Salmos 138:7

Aunque yo anduviere en medio de la angustia, tú me vivificarás: Contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano, y me salvará tu diestra.

Salmos 60:5

Para que se libren tus amados, salva con tu diestra, y óyeme.

Salmos 71:20-21

Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males, volverás a darme vida, y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra.

Isaías 5:25

Por esta causa se encendió el furor de Jehová contra su pueblo, y extendió contra él su mano, y le hirió; y se estremecieron los montes, y sus cadáveres fueron arrojados en medio de las calles. Con todo esto no ha cesado su furor, pero su mano todavía está extendida.

Miqueas 7:8-10

No te alegres de mí, oh enemiga mía, porque aunque caiga, me volveré a levantar; aunque more en tinieblas, Jehová será mi luz.

Job 13:15

He aquí, aunque Él me matare, en Él esperaré; pero sostendré delante de Él mis caminos.

Job 19:25-26

Yo sé que mi Redentor vive, y en el día final se levantará sobre la tierra;

Salmos 17:7

Muestra tus maravillosas misericordias, tú que con tu diestra salvas a los que en ti confían de los que se levantan contra ellos.

Salmos 18:35

Me diste asimismo el escudo de tu salvación, y tu diestra me sustentó, y tu benignidad me ha engrandecido.

Salmos 20:6

Ahora entiendo que Jehová guarda a su ungido; lo oirá desde su santo cielo, con la fuerza salvadora de su diestra.

Salmos 23:3-4

Restaurará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.

Salmos 35:1-3

«Salmo de David» Disputa, oh Jehová, con los que contra mí contienden; pelea con los que combaten contra mí.

Salmos 41:7-8

Reunidos murmuran contra mí todos los que me aborrecen; contra mí piensan mal, diciendo de mí:

Salmos 44:3

Porque no se apoderaron de la tierra por su espada, ni su brazo los libró; sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, porque te complaciste en ellos.

Salmos 44:5-7

Por medio de ti sacudiremos a nuestros enemigos; en tu nombre hollaremos a nuestros adversarios.

Salmos 56:1-2

«Al Músico principal: sobre La paloma silenciosa en paraje muy distante. Mictam de David, cuando los filisteos le prendieron en Gat» Ten misericordia de mí, oh Dios, porque me devoraría el hombre: Me oprime combatiéndome cada día.

Salmos 56:9

Serán luego vueltos atrás mis enemigos el día que yo clamare; en esto conozco que Dios es por mí.

Salmos 64:7-8

Mas Dios los herirá con saeta; de repente serán heridos.

Salmos 66:10-12

Porque tú nos probaste, oh Dios: nos refinaste como se refina la plata.

Salmos 77:10

Y dije: Enfermedad mía es ésta; traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo.

Salmos 85:6

¿No volverás a darnos vida, para que tu pueblo se regocije en ti?

Salmos 119:49-50

ZAYIN. Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, en la cual me has hecho esperar.

Salmos 144:1-2

«Salmo de David» Bendito sea Jehová, mi Roca, que adiestra mis manos para la guerra, y mis dedos para la batalla.

Isaías 9:12

del oriente los sirios, y los filisteos del poniente; y a boca llena devorarán a Israel. Ni con todo eso ha cesado su furor, pero su mano todavía está extendida.

Isaías 9:17

Por tanto, el Señor no tomará contentamiento en sus jóvenes, ni de sus huérfanos y viudas tendrá misericordia; porque todos son falsos y malignos, y toda boca habla necedades. Con todo esto no ha cesado su furor, pero su mano todavía está extendida.

Isaías 9:21

Manasés a Efraín, y Efraín a Manasés, y ambos contra Judá. Ni con todo esto ha cesado su furor, pero su mano todavía está extendida.

Isaías 10:4

Sin mí se inclinarán entre los presos, y entre los muertos caerán. Ni con todo esto ha cesado su furor, pero su mano todavía está extendida.

Isaías 41:10

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Isaías 57:16

Porque no contenderé para siempre, ni para siempre guardaré el enojo; pues decaería ante mí el espíritu, y las almas que yo he creado.

Jeremías 51:25

He aquí yo contra ti, oh monte destruidor, dice Jehová, que destruiste toda la tierra; y extenderé mi mano sobre ti, y te haré rodar de las peñas, y te tornaré en monte quemado.

Hechos 2:33

Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que ahora vosotros veis y oís.

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Reina Valera Gómez (© 2010)