68 Versículo de la Biblia sobre Cese
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Quitado es el gozo y la alegría del campo fértil; en las viñas no cantarán, ni se regocijarán; no pisará vino en los lagares el pisador: la canción he hecho cesar.
Y será cortada la alegría y el regocijo de los campos labrados, y de la tierra de Moab: y haré cesar el vino de los lagares: no pisarán con canción; la canción no será canción.
Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos. Encenderé y reduciré á humo tus carros, y espada devorará tus leoncillos; y raeré de la tierra tu robo, y nunca más se oirá voz de tus embajadores.
Entonces Samsón les dijo: ¿Así lo habíais de hacer? mas yo me vengaré de vosotros, y después cesaré.
Así ha dicho el Señor Jehová: He aquí, yo á los pastores; y requeriré mis ovejas de su mano, y haréles dejar de apacentar las ovejas: ni los pastores se apacentarán más á sí mismos; pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida.
Todos ellos adúlteros; son como horno encendido por el hornero, el cual cesará de avivar después que esté hecha la masa, hasta que esté leuda.
Y Abraham y Sara eran viejos, entrados en días: á Sara había cesado ya la costumbre de las mujeres.
Y concibió ota vez, y parió un hijo, y dijo: Esta vez alabaré á Jehová: por esto llamó su nombre Judá: y dejó de parir.
Y viendo Lea que había dejado de parir, tomó á Zilpa su sierva, y dióla á Jacob por mujer.
Mas desde los cincuenta años volverán del oficio de su ministerio, y nunca más servirán:
Cesa, hijo mío, de oir la enseñanza Que induce á divagar de las razones de sabiduría.
De otra manera cesarían de ofrecerse; porque los que tributan este culto, limpios de una vez, no tendrían más conciencia de pecado.
Y haré cesar de las ciudades de Judá, y de la calles de Jerusalem, voz de gozo y voz de alegría, voz de esposo y voz de esposa; porque la tierra será en desolación.
Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo haré cesar en este lugar, delante de vuestros ojos y en vuestros días, toda voz de gozo y toda voz de alegría, toda voz de esposo y toda voz de esposa.
Y haré que perezca de entre ellos voz de gozo y voz de alegría, voz de desposado y voz de desposada, ruido de muelas, y luz de lámpara.
Y luz de antorcha no alumbrará más en ti; y voz de esposo ni de esposa no será más en ti oída; porque tus mercaderes eran los magnates de la tierra; porque en tus hechicerías todas las gentes han errado.
Y haré cesar el estrépito de tus canciones, y no se oirá más el son de tus vihuelas.
Cesó el regocijo de los panderos, acabóse el estruendo de los que se huelgan, paró la alegría del arpa.
Y haré cesar todo su gozo, sus fiestas, sus nuevas lunas y sus sábados, y todas sus festividades.
Cesó el gozo de nuestro corazón; Nuestro corro se tornó en luto.
Por tanto, ahora pasarán en el principio de los que á cautividad pasaren, y se acercará el clamor de los extendidos.
Que levantarás esta parábola sobre el rey de Babilonia, y dirás: Cómo paró el exactor, cómo cesó la ciudad codiciosa del oro!
Entonces Joab tocó el cuerno, y todo el pueblo se detuvo, y no siguió más á los de Israel, ni peleó más.
Viendo entonces los capitanes de los carros que no era el rey de Israel, apartáronse de él.
Los valientes de Babilonia dejaron de pelear, estuviéronse en sus fuertes: faltóles su fortaleza, tornáronse como mujeres: encendiéronse sus casas, quebráronse sus cerrojos.
Entonces respondiendo Jesús, dijo: Dejad hasta aquí. Y tocando su oreja, le sanó.
El cual tomando luego soldados y centuriones, corrió á ellos. Y ellos como vieron al tribuno y á los soldados, cesaron de herir á Pablo.
Salió pues el rey con todo el pueblo que le seguía, y paráronse en un lugar distante.
Y acercándose, tocó el féretro: y los que lo llevaban, pararon. Y dice: Mancebo, á ti digo, levántate.
Y fué Nínive de tiempo antiguo como estanque de aguas; mas ellos huyen: Parad, parad; y ninguno mira.
Y ellos, habiendo oído al rey, se fueron: y he aquí la estrella que habían visto en el oriente, iba delante de ellos, hasta que llegando, se puso sobre donde estaba el niño.
Y parándose Jesús, los llamó, y dijo: ¿Qué queréis que haga por vosotros?
