50 Versículos de la Biblia sobre la fe en Dios
Versículos Más Relevantes
Porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
Luego la fe es por el oir; y el oir por la palabra de Dios.
Para que vuestra fe no esté fundada en sabiduría de hombres, mas en poder de Dios.
Es á saber, para ser juntamente consolado con vosotros por la común fe vuestra y juntamente mía.
Porque en él la justicia de Dios se descubre de fe en fe; como está escrito: Mas el justo vivirá por la fe.
Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz creyendo, para que abundéis en esperanza por la virtud del Espíritu Santo.
Y ser hallado en él, no teniendo mi justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;
Un Señor, una fe, un bautismo,
Tú crees que Dios es uno; bien haces: también los demonios creen, y tiemblan.
Y Jesús les dijo: Por vuestra incredulidad; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis á este monte: Pásate de aquí allá: y se pasará: y nada os será imposible.
Alma mía, en Dios solamente reposa; Porque de él es mi esperanza.
Por la fe entendemos haber sido compuestos los siglos por la palabra de Dios, siendo hecho lo que se ve, de lo que no se veía.
Oyó Jesús que le habían echado fuera; y hallándole, díjole: ¿Crees tú en el Hijo de Dios?
Mas la gracia de nuestro Señor fué más abundante con la fe y amor que es en Cristo Jesús.
Paz sea á los hermanos y amor con fe, de Dios Padre y del Señor Jesucristo.
Y fué cumplida la Escritura que dice: Abraham creyó á Dios, y le fué imputado á justicia, y fué llamado amigo de Dios.
En el cual tenemos seguridad y entrada con confianza por la fe de él.
NO se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
Porque de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor no sólo en Macedonia y en Acaya, mas aun en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido; de modo que no tenemos necesidad de hablar nada.
Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
La justicia de Dios por la fe de Jesucristo, para todos los que creen en él: porque no hay diferencia;
Por tanto es por la fe, para que sea por gracia; para que la promesa sea firme á toda simiente, no solamente al que es de la ley, mas también al que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros.
Por lo cual también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y amor para con todos los santos,
JUSTIFICADOS pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo:
Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; la fe de los cuales imitad, considerando cuál haya sido el éxito de su conducta.
Mejor es esperar en Jehová Que esperar en hombre.
Y éste es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos á otros como nos lo ha mandado.
¿Pues qué si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿la incredulidad de ellos habrá hecho vana la verdad de Dios?
Encomienda á Jehová tu camino, Y espera en él; y él hará.
Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios:
Por fe ofreció Abraham á Isaac cuando fué probado, y ofrecía al unigénito el que había recibido las promesas,
ES pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven.
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y vivo, no ya yo, mas vive Cristo en mí: y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó á sí mismo por mí.
Así también la fe, si no tuviere obras, es muerta en sí misma.
Sino también por nosotros, á quienes será imputado, esto es, á los que creemos en el que levantó de los muertos á Jesús Señor nuestro,
Estas empero son escritas, para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
Porque aunque estoy ausente con el cuerpo, no obstante con el espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro concierto, y la firmeza de vuestra fe en Cristo.
Para nosotros que somos guardados en la virtud de Dios por fe, para alcanzar la salud que está aparejada para ser manifestada en el postrimero tiempo.
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