1189 casos

'Contra' en la Biblia

y envió sagazmente mensajeros a Abimelec, diciendo: He aquí que Gaal hijo de Ebed y sus hermanos han venido a Siquem, y he aquí, que han cercado la ciudad contra ti.

Y por la mañana al salir el sol te levantarás y acometerás la ciudad; y él y el pueblo que está con él saldrán contra ti, y tú harás con él según que se te ofrecerá.

Levantándose, pues, de noche Abimelec y todo el pueblo que con él estaba, pusieron emboscada contra Siquem con cuatro compañías.

Y Gaal salió delante de los señores de Siquem, y peleó contra Abimelec.

El cual, tomando a su gente, la repartió en tres compañías, y puso emboscadas en el campo; y cuando miró, he aquí el pueblo que salía de la ciudad; y se levantó contra ellos, y los hirió.

Así devolvió Dios a Abimelec el mal que hizo contra su padre matando a sus setenta hermanos.

Y el SEÑOR se airó contra Israel, y los vendió en mano de los filisteos, y en mano de los hijos de Amón;

Y los hijos de Amón pasaron el Jordán para hacer también guerra contra Judá, y contra Benjamín, y la casa de Efraín; y fue Israel en gran manera afligido.

Y los hijos de Israel clamaron al SEÑOR, diciendo: Nosotros hemos pecado contra ti; porque hemos abandonado a nuestro Dios, y servido a los baales.

Y los príncipes y el pueblo de Galaad dijeron el uno al otro: ¿Quién será el que comenzará la batalla contra los hijos de Amón? El será cabeza sobre todos los que habitan en Galaad.

Y aconteció que después de algunos días los hijos de Amón hicieron guerra contra Israel.

Y como los hijos de Amón tenían guerra contra Israel, los ancianos de Galaad fueron para traer a Jefté de tierra de Tob;

Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: Por esta misma causa volvemos ahora a ti, para que vengas con nosotros, y pelees contra los hijos de Amón, y nos seas cabeza de todos los que moramos en Galaad.

Jefté entonces dijo a los ancianos de Galaad: Si me hacéis volver para que pelee contra los hijos de Amón, y el SEÑOR los entregare delante de mí, ¿seré yo vuestra cabeza?

Mas Sehón no se fió de Israel para darle paso por su término; antes juntando Sehón todo su pueblo, puso campamento en Jahaza, y peleó contra Israel.

¿Eres tú ahora en algo mejor que Balac hijo de Zipor, rey de Moab? ¿Por ventura tuvo él contención contra Israel? ¿Por ventura hizo guerra contra ellos?

Así que, yo nada he pecado contra ti, mas tú haces mal conmigo haciéndome guerra; el SEÑOR, que es el juez, juzgue hoy entre los hijos de Israel y los hijos de Amón.

Pasó pues Jefté a los hijos de Amón para pelear contra ellos; y el SEÑOR los entregó en su mano.

Y juntándose los varones de Efraín, pasaron hacia el aquilón, y dijeron a Jefté: ¿Por qué fuiste a hacer guerra contra los hijos de Amón, y no nos llamaste para que fuéramos contigo? Nosotros quemaremos a fuego tu casa contigo.

Viendo, pues, que tú no me defendíais, puse mi alma en mi palma, y pasé contra los hijos de Amón, y el SEÑOR los entregó en mi mano; ¿por qué pues habéis subido hoy contra mí para pelear conmigo?

Y juntando Jefté a todos los varones de Galaad, peleó contra Efraín; y los de Galaad hirieron a Efraín, porque habían dicho: Vosotros sois fugitivos de Efraín, vosotros sois galaaditas entre Efraín y Manasés.

Mas su padre y su madre no sabían que esto venía del SEÑOR, y que él buscaba ocasión contra los filisteos; porque en aquel tiempo los filisteos dominaban sobre Israel.

Y los varones de Judá les dijeron: ¿Por qué habéis subido contra nosotros? Y ellos respondieron: A prender a Sansón hemos subido, para hacerle como él nos ha hecho.

Levantaos, subamos contra ellos; porque nosotros hemos explorado la región, y hemos visto que es muy buena; ¿y vosotros cómo no os movéis? No seáis perezosos en poneros en marcha para ir a poseer la tierra.

Y su concubina adulteró contra él, y se fue de él a casa de su padre, a Belén de Judá, y estuvo allá por tiempo de cuatro meses.

Y levantándose contra mí los señores de Gabaa, cercaron sobre mí la casa de noche, con idea de matarme, y oprimieron mi concubina de tal manera, que ella fue muerta.

hasta que hagamos esto sobre Gabaa: que echemos suertes contra ella;

y tomaremos diez hombres de cada ciento por todas las tribus de Israel, y de cada mil ciento, y mil de cada diez mil, que lleven bastimento para el pueblo que irá contra Gabaa de Benjamín, para hacerles conforme a toda la locura que ha cometido en Israel.

antes los de Benjamín se juntaron de las ciudades de Gabaa, para salir a pelear contra los hijos de Israel.

