22 Versículos de la Biblia sobre Frugalidad
Versículos Más Relevantes
Y como fueron saciados, dijo á sus discípulos: Recoged los pedazos que han quedado, porque no se pierda nada.
Y junten toda la provisión de estos buenos años que vienen, y alleguen el trigo bajo la mano de Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo.
Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete años del hambre que serán en la tierra de Egipto; y el país no perecerá de hambre.
Tesoro codiciable y pingüe hay en la casa del sabio; Mas el hombre insensato lo disipará.
Y él fué, é hizo conforme á la palabra de Jehová; pues se fué y asentó junto al arroyo de Cherith, que está antes del Jordán.
Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne á la tarde; y bebía del arroyo.
Entonces él se levantó, y se fué á Sarepta. Y como llegó á la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí cogiendo serojas; y él la llamó, y díjole: Ruégote que me traigas una poca de agua en un vaso, para que beba. Y yendo ella para traérsela, él la volvió á llamar, y díjole: Ruégote que me traigas también un bocado de pan en tu mano. Y ella respondió: Vive Jehová Dios tuyo, que no tengo pan cocido; que solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una botija: y ahora cogía dos serojas, para entrarme y aderezarlo para mí y para mi hijo, y que lo comamos, y noLeer más.
Y Elías le dijo: No hayas temor; ve, haz como has dicho: empero hazme á mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo.
El indolente no chamuscará su caza: Mas el haber precioso del hombre es la diligencia.
El bueno dejará herederos á los hijos de los hijos; Y el haber del pecador, para el justo está guardado.
Hombre necesitado será el que ama el deleite: Y el que ama el vino y ungüentos no enriquecerá.
Porque el bebedor y el comilón empobrecerán: Y el sueño hará vestir vestidos rotos.
Y comieron todos, y se hartaron; y alzaron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas.
Y comieron todos, y se hartaron: y alzaron lo que sobró de los pedazos, siete espuertas llenas.
Y respondió ella, y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos.
Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de ungüento?
Porque podía esto ser vendido por más de trescientos denarios, y darse á los pobres. Y murmuraban contra ella.
El que hurtaba, no hurte más; antes trabaje, obrando con sus manos lo que es bueno, para que tenga de qué dar al que padeciere necesidad.
Disminuiránse las riquezas de vanidad: Empero multiplicará el que allega con su mano.