'Suerte' en la Biblia
Y cuando partiereis por suertes la tierra en heredad, apartaréis una suerte para el SEÑOR que le consagraréis de la tierra, de longitud de veinticinco mil cañas de medir y diez mil de ancho; esto será santificado en todo su término alrededor.
Y junto al término de Judá, desde la parte del oriente hasta la parte del mar, será la suerte que apartaréis de veinticinco mil cañas de anchura, y de longitud como cualquiera de las otras partes es a saber, desde la parte del oriente hasta la parte del mar; y el Santuario estará en medio de ella.
La suerte que apartaréis para el SEÑOR, será de longitud de veinticinco mil cañas, y de diez mil de ancho.
Y allí será la suerte santa de los sacerdotes, de veinticinco mil cañas al norte, y de diez mil de anchura al occidente, y de diez mil de ancho al oriente, y de veinticinco mil de longitud al Mediodía; y el Santuario del SEÑOR estará en medio de ella.
Ellos tendrán por suerte, apartada en la partición de la tierra, la parte santísima, junto al término de los levitas.
Y lo que quedare de longitud delante de la suerte santa, que son diez mil cañas al oriente y diez mil al occidente, que será lo que quedará de la suerte santa, será para sembrar pan para los que sirven a la ciudad.
Todo el apartado de veinticinco mil cañas por veinticinco mil en cuadro, apartaréis por suerte para el santuario, y para la posesión de la ciudad.
Y del príncipe será lo que quedare de una parte y de la otra de la suerte santa, y de la posesión de la ciudad, es a saber, delante de las veinticinco mil cañas de la suerte santa hasta el término oriental, y al occidente delante de las veinticinco mil hasta el término occidental, delante de las partesdichas será del príncipe; y suerte santa será; y el Santuario de la Casa estará en medio de ella.
Y desde la posesión de los Levitas, y desde la posesión de la ciudad, en medio estará lo que pertenecerá al príncipe. Entre el término de Judá y el término de Benjamín estará la suerte del príncipe.
Y tú irás al fin, y reposarás, y te levantarás en tu suerte (o en tu herencia) al fin de los días.
Y dijeron cada uno a su compañero: Venid, y echemos suertes, para saber por quién nos ha venido este mal. Y echaron suertes, y la suerte cayó sobre Jonás.
Por tanto, no tendrás quien eche cordel para suerte en la congregación del SEÑOR.
También el Reino de los cielos es semejante a la red, que echada en el mar, coge de toda suerte de peces;
HUBO en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la suerte de Abías; y su mujer, de las hijas de Aarón, llamada Elisabet.
conforme a la costumbre del sacerdocio, salió en suerte a poner el incienso, entrando en el Templo del Señor.
Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que éstas le mostrará, de suerte que vosotros os maravilléis.
el cual era contado con nosotros, y tenía suerte o herencia en este ministerio.
para que tome la suerte (o herencia) de este ministerio y del apostolado, del cual se rebeló Judas, por irse a su lugar.
Y les echaron suertes, y cayó la suerte sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles.
No tienes tú parte ni suerte en este negocio; porque tu corazón no es recto delante de Dios.
y destruyendo las siete naciones en la tierra de Canaán, les repartió por suerte la tierra de ellas.
Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas á la luz, y de la potestad de Satanás á Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, remisión de pecados y suerte entre los santificados.
Por lo cual también Dios los entregó á inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de suerte que contaminaron sus cuerpos entre sí mismos:
En ninguna manera: de otra suerte ¿cómo juzgaría Dios el mundo?
En él digo, en quien asimismo tuvimos suerte, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el consejo de su voluntad,
los cuales después que perdieron el sentido de la conciencia, se entregaron a la desvergüenza para cometer con avidez toda suerte de impureza.
Dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la suerte de los santos en luz:
El hermano que es de baja suerte, gloríese en su alteza;
Estos tienen poder para cerrar el cielo a fin de que no llueva durante los días en que ellos profeticen; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda {suerte de} plagas todas las veces que quieran.