81 casos

'En Mí' en la Biblia

«Al Músico principal: sobre Neginot: Salmo de David» Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia; estando en angustia, tú me hiciste ensanchar; ten misericordia de mí, y oye mi oración.

no sea que desgarren mi alma cual león, despedazándola, sin que haya quien libre.

Jehová Dios mío, si yo he hecho esto, si hay en mis manos iniquidad;

Ten misericordia de mí, oh Jehová; mira mi aflicción que padezco de los que me aborrecen, tú que me levantas de las puertas de la muerte;

¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, con ansiedad en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?

Se multiplicarán los dolores de aquellos que sirven diligentes a otro dios. No ofreceré yo sus libaciones de sangre, ni en mis labios tomaré sus nombres.

Por tanto, mi corazón se alegra, y se goza mi gloria; también mi carne reposará segura.

En mi angustia invoqué a Jehová, y clamé a mi Dios: Él oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó delante de Él, a sus oídos.

Mírame, y ten misericordia de mí; porque estoy solo y afligido.

«Salmo de David» Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado; he confiado asimismo en Jehová, no vacilaré.

Oye, oh Jehová, mi voz cuando a ti clamo; y ten misericordia de mí, respóndeme.

¿Qué provecho hay en mi muerte, cuando yo descienda al sepulcro? ¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?

Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí: Jehová, sé tú mi ayudador.

Ten misericordia de mí, oh Jehová, que estoy en angustia; de pesar se han consumido mis ojos, mi alma, y mis entrañas.

Y decía yo en mi premura: Cortado soy de delante de tus ojos; mas tú oíste la voz de mis súplicas, cuando a ti clamé.

«Salmo de David, cuando mudó su semblante delante de Abimelec, y él lo echó, y se fue» Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará siempre en mi boca.

Echa mano al escudo y al pavés, y levántate en mi ayuda.

Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron; se juntó contra mí gente despreciable, y yo no lo entendía; me despedazaban, y no cesaban;

No hay nada sano en mi carne a causa de tu ira; ni hay paz en mis huesos a causa de mi pecado.

Se enardeció mi corazón dentro de mí; se encendió fuego en mi meditación, y así proferí con mi lengua:

Mas tú, Jehová, ten misericordia de mí, y hazme levantar, y les daré el pago.

Porque me ha librado de toda angustia, y en mis enemigos vieron mis ojos mi deseo.

«Al Músico principal: sobre La paloma silenciosa en paraje muy distante. Mictam de David, cuando los filisteos le prendieron en Gat» Ten misericordia de mí, oh Dios, porque me devoraría el hombre: Me oprime combatiéndome cada día.

«Al Músico principal: sobre No destruyas: Mictam de David, cuando huyó de delante de Saúl a la cueva» Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; porque en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé, hasta que pasen los quebrantos.

El Dios de mi misericordia irá delante de mí: Dios perimitirá que yo vea en mis enemigos mi deseo.

cuando me acuerdo de ti en mi lecho, y medito en ti en las vigilias de la noche.

«Al Músico principal: Salmo de David» Escucha, oh Dios, mi voz en mi oración; guarda mi vida del miedo del enemigo.

Mi corazón fue atribulado, y en mis riñones sentía punzadas.

¡Oh, si me hubiera oído mi pueblo, si Israel hubiera andado en mis caminos!

Mírame, y ten misericordia de mí; da tu fortaleza a tu siervo, y guarda al hijo de tu sierva.

Si dejaren sus hijos mi ley, y no anduvieren en mis juicios;

si profanaren mis estatutos, y no guardaren mis mandamientos;

Señor, acuérdate del oprobio de tus siervos; oprobio de muchos pueblos, que llevo en mi seno.

Por tanto, juré en mi ira que no entrarían en mi reposo.

Hizo asimismo que tuviesen misericordia de ellos todos los que los tenían cautivos.

«Canción: Salmo de David» Mi corazón está dispuesto, oh Dios; cantaré y entonaré salmos, todavía en mi gloria.

Si tu ley no hubiese sido mi delicia, ya en mi aflicción hubiera perecido.

De continuo está mi alma en mi mano; mas no me he olvidado de tu ley.

Mírame, y ten misericordia de mí, como acostumbras con los que aman tu nombre.

Ten misericordia de nosotros, oh Jehová, ten misericordia de nosotros; porque estamos muy hastiados de menosprecio.

Si tus hijos guardaren mi pacto, y mi testimonio que yo les enseñaré, sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre.

Reina Valera Gómez (© 2010)