36 Versículos de la Biblia sobre la ayuda de Dios

Del Dios de tu padre, el cual te ayudará, Y del Omnipotente, el cual te bendecirá Con bendiciones de los cielos de arriba, Con bendiciones del abismo que está abajo, Con bendiciones del seno y de la matriz.

Porque el Señor Jehová me ayudará; por tanto no me avergoncé: por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado.

He aquí que el Señor Jehová me ayudará; ¿quién hay que me condene? He aquí que todos ellos como ropa de vestir se envejecerán, los comerá polilla.

Y el otro se llamaba Eliezer, porque dijo, El Dios de mi padre me ayudó, y me libró del cuchillo de Faraón.

He aquí, Dios es el que me ayuda; El Señor es con los que sostienen mi vida.

De tal manera que digamos confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me hará el hombre.

No escondas tu rostro de mí, No apartes con ira á tu siervo: Mi ayuda has sido; No me dejes y no me desampares, Dios de mi salud.

Porque has sido mi socorro; Y así en la sombra de tus alas me regocijaré.

Haz conmigo señal para bien, Y veánla los que me aborrecen, y sean avergonzados; Porque tú, Jehová, me ayudaste, y me consolaste.

Empujásteme con violencia para que cayese: Empero ayudóme Jehová.

Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra.

Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará de mí: Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.

Yo estoy afligido y menesteroso; Apresúrate á mí, oh Dios: Ayuda mía y mi libertador eres tú; Oh Jehová, no te detengas.

Tú me diste asimismo el escudo de tu salud, Y tu benignidad me ha acrecentado.

Dísteme asimismo el escudo de tu salud: Y tu diestra me sustentó, Y tu benignidad me ha acrecentado.

Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío Jacob, y tú, Jeshurun, á quien yo escogí.

¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te conturbas en mí? Espera á Dios; porque aun le tengo de alabar Por las saludes de su presencia.

¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te conturbas en mí? Espera á Dios; porque aun le tengo de alabar; Es él salvamento delante de mí, y el Dios mío.

¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te conturbes en mí? Espera á Dios; porque aun le tengo de alabar; Es él salvamento delante de mí, y el Dios mío.

Bienaventurado tú, oh Israel, ¿Quién como tú, Pueblo salvo por Jehová, Escudo de tu socorro, Y espada de tu excelencia? Así que tus enemigos serán humillados, Y tú hollarás sobre sus alturas.

Nuestra alma esperó á Jehová; Nuestra ayuda y nuestro escudo es él.

Oh Israel, confía en Jehová: El es su ayuda y su escudo.

Casa de Aarón, confiad en Jehová: El es su ayuda y su escudo.

Los que teméis á Jehová, confiad en Jehová: El es su ayuda y su escudo.

Al Músico principal: de los hijos de Coré: Salmo sobre Alamoth. DIOS es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.

Nuestro socorro es en el nombre de Jehová, Que hizo el cielo y la tierra.

Dios está en medio de ella; no será conmovida: Dios la ayudará al clarear la mañana.

Tomó luego Samuel una piedra, y púsola entre Mizpa y Sen, y púsole por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová.

Tú lo tienes visto: porque tú miras el trabajo, y la vejación, para vengar le por tu mano: A ti se acoge el pobre, Tú eres el amparo del huérfano.

Bienaventurado aquel en cuya ayuda es el Dios de Jacob, Cuya esperanza es en Jehová su Dios:

Si no me ayudara Jehová, Presto morara mi alma en el silencio.

Mas ayudado del auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio á pequeños y á grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de venir:

En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salud te he socorrido: he aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salud:)

Y la tierra ayudó á la mujer, y la tierra abrió su boca, y sorbió el río que había echado el dragón de su boca.