21 Versículos de la Biblia sobre La compasión de Cristo

Versículos Más Relevantes

Mateo 11:28-30

Venid á mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

Mateo 15:32

Y Jesús llamando á sus discípulos, dijo: Tengo lástima de la gente, que ya hace tres días que perseveran conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos ayunos no quiero, porque no desmayen en el camino.

Mateo 8:16-17

Y como fué ya tarde, trajeron á él muchos endemoniados: y echó los demonios con la palabra, y sanó á todos los enfermos; Para que se cumpliese lo que fué dicho por el profeta Isaías, que dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.

Mateo 18:11-13

Porque el Hijo del hombre ha venido para salvar lo que se había perdido. ¿Qué os parece? Si tuviese algún hombre cien ovejas, y se descarriase una de ellas, ¿no iría por los montes, dejadas las noventa y nueve, á buscar la que se había descarriado? Y si aconteciese hallarla, de cierto os digo, que más se goza de aquélla, que de las noventa y nueve que no se descarriaron.

Mateo 20:34

Entonces Jesús, teniendo misericordia de ellos, les tocó los ojos, y luego sus ojos recibieron la vista; y le siguieron.

Marcos 8:2-3

Tengo compasión de la multitud, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer: Y si los enviare en ayunas á sus casas, desmayarán en el camino; porque algunos de ellos han venido de lejos.

Lucas 19:41-42

Y como llegó cerca viendo la ciudad, lloró sobre ella, Diciendo: ­Oh si también tú conocieses, á lo menos en este tu día, lo que toca á tu paz! mas ahora está encubierto de tus ojos.

Juan 11:34-38

Y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Dicenle: Señor, ven, y ve. Y lloró Jesús. Dijeron entonces los Judíos: Mirad cómo le amaba.Leer más.
Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste que abrió los ojos al ciego, hacer que éste no muriera? Y Jesús, conmoviéndose otra vez en sí mismo, vino al sepulcro. Era una cueva, la cual tenía una piedra encima.

Juan 18:8-9

Respondió Jesús: Os he dicho que yo soy: pues si á mi buscáis, dejad ir á éstos. Para que se cumpliese la palabra que había dicho: De los que me diste, ninguno de ellos perdí.

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