Jesús entonces parándose, mandó traerle á sí: y como él llegó, le preguntó,
Y mandó parar el carro: y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco; y bautizóle.
Lavad, limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de ante mis ojos; dejad de hacer lo malo:
Así ha dicho el Señor Jehová: Básteos, oh príncipes de Israel: dejad la violencia y la rapiña: haced juicio y justicia; quitad vuestras imposiciones de sobre mi pueblo, dice el Señor Jehová.
Porque quitaré de su boca los nombres de los Baales, y nunca más serán mentados por sus nombres.
Y haré cesar la depravación de la tierra, y escarmentarán todas las mujeres, y no harán según vuestra torpeza.
Y quemarán tus casas á fuego, y harán en ti juicios á ojos de muchas mujeres; y hacerte he cesar de ser ramera, ni tampoco darás más don.
Y haré cesar de ti tu suciedad, y tu fornicación de la tierra de Egipto: ni más levantarás á ellos tus ojos, ni nunca más te acordarás de Egipto.
Y luego la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote.
Y dije: Señor Jehová, cesa ahora; ¿quién levantará á Jacob? porque es pequeño.
Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad.
Y nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de ellos, y los matemos, y hagamos cesar la obra.
Y enviéles mensajeros, diciendo: Yo hago una grande obra, y no puedo ir; porque cesaría la obra, dejándola yo para ir á vosotros.
Y respondióle Moisés: En saliendo yo de la ciudad extenderé mis manos á Jehová, y los truenos cesarán, y no habrá más granizo; para que sepas que de Jehová es la tierra.
Y salido Moisés de con Faraón de la ciudad, extendió sus manos á Jehová, y cesaron los truenos y el granizo; y la lluvia no cayó más sobre la tierra.
Y viendo Faraón que la lluvia había cesado y el granizo y los truenos, perseveró en pecar, y agravó su corazón, él y sus siervos.
Y viendo Faraón que le habían dado reposo, agravó su corazón, y no los escuchó; como Jehová lo había dicho.
Y tomaron á Jonás, y echáronlo á la mar; y la mar se quietó de su furia.
Y subió á ellos en el barco, y calmó el viento: y ellos en gran manera estaban fuera de sí, y se maravillaban:
Y levantándose, increpó al viento, y dijo á la mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y fué hecha grande bonanza.
Y cuando las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca de Jehová Señoreador de toda la tierra, fueren asentadas sobre las aguas del Jordán, las aguas del Jordán se partirán: porque las aguas que vienen de arriba se detendrán en un montón.
Les responderéis: Que las aguas del Jordán fueron partidas delante del arca del pacto de Jehová; cuando ella pasó el Jordán, las aguas del Jordán se partieron: y estas piedras serán por memoria á los hijos de Israel para siempre.
¿Por qué fué perpetuo mi dolor, y mi herida desahuciada no admitió cura? ¿Serás para mí como cosa ilusoria, como aguas que no son estables?
Y como los vasos fueron llenos, dijo á un hijo suyo: Tráeme aún otro vaso. Y él dijo: No hay más vasos. Entonces cesó el aceite.
Y el maná cesó el día siguiente, desde que comenzaron á comer del fruto de la tierra: y los hijos de Israel nunca más tuvieron maná, sino que comieron de los frutos de la tierra de Canaán aquel año.
Y púsose entre los muertos y los vivos, y cesó la mortandad.
Después se volvió Aarón á Moisés á la puerta del tabernáculo del testimonio, cuando la mortandad había cesado.
Entonces se levantó Phinees, é hizo juicio; Y se detuvo la plaga.
Diles por tanto: Así ha dicho el Señor Jehová: Haré cesar este refrán, y no repetirán más este dicho en Israel. Diles pues: Se han acercado aquellos días, y la palabra de toda visión.
Vivo yo, dice el Señor Jehová, que nunca más tendréis por qué usar este refrán en Israel.
Porque no habrá más alguna visión vana, ni habrá adivinación de lisonjeros en medio de la casa de Israel.
La caridad nunca deja de ser: mas las profecías se han de acabar, y cesarán las lenguas, y la ciencia ha de ser quitada;
Traeré por tanto los más malos de las naciones, los cuales poseerán sus casas; y haré cesar la soberbia de los poderosos, y sus santuarios serán profanados.
Y en Tehaphnes será cerrado el día, cuando quebrantaré yo allí las barras de Egipto, y cesará en ella la soberbia de su fortaleza: nublado la cubrirá, y los moradores de sus aldeas irán en cautiverio.