54 Versículo de la Biblia sobre Auto respeto
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Y el segundo es semejante á éste: Amarás á tu prójimo como á ti mismo.
Y el segundo es semejante á él: Amarás á tu prójimo como á ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.
Así que, todas las cosas que quisierais que los hombres hiciesen con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esta es la ley y los profetas.
Honra á tu padre y á tu madre: y, Amarás á tu prójimo como á ti mismo.
Digo pues por la gracia que me es dada, á cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con templanza, conforme á la medida de la fe que Dios repartió á cada uno.
Porque ninguno aborreció jamás á su propia carne, antes la sustenta y regala, como también Cristo á la iglesia;
También tengo yo seso como vosotros; No soy yo menos que vosotros: ¿Y quién habrá que no pueda decir otro tanto?
Y subirá de punto, pues me cazas como á león, Y tornas á hacer en mí maravillas.
Fortaleza y honor son su vestidura; Y en el día postrero reirá.
Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno parece que tiene de qué confiar en la carne, yo más:
Porque tú poseiste mis riñones; Cubrísteme en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras: Estoy maravillado, Y mi alma lo conoce mucho.
¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno violare el templo de Dios, Dios destruirá al tal: porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.
Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen: todas las cosas me son lícitas, mas yo no me meteré debajo de potestad de nada. Las viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; empero y á él y á ellas deshará Dios. Mas el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor para el cuerpo: Y Dios que levantó al Señor, también á nosotros nos levantará con su poder.Leer más.
¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré pues los miembros de Cristo, y los haré miembros de una ramera? Lejos sea. ¿O no sabéis que el que se junta con una ramera, es hecho con ella un cuerpo? porque serán, dice, los dos en una carne. Empero el que se junta con el Señor, un espíritu es. Huid la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre hiciere, fuera del cuerpo es; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque comprados sois por precio: glorificad pues á Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
¿Y qué concierto el templo de Dios con los ídolos? porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré en ellos; y seré el Dios de ellos, y ellos serán mi pueblo.
En el cual vosotros también sois juntamente edificados, para morada de Dios en Espíritu.
Porque todo lo que Dios crió es bueno, y nada hay que desechar, tomándose con hacimiento de gracias:
El hermano que es de baja suerte, gloríese en su alteza: Mas el que es rico, en su bajeza; porque él se pasará como la flor de la hierba.
Antes, mucho más los miembros del cuerpo que parecen más flacos, son necesarios; Y á aquellos del cuerpo que estimamos ser más viles, á éstos vestimos más honrosamente; y los que en nosotros son menos honestos, tienen más compostura. Porque los que en nosotros son más honestos, no tienen necesidad: mas Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba;Leer más.
Para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se interesen los unos por los otros.
Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con simplicidad y sinceridad de Dios, no con sabiduría carnal, mas con la gracia de Dios, hemos conversado en el mundo, y muy más con vosotros.
El que habla de sí mismo, su propia gloria busca; mas el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero, y no hay en él injusticia.
Así que cada uno examine su obra, y entonces tendrá gloria sólo respecto de sí mismo, y no en otro.
Orad por nosotros: porque confiamos que tenemos buena conciencia, deseando conversar bien en todo.
Y díjome: Varón de deseos, no temas: paz á ti; ten buen ánimo, y aliéntate. Y hablando él conmigo cobré yo vigor, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido.
Jehová es mi fortaleza, y mi canción, Y hame sido por salud: Este es mi Dios, y á éste engrandeceré; Dios de mi padre, y á éste ensalzaré.
Dios es el que con virtud me corrobora, y el que despeja mi camino;
Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza: Seguridad mía desde mi juventud.
Porque tú eres la gloria de su fortaleza; Y por tu buena voluntad ensalzarás nuestro cuerno.
Mi fortaleza y mi canción es JAH; Y él me ha sido por salud.
Mas el Señor me ayudó, y me esforzó para que por mí fuese cumplida la predicación, y todos los Gentiles oyesen; y fuí librado de la boca del león.
¿Es este tu temor, tu confianza, Tu esperanza, y la perfección de tus caminos?
Honra es del hombre dejarse de contienda: Mas todo insensato se envolverá en ella.
Que cada uno de vosotros sepa tener su vaso en santificación y honor;
Que los viejos sean templados, graves, prudentes, sanos en la fe, en la caridad, en la paciencia.
Porque después que me convertí, tuve arrepentimiento, y después que me conocí, herí el muslo: avergoncéme, y confundíme, porque llevé la afrenta de mis mocedades.
DESPUÉS de esto aconteció, que murió el rey de los hijos de Ammón: y reinó en lugar suyo Hanún su hijo. Y dijo David: Yo haré misericordia con Hanún hijo de Naas, como su padre la hizo conmigo. Y envió David sus siervos á consolarlo por su padre. Mas llegados los siervos de David á la tierra de los hijos de Ammón, Los príncipes de los hijos de Ammón dijeron á Hanún su señor: ¿Te parece que por honrar David á tu padre te ha enviado consoladores? ¿no ha enviado David sus siervos á ti por reconocer é inspeccionar la ciudad, para destruirla?Leer más.
Entonces Hanún tomó los siervos de David, y rapóles la mitad de la barba, y cortóles los vestidos por la mitad hasta las nalgas, y despachólos. Lo cual como fué hecho saber á David, envió á encontrarles, porque ellos estaban en extremo avergonzados; y el rey hizo decir les: Estaos en Jericó hasta que os vuelva á nacer la barba, y entonces regresaréis.
DESPUÉS de estas cosas aconteció que murió Naas rey de los hijos de Ammón, y reinó en su lugar su hijo. Y dijo David: Haré misericordia con Hanán hijo de Naas, porque también su padre hizo conmigo misericordia. Así David envió embajadores que lo consolasen de la muerte de su padre. Mas venidos los siervos de David en la tierra de los hijos de Ammón á Hanán, Los príncipes de los hijos de Ammón dijeron á Hanán: ¿A tu parecer honra David á tu padre, que te ha enviado consoladores? ¿no vienen antes sus siervos á ti para escudriñar, é inquirir, y reconocer la tierra?Leer más.
Entonces Hanán tomó los siervos de David, y rapólos, y cortóles los vestidos por medio, hasta las nalgas, y despachólos. Fuéronse pues, y dada que fué la nueva á David de aquellos varones, él envió á recibirlos, porque estaban muy afrentados. E hízoles decir el rey: Estaos en Jericó hasta que os crezca la barba, y entonces volveréis.
ACONTECIO después de esto, que teniendo Absalom hijo de David una hermana hermosa que se llamaba Thamar, enamoróse de ella Amnón hijo de David. Y estaba Amnón angustiado hasta enfermar, por Thamar su hermana: porque por ser ella virgen, parecía á Amnón que sería cosa dificultosa hacerle algo. Y Amnón tenía un amigo que se llamaba Jonadab, hijo de Simea, hermano de David: y era Jonadab hombre muy astuto.Leer más.
Y éste le dijo: Hijo del rey, ¿por qué de día en día vas así enflaqueciendo? ¿no me lo descubrirás á mí? Y Amnón le respondió: Yo amo á Thamar la hermana de Absalom mi hermano. Y Jonadab le dijo: Acuéstate en tu cama, y finge que estás enfermo; y cuando tu padre viniere á visitarte, dile: Ruégote que venga mi hermana Thamar, para que me conforte con alguna comida, y aderece delante de mí alguna vianda, para que viendo yo, la com Acostóse pues Amnón, y fingió que estaba enfermo, y vino el rey: á visitarle: y dijo Amnón al rey: Yo te ruego que venga mi hermana Thamar, y haga delante de mí dos hojuelas, que coma yo de su mano. Y David envió á Thamar á su casa, diciendo: Ve ahora á casa de Amnón tu hermano, y hazle de comer. Y fué Thamar á casa de su hermano Amnón, el cual estaba acostado; y tomó harina, y amasó é hizo hojuelas delante de él, y aderezólas. Tomó luego la sartén, y sacólas delante de él: mas él no quiso comer. Y dijo Amnón: Echad fuera de aquí á todos. Y todos se salieron de allí. Entonces Amnón dijo á Thamar: Trae la comida á la alcoba, para que yo coma de tu mano. Y tomando Thamar las hojuelas que había aderezado, llevólas á su hermano Amnón á la alcoba. Y como ella se las puso delante para que comiese, él trabó de ella, diciéndole: Ven, hermana mía acuéstate conmigo. Ella entonces le respondió: No, hermano mío, no me hagas fuerza; porque no se ha de hacer así con Israel. No hagas tal desacierto. Porque, ¿dónde iría yo con mi deshonra? Y aun tú serías estimado como uno de los perversos en Israel. Ruégote pues ahora que hables al rey, que no me negará á ti. Mas él no la quiso oir; antes pudiendo más que ella la forzó, y echóse con ella. Aborrecióla luego Amnón de tan grande aborrecimiento, que el odio con que la aborreció fué mayor que el amor con que la había amado. Y díjole Amnón: Levántate y vete. Y ella le respondió: No es razón; mayor mal es éste de echarme, que el que me has hecho. Mas él no la quiso oir: Antes llamando su criado que le servía dijo: Echame ésta allá fuera, y tras ella cierra la puerta. Y tenía ella sobre sí una ropa de colores, traje que las hijas vírgenes de los reyes vestían. Echóla pues fuera su criado, y cerró la puerta tras ella. Entonces Thamar tomó ceniza, y esparcióla sobre su cabeza, y rasgó su ropa de colores de que estaba vestida, y puestas sus manos sobre su cabeza, fuése gritando. Y díjole su hermano Absalom: ¿Ha estado contigo tu hermano Amnón? Pues calla ahora, hermana mía: tu hermano es; no pongas tu corazón en este negocio. Y quedóse Thamar desconsolada en casa de Absalom su hermano. Y luego que el rey David oyó todo esto, fué muy enojado. Mas Absalom no habló con Amnón ni malo ni bueno, bien que Absalom aborrecía á Amnón, porque había forzado á Thamar su hermana.
En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fué echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se bañaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como de águila, y sus uñas como de aves.
