40 Bible Verses about Afecto, expresando
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Mas su alma se apegó á Dina la hija de Lea, y enamoróse de la moza, y habló al corazón de la joven.
Y estando detrás á sus pies, comenzó llorando á regar con lágrimas sus pies, y los limpiaba con los cabellos de su cabeza; y besaba sus pies, y los ungía con el ungüento.
POR tanto, si hay alguna consolación en Cristo; si algún refrigerio de amor; si alguna comunión del Espíritu; si algunas entrañas y misericordias,
Porque Dios me es testigo de cómo os amo á todos vosotros en las entrañas de Jesucristo.
Y CONOCIENDO Joab hijo de Sarvia, que el corazón del rey estaba por Absalom,
Jerusalem, Jerusalem, que matas á los profetas, y apedreas á los que son enviados á ti! cuántas veces quise juntar tus hijos, como la gallina junta sus pollos debajo de las alas, y no quisiste!
Jerusalem, Jerusalem! que matas á los profetas, y apedreas á los que son enviados á ti: cuántas veces quise juntar tus hijos, como la gallina sus pollos debajo de sus alas, y no quisiste!
Mas ahora no teniendo más lugar en estas regiones, y deseando ir á vosotros muchos años há,
Porque he aquí, esto mismo que según Dios fuisteis contristados, cuánta solicitud ha obrado en vosotros, y aun defensa, y aun enojo, y aun temor, y aun gran deseo, y aun celo, y aun vindicación. En todo os habéis mostrado limpios en el negocio.
Querría cierto estar ahora con vosotros, y mudar mi voz; porque estoy perplejo en cuanto á vosotros.
Porque tenía gran deseo de ver á todos vosotros, y gravemente se angustió porque habíais oído que había enfermado.
ASI que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados.
Deseando verte, acordándome de tus lágrimas, para ser lleno de gozo;
Nuestra boca está abierta á vosotros, oh Corintios: nuestro corazón es ensanchado.
No estáis estrechos en nosotros, mas estáis estrechos en vuestras propias entrañas. Pues, para corresponder al propio modo (como á hijos hablo), ensanchaos también vosotros.
Y viendo las gentes, tuvo compasión de ellas; porque estaban derramadas y esparcidas como ovejas que no tienen pastor.
Y saliendo Jesús vió grande multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y les comenzó á enseñar muchas cosas.
Entonces la mujer cuyo era el hijo vivo, habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y dijo: Ah, señor mío! dad á ésta el niño vivo, y no lo matéis. Mas la otra dijo: Ni á mí ni á ti; partidlo.
¿Olvidaráse la mujer de lo que parió, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque se olviden ellas, yo no me olvidaré de ti.
Y levantándose, vino á su padre. Y como aun estuviese lejos, viólo su padre, y fué movido á misericordia, y corrió, y echóse sobre su cuello, y besóle.
Antes sed los unos con los otros benignos, misericordiosos, perdónandoos los unos á los otros, como también Dios os perdonó en Cristo.
Vestíos pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de tolerancia;
Y finalmente, sed todos de un mismo corazón, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables;
Porque por la mucha tribulación y angustia del corazón os escribí con muchas lágrimas; no para que fueseis contristados, mas para que supieseis cuánto más amor tengo para con vosotros.
Como por mi compañero, como por mi hermano andaba; Como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba.
Mis ojos desfallecieron de lágrimas, rugieron mis entrañas, Mi hígado se derramó por tierra por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo, Cuando desfallecía el niño y el que mamaba, en las plazas de la ciudad.
Que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. Porque deseara yo mismo ser apartado de Cristo por mis hermanos, los que son mis parientes según la carne;
Hijo mío, si tu corazón fuere sabio, También á mí se me alegrará el corazón;
Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón, Y tendré qué responder al que me deshonrare.
Y no desechasteis ni menospreciasteis mi tentación que estaba en mi carne: antes me recibisteis como á un ángel de Dios, como á Cristo Jesús. ¿Dónde está pues vuestra bienaventuranza? porque yo os doy testimonio que si se pudiera hacer, os hubierais sacado vuestros ojos para dármelos.
No escribo esto para avergonzaros: mas amonéstoos como á mis hijos amados.
Oye, hijo mío, la doctrina de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre:
Fieles son las heridas del que ama; Pero importunos los besos del que aborrece.
¿Qué, hijo mío? ¿y qué, hijo de mi vientre? ¿Y qué, hijo de mis deseos? No des á las mujeres tu fuerza, Ni tus caminos á lo que es para destruir los reyes.
Y no sólo con su venida, sino también con la consolación con que él fué consolado acerca de vosotros, haciéndonos saber vuestro deseo grande, vuestro lloro, vuestro celo por mí, para que así me gozase más.
Empero gracias á Dios que dió la misma solicitud por vosotros en el corazón de Tito.
¿Pensáis aún que nos excusamos con vosotros? Delante de Dios en Cristo hablamos: mas todo, muy amados, por vuestra edificación.
Temo de vosotros, que no haya trabajado en vano en vosotros. Hermanos, os ruego, sed como yo, porque yo soy como vosotros: ningún agravio me habéis hecho.
Mas en gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin ha reflorecido vuestro cuidado de mí; de lo cual aun estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad.
Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que, conforme á las profecías pasadas de ti, milites por ellas buena milicia;









