39 Versículo de la Biblia sobre la atención

Escuchad y oíd mi voz, prestad atención y oíd mis palabras.

Ten cuidado de ti mismo y de la enseñanza; persevera en estas cosas, porque haciéndolo asegurarás la salvación tanto para ti mismo como para los que te escuchan.

Tampoco tomes en serio todas las palabras que se hablan, no sea que oigas a tu siervo maldecirte.

El que pone atención a la palabra hallará el bien, y el que confía en el SEÑOR es bienaventurado.

Pon atención, Job, escúchame; calla, y déjame hablar.

Inclina tu oído y oye las palabras de los sabios, y aplica tu corazón a mi conocimiento;

Dame, hijo mío, tu corazón, y que tus ojos se deleiten en mis caminos.

Pero que cada uno examine su propia obra, y entonces tendrá {motivo para} gloriarse solamente con respecto a sí mismo, y no con respecto a otro.

Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído, no sea que nos desviemos.

Porque he llamado y habéis rehusado {oír}, he extendido mi mano y nadie ha hecho caso;

Entonces los que temían al SEÑOR se hablaron unos a otros, y el SEÑOR prestó atención y escuchó, y fue escrito delante de El un libro memorial para los que temen al SEÑOR y para los que estiman su nombre.

También les decía: Cuidaos de lo que oís. Con la medida con que midáis, se os medirá, y aun más se os dará.

Ciertamente Dios habla una vez, y otra vez, {pero} nadie se da cuenta de ello.

Y {así} tenemos la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en prestar atención como a una lámpara que brilla en el lugar oscuro, hasta que el día despunte y el lucero de la mañana aparezca en vuestros corazones.

Conoce bien la condición de tus rebaños, {y} presta atención a tu ganado;

Porque así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel: ``No os engañen vuestros profetas que están en medio de vosotros, ni vuestros adivinos, ni escuchéis los sueños que sueñan.

Hijo mío, presta atención a mi sabiduría, inclina tu oído a mi prudencia,

Tú has visto muchas cosas, pero no {las} observas; los oídos están abiertos, pero nadie oye.

no prestando atención a mitos judaicos y a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad.

Acercaos, naciones, para oír, y escuchad, pueblos; oiga la tierra y cuanto hay en ella, el mundo y todo lo que de él brota.

Mas ellos no escucharon ni inclinaron su oído, sino que anduvieron en {sus propias} deliberaciones {y} en la terquedad de su malvado corazón, y fueron hacia atrás y no hacia adelante.

Y cuando ellos llegaron*, le dijeron*: Maestro, sabemos que eres veraz y que no buscas el favor de nadie, porque eres imparcial, y enseñas el camino de Dios con verdad. ¿Es lícito pagar impuesto al César, o no?

Por tanto, tened cuidado cómo andáis; no como insensatos, sino como sabios,

no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás.

Escucha, hija, presta atención e inclina tu oído; olvídate de tu pueblo y de la casa de tu padre.

Y nosotros nos entregaremos a la oración y al ministerio de la palabra.

ni prestaran atención a mitos y genealogías interminables, lo que da lugar a discusiones inútiles en vez de {hacer avanzar} el plan de Dios que es por fe, {así te encargo ahora.}

Por esta razón, si voy, llamaré la atención a las obras que hace, acusándonos injustamente con palabras maliciosas; y no satisfecho con esto, él mismo no recibe a los hermanos, se lo prohíbe a los que quieren {hacerlo} y {los} expulsa de la iglesia.

Entretanto que llego, ocúpate en la lectura {de las Escrituras,} la exhortación y la enseñanza.

Pero ciertamente Dios {me} ha oído; El atendió a la voz de mi oración.

Oíd, hijos, la instrucción de un padre, y prestad atención para que ganéis entendimiento,

y dais atención especial al que lleva la ropa lujosa, y decís: Tú siéntate aquí, en un buen lugar; y al pobre decís: Tú estate allí de pie, o siéntate junto a mi estrado;

Observáis los días, los meses, las estaciones y los años.

¿Qué es el hombre para que lo engrandezcas, para que te preocupes por él,

Sé prudente delante de él y obedece su voz; no seas rebelde contra él, pues no perdonará vuestra rebelión, porque en él está mi nombre.

Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre;

Cuando salió Jesús del templo, {y} se iba, se le acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo.

Pregunta, te ruego, a las generaciones pasadas, y considera las cosas escudriñadas por sus padres.