Vacíos sois de Cristo los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.

Porque todos ellos nos ponían miedo, diciendo: Debilitaránse las manos de ellos en la obra, y no será hecha. Esfuerza pues mis manos, oh Dios.

La obra de cada uno será manifestada: porque el día la declarará; porque por el fuego será manifestada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego hará la prueba.

Y procuraban otra vez prenderle; mas él se salió de sus manos;

¿A quién se enseñará ciencia, ó á quién se hará entender doctrina? ¿A los quitados de la leche? ¿á los arrancados de los pechos?

Porque, ¿persuado yo ahora á hombres ó á Dios? ¿ó busco de agradar á hombres? Cierto, que si todavía agradara á los hombres, no sería siervo de Cristo.

AMADOS, no creáis á todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas son salidos en el mundo.

Mas esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer.

Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová.

Sabiendo que la prueba de vuestra fe obra paciencia.

Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: Que el mal está en mí.

Porque ya habéis oído acerca de mi conducta otro tiempo en el Judaismo, que perseguía sobremanera la iglesia de Dios, y la destruía;

Aprobando lo que es agradable al Señor.

Por lo cual quisimos ir á vosotros, yo Pablo á la verdad, una vez y otra; mas Satanás nos embarazó.

Dios, perfecto su camino: Es acendrada la palabra de Jehová: Escudo es á todos los que en él esperan.

Porque tú nos probaste, oh Dios: Ensayástenos como se afina la plata.

Tú has probado mi corazón, hasme visitado de noche; Me has apurado, y nada inicuo hallaste: Heme propuesto que mi boca no ha de propasarse.

Hasta la hora que llegó su palabra, El dicho de Jehová le probó.

Gustad, y ved que es bueno Jehová: Dichoso el hombre que confiará en él.

Mas él conoció mi camino: Probaráme, y saldré como oro.

Mas también si tomares mujer, no pecaste; y si la doncella se casare, no pecó: pero aflicción de carne tendrán los tales; mas yo os dejo.

Las palabras de Jehová, palabras limpias; Plata refinada en horno de tierra, Purificada siete veces.

Porque no hago el bien que quiero; mas el mal que no quiero, éste hago.

Y cuando ofrecéis el animal ciego para sacrificar, ¿no es malo? asimismo cuando ofrecéis el cojo ó el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo pues á tu príncipe: ¿acaso se agradará de ti, ó le serás acepto? dice Jehová de los ejércitos.

Y he visto todas las obras de Dios, que el hombre no puede alcanzar la obra que debajo del sol se hace; por mucho que trabaje el hombre buscándola, no la hallará: aunque diga el sabio que la sabe, no por eso podrá alcanzarla.

Empero ahora procuráis matarme, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios: no hizo esto Abraham.

Y meteránse en las cavernas de las peñas, y en las aberturas de la tierra, por la presencia espantosa de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando se levantare él para herir la tierra.

Por fe ofreció Abraham á Isaac cuando fué probado, y ofrecía al unigénito el que había recibido las promesas,

(Porque la redención de su vida es de gran precio, Y no se hará jamás;)

Ahora pues, ¿por qué tentáis á Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos yugo, que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?

No trabajes por ser rico; Pon coto á tu prudencia.

Y como vió Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero,

Y el otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy á probarlos; ruégote que me des por excusado.

Y como vino á Jerusalem, tentaba de juntarse con los discípulos; mas todos tenían miedo de él, no creyendo que era discípulo.

Todos los que quieren agradar en al carne, éstos os constriñen á que os circuncidéis, solamente por no padecer persecución por la cruz de Cristo.

Y procuraba ver á Jesús quién fuese; mas no podía á causa de la multitud, porque era pequeño de estatura.

Tomaron entonces piedras para tirarle: mas Jesús se encubrió, y salió del templo; y atravesando por medio de ellos, se fué.

Os he escrito esto sobre los que os engañan.

Y lo visites todas las mañanas, Y todos los momentos lo pruebes?

Para que la prueba de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual perece, bien que sea probado con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra, cuando Jesucristo fuera manifestado: