39 Versículo de la Biblia sobre Compañerismo

¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de concierto?

Y como vieron la gracia que me era dada, Jacobo y Cefas y Juan, que parecían ser las columnas, nos dieron las diestras de compañía á mí y á Bernabé, para que nosotros fuésemos á los Gentiles, y ellos á la circuncisión.

Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros: y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.

Compañero soy yo de todos los que te temieren Y guardaren tus mandamientos.

Y DESPUÉS de estas cosas, designó el Señor aun otros setenta, los cuales envió de dos en dos delante de sí, á toda ciudad y lugar á donde él había de venir.

Quédate conmigo, no temas: quien buscare mi vida, buscará también la tuya: bien que tú estarás conmigo guardado.

Que juntos comunicábamos dulcemente los secretos, A la casa de Dios andábamos en compañía.

Para que andes por el camino de los buenos, Y guardes las veredas de los justos.

El que anda con los sabios, sabio será; Mas el que se allega á los necios, será quebrantado.

NO tengas envidia de los hombres malos, Ni desees estar con ellos:

Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo.

Ministrando pues éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme á Bernabé y á Saulo para la obra para la cual los he llamado.

¿No tenemos potestad de traer con nosotros una hermana mujer también como los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?

Aristarchô, mi compañero en la prisión, os saluda, y Marcos, el sobrino de Bernabé (acerca del cual habéis recibido mandamientos; si fuere á vosotros, recibidle),

Y si alguno no obedeciere á nuestra palabra por carta, notad al tal, y no os juntéis con él, para que se avergüence.

Procura venir presto á mí: Porque Demas me ha desamparado, amando este siglo, y se ha ido á Tesalónica; Crescente á Galacia, Tito á Dalmacia.

Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dió del árbol, y yo comí.

Que desampara el príncipe de su mocedad, Y se olvida del pacto de su Dios.

Y Ruth respondió: No me ruegues que te deje, y que me aparte de ti: porque donde quiera que tú fueres, iré yo; y donde quiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada: así me haga Jehová, y así me dé, que sólo la muerte hará separación entre mí y ti. Y viendo Noemi que estaba tan resuelta á ir con ella, dejó de hablarle.

Y respondió Ittai al rey, diciendo: Vive Dios, y vive mi señor el rey, que, ó para muerte ó para vida, donde mi señor el rey estuviere, allí estará también tu siervo.

Y Husai respondió á Absalom: No: antes al que eligiere Jehová y este pueblo y todos los varones de Israel, de aquél seré yo, y con aquél quedaré.

El rey entonces pasó á Gilgal, y con él pasó Chimham; y todo el pueblo de Judá, con la mitad del pueblo de Israel, pasaron al rey.

Y dijo Elías á Eliseo: Quédate ahora aquí, porque Jehová me ha enviado á Beth-el. Y Eliseo dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Descendieron pues á Beth-el.

Y Elías le volvió á decir: Eliseo, quédate aquí ahora, porque Jehová me ha enviado á Jericó. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Vinieron pues á Jericó.

Y Elías le dijo: Ruégote que te quedes aquí, porque Jehová me ha enviado al Jordán. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Fueron pues ambos á dos.

Y dijo la madre del niño: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré.

Tomó también manteca y leche, y el becerro que había aderezado, y púsolo delante de ellos; y él estaba junto á ellos debajo del árbol; y comieron.

Lucas solo está conmigo. Toma á Marcos, y traéle contigo; porque me es útil para el ministerio.

Saúl y Jonathán, amados y queridos en su vida, En su muerte tampoco fueron apartados: Más ligeros que águilas, Más fuertes que leones.

Por entonces volveré yo á los pueblos el labio limpio, para que todos invoquen el nombre de Jehová, para que de un consentimiento le sirvan.

Cuando partiere para España, iré á vosotros; porque espero que pasando os veré, y que seré llevado de vosotros allá, si empero antes hubiere gozado de vosotros.

Y va en compañía con los que obran iniquidad, Y anda con los hombres maliciosos.

No erréis: las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.

El que guarda la ley es hijo prudente: Mas el que es compañero de glotones, avergüenza á su padre.

Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones: todos aman las dádivas, y van tras las recompensas: no oyen en juicio al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda.