'Tenéis' en la Biblia
Y habló con ellos, diciendo: Si tenéis voluntad que yo sepulte mi muerto de delante de mí, oidme, é interceded por mí con Ephrón, hijo de Zohar,
Y ellos respondieron: Aquel varón nos preguntó expresamente por nosotros, y por nuestra parentela, diciendo: ¿Vive aún vuestro padre? ¿tenéis otro hermano? y declarámosle conforme á estas palabras. ¿Podíamos nosotros saber que había de decir: Haced venir
Mi señor preguntó á sus siervos, diciendo: ¿Tenéis padre ó hermano?
Solamente vuestras mujeres, vuestros niños, y vuestros ganados, (yo sé que tenéis mucho ganado,) quedarán en vuestras ciudades que os he dado,
Asimismo, si no lo hicimos por temor de esto, diciendo: Mañana vuestros hijos dirán á nuestros hijos: ¿Qué tenéis vosotros con Jehová el Dios de Israel?;
Jehová ha puesto por término el Jordán entre nosotros y vosotros, oh hijos de Rubén é hijos de Gad; no tenéis vosotros parte en Jehová: y así vuestros hijos harán que nuestros hijos no teman á Jehová.
Yo os ruego que habléis á oídos de todos los de Sichêm: ¿Qué tenéis por mejor, que os señoreen setenta hombres, todos los hijos de Jerobaal; ó que os señoree un varón? Acordaos que yo soy hueso vuestro, y carne vuestra.
David entonces dijo: ¿Qué tenéis vosotros conmigo, hijos de Sarvia, que me habéis de ser hoy adversarios? ¿ha de morir hoy alguno en Israel? ¿no conozco yo que hoy soy rey sobre Israel?
Luego en llegando estas letras á vosotros lo que tenéis los hijos de vuestro señor, y los que tenéis carros y gente de á caballo, la ciudad pertrechada, y las armas,
Y ahora vosotros tratáis de fortificaros contra el reino de Jehová en mano de los hijos de David, porque sois muchos, y tenéis con vosotros los becerros de oro que Jeroboam os hizo por dioses.
Y volvíles respuesta, y díjeles: El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos: que vosotros no tenéis parte, ni derecho, ni memoria en Jerusalem.
No temáis de la presencia del rey de Babilonia, del cual tenéis temor; no temáis de su presencia, ha dicho Jehová, porque con vosotros estoy yo para salvaros y libraros de su mano:
Será que el cuchillo que teméis, os alcanzará allí en tierra de Egipto, y el hambre de que tenéis temor, allá en Egipto se os pegará; y allí moriréis.
Hijo del hombre, ¿qué refrán es este que tenéis vosotros en la tierra de Israel, diciendo: Prolongarse han los días, y perecerá toda visión?
Por tanto, yo también os torné viles y bajos á todo el pueblo, según que vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley tenéis acepción de personas.
No os hagáis, pues, semejantes á ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.
Y Jesús les dice: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron: Siete, y unos pocos pececillos.
Y Pilato les dijo: Tenéis una guardia: id, aseguradlo como sabéis.
Y á ellos dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?
Y él les dice: ¿Cuántos panes tenéis? Id, y vedlo. Y sabiéndolo, dijeron: Cinco, y dos peces.
Porque dejando el mandamiento de Dios, tenéis la tradición de los hombres; las lavaduras de los jarros y de los vasos de beber: y hacéis otras muchas cosas semejantes.
Y les pregunto: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron: Siete.
Y como Jesús lo entendió, les dice: ¿Qué altercáis, porque no tenéis pan? ¿no consideráis ni entendéis? ¿aun tenéis endurecido vuestro corazón?
Y cuando estuviereis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que vuestro Padre que está en los cielos os perdone también á vosotros vuestras ofensas.
Bienaventurados los que ahora tenéis hambre; porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.
Mas ay de vosotros, ricos! porque tenéis vuestro consuelo.
Y no creyéndolo aún ellos de gozo, y maravillados, díjoles: ¿Tenéis aquí algo de comer?
Ni tenéis su palabra permanente en vosotros; porque al que él envió, á éste vosotros no creéis.
Escudriñad las Escrituras, porque á vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.
Mas yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros.
Porque á los pobres siempre los tenéis con vosotros, mas á mí no siempre me tenéis.
Entonces Jesús les dice: Aun por un poco estará la luz entre vosotros: andad entre tanto que tenéis luz, porque no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe dónde va.
Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz. Estas cosas habló Jesús, y fuése, y escondióse de ellos.
También, pues, vosotros ahora ciertamente tenéis tristeza; mas otra vez os veré, y se gozará vuestro corazón, y nadie quitará de vosotros vuestro gozo.
Empero vosotros tenéis costumbre, que os suelte uno en la Pascua: ¿queréis, pues, que os suelte al Rey de los Judíos?
Y después de la lectura de la ley y de los profetas, los príncipes de la sinagoga enviaron á ellos, diciendo: Varones hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad.
Mas ahora, librados del pecado, y hechos siervos á Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y por fin la vida eterna.
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿ó menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis á los que no tienen? ¿Qué os diré? ¿os alabaré? En esto no os alabo.
Ahora pues, llevad también á cabo el hecho, para que como estuvisteis prontos á querer, así también lo estéis en cumplir conforme á lo que tenéis.
Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad los que así anduvieren como nos tenéis por ejemplo.
Habiendo oído vuestra fe en Cristo Jesús, y el amor que tenéis á todos los santos,
AMOS, haced lo que es justo y derecho con vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis amo en los cielos.
Empero volviendo de vosotros á nosotros Timoteo, y haciéndonos saber vuestra fe y caridad, y que siempre tenéis buena memoria de nosotros, deseando vernos, como también nosotros á vosotros,
EMPERO acerca de los tiempos y de los momentos, no tenéis, hermanos, necesidad de que yo os escriba:
Porque debiendo ser ya maestros á causa del tiempo, tenéis necesidad de volver á ser enseñados cuáles sean los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado á ser tales que tengáis necesidad de leche, y no de manjar sólido.
Porque de mis prisiones también os resentisteis conmigo, y el robo de vuestros bienes padecisteis con gozo, conociendo que tenéis en vosotros una mejor sustancia en los cielos, y que permanece.
Pero si tenéis envidia amarga y contención en vuestros corazones, no os gloriés, ni seáis mentirosos contra la verdad:
Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y gerreáis, y no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.
Mas vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.
Pero la unción que vosotros habéis recibido de él, mora en vosotros, y no tenéis necesidad que ninguno os enseñe; mas como la unción misma os enseña de todas cosas, y es verdadera, y no es mentira, así como os ha enseñado, perseveraréis en él.
Estas cosas he escrito á vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.
Empero la que tenéis, tenedla hasta que yo venga.
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