; y José hizo a su padre duelo por siete días.

Y viendo los moradores de la tierra, los cananeos, el llanto en la era de Atad, dijeron: Llanto grande es este de los egipcios: por eso fue llamado su nombre Abel-mizraim, que está al otro lado del Jordán.

Y se tornó José a Egipto, él y sus hermanos, y todos los que subieron con él a sepultar a su padre, después que lo hubo sepultado.

Y viendo los hermanos de José que su padre había muerto, dijeron: Por ventura nos aborrecerá José, y nos dará el pago de todo el mal que le hicimos.

Y enviaron a decir a José: Tu padre mandó antes de su muerte, diciendo:

Así diréis a José: Te ruego que perdones ahora la maldad de tus hermanos, y su pecado, porque mal te galardonaron; por tanto ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró mientras hablaban.

Y estuvo José en Egipto, él y la casa de su padre: y vivió José ciento diez años.

Estos son los nombres de los hijos de Israel, que entraron en Egipto con Jacob; cada uno entró con su familia.

Se levantó entretanto un nuevo rey sobre Egipto, que no conocía a José; el cual dijo a su pueblo:

y dijo a su pueblo: He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es más numeroso y más fuerte que nosotros.

y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo, y en todo su servicio, al cual los obligaban con dureza.

Entonces su hermana dijo a la hija del Faraón: ¿Iré a llamarte un ama de las hebreas, para que te críe este niño?

Tenía el sacerdote de Madián siete hijas, las cuales vinieron a sacar agua, para llenar las pilas y dar de beber a las ovejas de su padre.

Entonces vinieron unos pastores y las echaron {de allí,} pero Moisés se levantó y las defendió, y dio de beber a su rebaño.

Y volviendo ellas a Reuel su padre, él les dijo: ¿Por qué habéis hoy venido tan presto?

Y dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros; y si ellos me preguntan: ¿Cuál es su nombre? ¿Qué les responderé?

sino que demandará cada mujer a su vecina y a su huéspeda vasos de plata, vasos de oro, y vestidos, los cuales pondréis sobre vuestros hijos y vuestras hijas, y despojaréis a Egipto.

Entonces dijo el SEÑOR a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se tornó vara en su mano.

Y le dijo además el SEÑOR: Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno; y cuando la sacó, he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve.

Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno; y él volvió a meter su mano en su seno; y volviéndola a sacar del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne.

Entonces el SEÑOR se enojó contra Moisés, y dijo: ¿No conozco yo a tu hermano Aarón, levita, y que él habla bien? Y aun he aquí que él te saldrá a recibir, y viéndote, se alegrará en su corazón.

Tú hablarás a él, y pondrás en su boca las palabras, y yo seré en tu boca y en la suya, y os enseñaré lo que hayáis de hacer.

Así se fue Moisés, y volviendo a su suegro Jetro, le dijo: Iré ahora, y volveré a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz.

Entonces Moisés tomó su mujer y sus hijos, y los puso sobre un asno, y volvió a tierra de Egipto; tomó también Moisés la vara de Dios en su mano.

Y dijo el SEÑOR a Moisés: Cuando hubiereis vuelto a Egipto, mira que hagas delante del Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo.

Entonces Séfora arrebató un pedernal, y cortó el prepucio de su hijo, y lo echó a sus pies, diciendo: Porque tú me eres esposo de sangre.

Entonces el rey de Egipto les dijo: Moisés y Aarón, ¿por qué hacéis cesar al pueblo de su obra? Idos a vuestras tareas.

Y mandó Faraón aquel mismo día á los cuadrilleros del pueblo que le tenían á su cargo, y á sus gobernadores, diciendo:

~`Vayan ustedes mismos {y} recojan paja donde {la} hallen. Pero su tarea no será disminuida en lo más mínimo.'"

Y los cuadrilleros los apremiaban, diciendo: Acabad vuestra obra, la tarea del día en su día, como cuando se os daba hornija.

"No se da paja a sus siervos, sin embargo, siguen diciéndonos: `Hagan ladrillos.' Y además sus siervos son azotados. Pero la culpa es de su pueblo."

