'Aguas' en la Biblia
Y será como el árbol plantado junto a arroyos de aguas, que da su fruto en su tiempo; y su hoja no cae, y todo lo que hace, prosperará.
Puso tinieblas por su escondedero, en sus alrededores de su tabernáculo oscuridad de aguas, nubes de los cielos.
Y aparecieron las honduras de las aguas, y se descubrieron los cimientos del mundo por tu reprensión, oh SEÑOR, por el soplo del viento de tu nariz.
Envió desde lo alto; me tomó, me sacó de las muchas aguas.
Heme escurrido como aguas, y todos mis huesos se descoyuntaron; mi corazón fue como cera, desliéndose en medio de mis entrañas.
En lugares de delicados pastos me hará yacer; junto a aguas de reposo me pastoreará.
Voz del SEÑOR sobre las aguas; el Dios de gloria hizo tronar; el SEÑOR sobre las muchas aguas.
Por esto orará a ti todo misericordioso en el tiempo de poder hallarte; ciertamente en la inundación de las muchas aguas no llegarán éstas a él.
El junta como en un montón las aguas del mar; el pone por tesoros los abismos.
Al Vencedor: Masquil a los hijos de Coré. Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
Bramarán, se turbarán sus aguas; temblarán los montes a causa de su braveza. (Selah.)
Córranse como aguas que se van de suyo; armen sus saetas como si fuesen cortadas.
Salmo de David, estando en el desierto de Judá. Dios, Dios mío eres tú; a ti madrugaré; mi alma tuvo sed de ti, mi carne te desea en tierra de sequedad y transida sin aguas.
Visitas la tierra, y desde que la has hecho desear mucho, la enriqueces con el Río de Dios lleno de aguas; preparas el grano de ellos, porque así la ordenaste.
Hiciste subir varón sobre nuestra cabeza; entramos en fuego y en aguas, y nos sacaste a abundancia.
Al Vencedor: sobre Sosanim: Salmo de David. Sálvame, oh Dios, porque las aguas han entrado hasta el alma.
Estoy hundido en cieno profundo, donde no hay pie; soy venido en profundos de aguas, y la corriente me ha anegado.
Sácame del lodo, y no sea yo anegado; sea yo libertado de los que me aborrecen, y de lo profundo de las aguas.
No me anegue el ímpetu de las aguas, ni me absuerba la hondura, ni el pozo cierre sobre mí su boca.
Por eso su pueblo volverá aquí, y aguas de lleno le son exprimidas.
Tú hendiste el mar con tu fortaleza; quebrantaste las cabezas de los dragones en las aguas.
Te vieron las aguas, oh Dios; te vieron las aguas, temieron; y temblaron los abismos.
Las nubes echaron inundaciones de aguas; tronaron los cielos, y discurrieron tus rayos.
En el mar fue tu camino, y tus sendas en las muchas aguas; y tus pisadas no fueron conocidas.
Rompió el mar, y los hizo pasar; e hizo estar las aguas como en un montón.
y sacó de la peña corrientes, e hizo descender aguas como ríos.
He aquí ha herido la peña, y corrieron aguas, y arroyos salieron ondeando: ¿Podrá también dar pan? ¿Aparejará carne a su pueblo?
En la calamidad clamaste, y yo te libré; te respondí en el secreto del trueno; te probé sobre las aguas de Meriba. (Selah.)
Me han rodeado como aguas de continuo; me han cercado a una.
Los haces pasar como avenida de aguas; son como sueño; a la mañana está fuerte como la yerba,
Más que sonidos de muchas aguas, más que las fuertes ondas del mar, fuerte es el SEÑOR en lo alto.
que establece sus aposentos entre las aguas; el que pone las nubes por su carroza, el que anda sobre las alas del viento;
Con el abismo, como con vestido, la cubriste; sobre los montes estaban las aguas.
Volvió sus aguas en sangre, y mató sus peces.
Abrió la peña, y corrieron aguas; fluyeron por los secadales un río.
Y cubrieron las aguas a sus enemigos; no quedó uno de ellos.
También le irritaron en las aguas de Meriba; e hizo mal a Moisés por causa de ellos;
Los que descienden al mar en navíos, y hacen obra en las muchas aguas,
El puso los ríos en desierto, y los manaderos de las aguas en sed;
Vuelve el desierto en estanques de aguas, y la tierra desierta en manaderos de agua.
el cual tornó la peña en estanque de aguas, y en fuente de aguas la roca.
Entonces nos habrían inundado las aguas; sobre nuestra alma hubiera pasado el torrente;
hubieran entonces pasado sobre nuestra alma las aguas soberbias.
Al que tendió la tierra sobre las aguas, porque para siempre es su misericordia;
Envía tu mano desde lo alto; redímeme, y sácame de las muchas aguas, de la mano de los hijos extraños;
Enviará su palabra, y los derretirá; soplará su viento, y fluirán las aguas.
Alabadle, los cielos de los cielos; y las aguas que están sobre los cielos.