47 casos

'Aguas' en la Biblia

Puso tinieblas por su escondedero, en sus alrededores de su tabernáculo oscuridad de aguas, nubes de los cielos.

Y aparecieron las honduras de las aguas, y se descubrieron los cimientos del mundo por tu reprensión, oh SEÑOR, por el soplo del viento de tu nariz.

Heme escurrido como aguas, y todos mis huesos se descoyuntaron; mi corazón fue como cera, desliéndose en medio de mis entrañas.

Al Vencedor: Masquil a los hijos de Coré. Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía.

Córranse como aguas que se van de suyo; armen sus saetas como si fuesen cortadas.

Al Vencedor: sobre Sosanim: Salmo de David. Sálvame, oh Dios, porque las aguas han entrado hasta el alma.

Estoy hundido en cieno profundo, donde no hay pie; soy venido en profundos de aguas, y la corriente me ha anegado.

Sácame del lodo, y no sea yo anegado; sea yo libertado de los que me aborrecen, y de lo profundo de las aguas.

Por eso su pueblo volverá aquí, y aguas de lleno le son exprimidas.

Tú hendiste el mar con tu fortaleza; quebrantaste las cabezas de los dragones en las aguas.

Te vieron las aguas, oh Dios; te vieron las aguas, temieron; y temblaron los abismos.

En el mar fue tu camino, y tus sendas en las muchas aguas; y tus pisadas no fueron conocidas.

y sacó de la peña corrientes, e hizo descender aguas como ríos.

He aquí ha herido la peña, y corrieron aguas, y arroyos salieron ondeando: ¿Podrá también dar pan? ¿Aparejará carne a su pueblo?

Los haces pasar como avenida de aguas; son como sueño; a la mañana está fuerte como la yerba,

que establece sus aposentos entre las aguas; el que pone las nubes por su carroza, el que anda sobre las alas del viento;

Con el abismo, como con vestido, la cubriste; sobre los montes estaban las aguas.

Abrió la peña, y corrieron aguas; fluyeron por los secadales un río.

Y cubrieron las aguas a sus enemigos; no quedó uno de ellos.

También le irritaron en las aguas de Meriba; e hizo mal a Moisés por causa de ellos;

El puso los ríos en desierto, y los manaderos de las aguas en sed;

el cual tornó la peña en estanque de aguas, y en fuente de aguas la roca.

Entonces nos habrían inundado las aguas; sobre nuestra alma hubiera pasado el torrente;

hubieran entonces pasado sobre nuestra alma las aguas soberbias.

Al que tendió la tierra sobre las aguas, porque para siempre es su misericordia;

Envía tu mano desde lo alto; redímeme, y sácame de las muchas aguas, de la mano de los hijos extraños;

Enviará su palabra, y los derretirá; soplará su viento, y fluirán las aguas.

Alabadle, los cielos de los cielos; y las aguas que están sobre los cielos.

Sagradas Escrituras (1569)