Los jefes de los Israelitas se dieron cuenta de que estaban en dificultades, cuando les dijeron: ``No deben disminuir {su} cantidad diaria de ladrillos."

El SEÑOR respondió a Moisés: Ahora verás lo que yo haré al Faraón; porque con mano fuerte los ha de dejar ir; y con mano fuerte los ha de echar de su tierra.

~`Los tomaré a ustedes por pueblo Mío, y Yo seré su Dios. Sabrán que Yo soy el SEÑOR su Dios, que los sacó de debajo de las cargas de los Egipcios.

Entra, y habla al Faraón rey de Egipto, que deje ir de su tierra a los hijos de Israel.

Tú dirás todas las cosas que yo te mandare, y Aarón tu hermano hablará al Faraón, para que deje ir de su tierra a los hijos de Israel.

Vinieron, pues, Moisés y Aarón al Faraón, e hicieron como el SEÑOR lo había mandado; y echó Aarón su vara delante del Faraón y de sus siervos, y se convirtió dragón.

pues echó cada uno su vara, las cuales se volvieron dragones; mas la vara de Aarón tragó las varas de ellos.

Y tornando el Faraón se volvió a su casa, y aun con esto no se lo tomó de corazón.

Entonces Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y subieron ranas que cubrieron la tierra de Egipto.

Y ellos lo hicieron así; y Aarón extendió su mano con su vara, e hirió el polvo de la tierra, el cual se volvió piojos, así en los hombres como en las bestias; todo el polvo de la tierra se volvió piojos en toda la tierra de Egipto.

Entonces llamó Faraón a Moisés y a Aarón, y dijo: ``Vayan, ofrezcan sacrificio a su Dios dentro del país."

El Faraón dijo: ``Los dejaré ir para que ofrezcan sacrificio al SEÑOR su Dios en el desierto, sólo que no vayan muy lejos. Oren por mí."

Y respondió Moisés: He aquí, saliendo yo de tu presencia, rogaré al SEÑOR que las diversas suertes de moscas se vayan del Faraón, y de sus siervos, y de su pueblo mañana; con tal que el Faraón no falte más, no dejando ir al pueblo a sacrificar al SEÑOR.

Y el SEÑOR hizo conforme a la palabra de Moisés; y quitó todas aquellas moscas del Faraón, y de sus siervos, y de su pueblo, sin que quedara una.

Mas el Faraón agravó aun esta vez su corazón, y no dejó ir al pueblo.

De los siervos del Faraón, el que temió la palabra del SEÑOR, hizo huir sus siervos y su ganado a casa;

mas el que no puso en su corazón la palabra del SEÑOR, dejó sus siervos y sus ganados en el campo.

Y Moisés extendió su vara hacia el cielo, y el SEÑOR dio voces y granizó, y el fuego discurría por la tierra; e hizo llover el SEÑOR granizo sobre la tierra de Egipto.

Y viendo el Faraón que la lluvia había cesado y el granizo y los truenos, perseveró en pecar, y agravó su corazón, él y sus siervos.

Y el SEÑOR dijo a Moisés: Entra a Faraón; porque yo he agravado su corazón, y el corazón de sus siervos, para dar entre ellos estas mis señales;

Entonces los siervos del Faraón le dijeron: ¿Hasta cuándo nos ha de ser éste por lazo? Deja ir a estos hombres, para que sirvan al SEÑOR su Dios; ¿aún no sabes que Egipto se pierde?

Entonces hicieron volver a Moisés y Aarón ante Faraón, y él les dijo: ``Vayan, sirvan al SEÑOR su Dios. ¿Quiénes son los que han de ir?"

Y extendió Moisés su vara sobre la tierra de Egipto, y el SEÑOR trajo un viento oriental sobre el país todo aquel día y toda aquella noche; y a la mañana el viento oriental trajo la langosta.

Entonces Faraón llamó apresuradamente a Moisés y a Aarón, y dijo: ``He pecado contra el SEÑOR su Dios y contra ustedes.

"Ahora pues, les ruego que perdonen mi pecado sólo esta vez, y que rueguen al SEÑOR su Dios, para que quite de mí esta muerte."

Y extendió Moisés su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas tres días por toda la tierra de Egipto.

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