42 Versículo de la Biblia sobre dar animo a los demás
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Por lo cual, consolaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.
esto es, para que sea yo confortado juntamente con vosotros por la fe mutua, mía y vuestra.
el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos nosotros consolar a los que están en cualquier angustia, con la consolación con que nosotros mismos somos consolados de Dios.
Por tanto, consolaos unos a otros con estas palabras.
Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros;
el que exhorta, en la exhortación; el que da, hágalo con sencillez; el que preside, con diligencia; el que hace misericordia, con alegría.
Finalmente, hermanos, gozaos, sed perfectos, tened consolación, sed de una misma mente, tened paz; y el Dios de amor y paz será con vosotros.
quienes conociendo el juicio de Dios, que los que hacen tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que aun consienten a los que las hacen.
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca; sino la que sea buena y sirva para edificación, para que dé gracia a los oyentes.
y considerémonos unos a otros para provocarnos al amor y a las buenas obras;
Porque las cosas que antes fueron escritas, para nuestra enseñanza fueron escritas; para que por la paciencia y consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.
Porque tenemos gran gozo y consolación en tu amor, de que por ti, oh hermano, han sido recreadas las entrañas de los santos.
Cada cual ayudó a su prójimo, y a su hermano dijo: Esfuérzate.
Mas el que profetiza, habla a los hombres para edificación, y exhortación, y consolación.
Mas el Dios de la paciencia y de la consolación os dé que entre vosotros seáis de un mismo sentir según Cristo Jesús;
antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.
Porque deseo veros, para impartiros algún don espiritual, para que seáis afirmados,
A los que pecaren, repréndelos delante de todos, para que los otros también teman.
o si ministerio, usémoslo en ministrar; el que enseña, en la enseñanza;
hablando entre vosotros con salmos, e himnos, y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones.
Y muchos de los hermanos en el Señor, tomando ánimo con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor.
Retén la forma de las sanas palabras que de mi oíste, en fe y amor que es en Cristo Jesús.
Porque podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados.
Mas yo os alentaría con mis palabras, y la consolación de mis labios apaciguaría el dolor vuestro.
Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido;
Y manda a Josué, y anímalo, y fortalécelo; porque él pasará delante de este pueblo, y él les hará heredar la tierra que tú verás.
Así que los que somos fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.
Además os rogamos hermanos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que fuisteis enseñados de nosotros de cómo debéis de conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más.
Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió para gloria de Dios.
El carpintero animó al platero, y el que alisa con martillo al que batía en el yunque, diciendo: Buena está la soldadura, y lo afirmó con clavos, para que no se moviese.
para que con gozo llegue a vosotros por la voluntad de Dios, y que sea recreado juntamente con vosotros.
Y Judas y Silas, siendo también profetas, exhortaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras.
Predica la palabra; insta a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende; exhorta con toda paciencia y doctrina.
Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún refrigerio de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable y misericordias,
Obstinados en su inicuo designio, tratan de esconder los lazos, y dicen: ¿Quién los ha de ver?
También os exhortamos, hermanos, que amonestéis a los que andan desordenadamente, que confortéis a los de poco ánimo, que soportéis a los débiles, que seáis pacientes para con todos.
para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de la plena seguridad del entendimiento; a fin de conocer el misterio de Dios, y del Padre, y de Cristo,
al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que las mismas aflicciones han de ser cumplidas en vuestros hermanos que están en el mundo.
no dejando nuestra congregación, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
He aquí, tú enseñabas a muchos, y las manos débiles corroborabas;
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
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