Porque el que estima de sí que es algo, no siendo nada, á sí mismo se engaña.
Y digas en tu corazón: Mi poder y la fortaleza de mi mano me han traído esta riqueza. Antes acuérdate de Jehová tu Dios: porque él te da el poder para hacer las riquezas, á fin de confirmar su pacto que juró á tus padres, como en este día.
Si subiere su altivez hasta el cielo, Y su cabeza tocare en las nubes, Con su estiércol perecerá para siempre: Los que le hubieren visto, dirán: ¿Qué es de él?
Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno parece que tiene de qué confiar en la carne, yo más: Circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, Hebreo de Hebreos; cuanto á la ley, Fariseo; Cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; cuanto á la justicia que es en la ley, irreprensible.Leer más.
Pero las cosas que para mí eran ganancias, helas reputado pérdidas por amor de Cristo.
MAS ahora los más mozos de días que yo, se ríen de mí; Cuyos padres yo desdeñara ponerlos con los perros de mi ganado. Porque ¿para qué yo habría menester la fuerza de sus manos, En los cuales había perecido con el tiempo? Por causa de la pobreza y del hambre andaban solos; Huían á la soledad, á lugar tenebroso, asolado y desierto.Leer más.
Que cogían malvas entre los arbustos, Y raíces de enebro para calentarse. Eran echados de entre las gentes, Y todos les daban grita como al ladrón. Habitaban en las barrancas de los arroyos, En las cavernas de la tierra, y en las rocas. Bramaban entre las matas, Y se reunían debajo de las espinas. Hijos de viles, y hombres sin nombre, Más bajos que la misma tierra. Y ahora yo soy su canción, Y he sido hecho su refrán. Abomínanme, aléjanse de mí, Y aun de mi rostro no detuvieron su saliva. Porque Dios desató mi cuerda, y me afligió, Por eso se desenfrenaron delante de mi rostro. A la mano derecha se levantaron los jóvenes; Empujaron mis pies, Y sentaron contra mí las vías de su ruina. Mi senda desbarataron, Aprovecháronse de mi quebrantamiento, Contra los cuales no hubo ayudador. Vinieron como por portillo ancho, Revolviéronse á mi calamidad. Hanse revuelto turbaciones sobre mí; Combatieron como viento mi alma, Y mi salud pasó como nube
Y salido él del barco, luego le salió al encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, Que tenía domicilio en los sepulcros, y ni aun con cadenas le podía alguien atar; Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y los grillos desmenuzados; y nadie le podía domar.Leer más.
Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, é hiriéndose con las piedras.
Y saliendo él á tierra, le vino al encuentro de la ciudad un hombre que tenía demonios ya de mucho tiempo; y no vestía vestido, ni estaba en casa, sino por los sepulcros. El cual, como vió á Jesús, exclamó y se postró delante de él, y dijo á gran voz: ¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Ruégote que no me atormentes. (Porque mandaba al espíritu inmundo que saliese del hombre: porque ya de mucho tiempo le arrebataba; y le guardaban preso con cadenas y grillos; mas rompiendo las prisiones, era agitado del demonio por los desiertos.)
Y una mujer que estaba con flujo de sangre doce años hacía, Y había sufrido mucho de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, Como oyó hablar de Jesús, llegó por detrás entre la compañía, y tocó su vestido.Leer más.
Porque decía: Si tocare tan solamente su vestido, seré salva.
Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre doce años había, llegándose por detrás, tocó la franja de su vestido: Porque decía entre sí: Si tocare solamente su vestido, seré salva. Mas Jesús volviéndose, y mirándola, dijo: Confía, hija, tu fe te ha salvado. Y la mujer fué salva desde aquella hora.
Y una mujer, que tenía flujo de sangre hacía ya doce años, la cual había gastado en médicos toda su hacienda, y por ninguno había podido ser curada, Llegándose por las espaldas, tocó el borde de su vestido; y luego se estancó el flujo de su sangre. Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que estaban con él: Maestro, la compañía te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado?Leer más.
Y Jesús dijo: Me ha tocado alguien; porque yo he conocido que ha salido virtud de mí. Entonces, como la mujer vió que no se había ocultado, vino temblando, y postrándose delante de él declaróle delante de todo el pueblo la causa por qué le había tocado, y cómo luego había sido sana. Y él dijo: Hija, tu fe te ha salvado: ve en paz.
Y no muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, partió lejos á una provincia apartada; y allí desperdició su hacienda viviendo perdidamente. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una grande hambre en aquella provincia, y comenzóle á faltar. Y fué y se llegó á uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió á su hacienda para que apacentase los puercos.Leer más.
Y deseaba henchir su vientre de las algarrobas que comían los puercos; mas nadie se las daba.
Y entrando en una aldea, viniéronle al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos, Y alzaron la voz, diciendo: Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros.
HERMANOS, si alguno fuere tomado en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restaurad al tal con el espíritu de mansedumbre; considerándote á ti mismo, porque tú no seas también tentado.
NO reprendas al anciano, sino exhórtale como á padre: á los más jóvenes, como á hermanos; A las ancianas, como á madres; á las jovencitas, como á hermanas, con toda pureza.