Luego se levantaron los hijos de Israel, y subieron a la Casa de Dios, y consultaron a Dios, diciendo: ¿Quién subirá de nosotros el primero en la guerra contra los hijos de Benjamín? Y el SEÑOR respondió: Judá será el primero.

Levantándose, pues, de mañana los hijos de Israel, pusieron campamento contra Gabaa.

Porque los hijos de Israel habían salido a hacer guerra contra Benjamín; y los varones de Israel ordenaron la batalla contra ellos junto a Gabaa.

(Y los hijos de Israel subieron, y lloraron delante del SEÑOR hasta la tarde, y consultaron con el SEÑOR, diciendo: ¿Volveré a pelear con los hijos de Benjamín mi hermano? Y el SEÑOR les respondió: Subid contra él.)

Y aquel segundo día, saliendo Benjamín de Gabaa contra ellos, derribaron por tierra otros dieciocho mil hombres de los hijos de Israel, todos los cuales sacaban espada.

y Finees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, se presentaba delante de ella en aquellos días,) y dijeron: ¿Volveré a salir en batalla contra los hijos de Benjamín mi hermano, o desistiremos? Y el SEÑOR dijo: Subid, que mañana yo lo entregaré en tu mano.

Subiendo entonces los hijos de Israel contra los hijos de Benjamín el tercer día, ordenaron la batalla delante de Gabaa, como las otras veces.

Y saliendo los hijos de Benjamín contra el pueblo, alejados de la ciudad, comenzaron a herir a algunos del pueblo, matando como las otras veces por los caminos, uno de los cuales sube a Bet-el, y el otro a Gabaa por el campo; y mataron unos treinta hombres de Israel.

Y vinieron contra Gabaa diez mil hombres escogidos de todo Israel, y la batalla comenzó a agravarse; mas ellos no sabían que el mal se acercaba sobre ellos.

Y los varones de Israel volvieron contra los hijos de Benjamín, y los pasaron a espada, a hombres y bestias en la ciudad, y todo lo que fue hallado; asimismo pusieron fuego a todas las ciudades que hallaban.

Y dijeron los hijos de Israel: ¿Quién de todas las tribus de Israel no subió a la reunión delante del SEÑOR? Porque se había hecho gran juramento contra el que no suba al SEÑOR en Mizpa, diciendo: Sufrirá muerte.

¿habíais vosotras de esperarlos hasta que fueran grandes? ¿Habíais vosotras de quedaros sin casar por amor de ellos? No, hijas mías; que mayor amargura tengo yo que vosotras, porque la mano del SEÑOR ha salido contra mí.

Yo me fui de aquí llena, mas vacía me ha devuelto el SEÑOR. ¿Por qué me llamaréis Noemí, ya que el SEÑOR ha dado testimonio contra mí, y el Todopoderoso me ha afligido?

Si el hombre pecare en contra del hombre, los jueces le juzgarán; mas si alguno pecare en contra del SEÑOR, ¿quién rogará por él? Mas ellos no oyeron la voz de su padre, porque el SEÑOR ya había decidido matarlos.

Aquel día yo despertaré contra Elí todas las cosas que he dicho sobre su casa. Cuando comenzare, también acabaré.

Y aconteció que cuando la pasaron, la mano del SEÑOR fue contra la ciudad con gran quebrantamiento; e hirió a los hombres de aquella ciudad, desde el chico hasta el grande se llenaron de hemorroides.

Y juntándose en Mizpa, sacaron agua, y la derramaron delante del SEÑOR, y ayunaron aquel día, y dijeron allí: Contra el SEÑOR hemos pecado. Y juzgó Samuel a los hijos de Israel en Mizpa.

Y oyendo los filisteos que los hijos de Israel estaban reunidos en Mizpa, subieron los cardinales de los filisteos contra Israel. Lo cual cuando lo oyeron los hijos de Israel, tuvieron temor de los filisteos.

Fueron, pues, los filisteos humillados, y no vinieron más al término de Israel; y la mano del SEÑOR estuvo contra los filisteos todo el tiempo de Samuel.

Ahora, pues, oye su voz; mas protesta primero contra ellos declarándoles el derecho del rey que ha de reinar sobre ellos.

Y subió Nahas amonita, y asentó campamento contra Jabes de Galaad. Y todos los de Jabes dijeron a Nahas: Haz alianza con nosotros, y te serviremos.

Aquí estoy; atestiguad contra mí delante del SEÑOR y delante de su ungido, si he tomado el buey de alguno, o si he tomado el asno de alguno, o si he calumniado a alguien, o si he agraviado a alguno, o si de alguien he tomado cohecho \'

Y él les dijo: El SEÑOR es testigo contra vosotros, y su ungido también es testigo en este día, que no habéis hallado en mi mano cosa ninguna. Y ellos respondieron: Así es.

Y habiendo visto que Nahas rey de lo hijos de Amón venía contra vosotros, me dijisteis: No, sino rey reinará sobre nosotros; siendo vuestro Rey el SEÑOR vuestro Dios.

Mas si no oyereis la voz del SEÑOR, y si fuereis rebeldes a las palabras del SEÑOR, la mano del SEÑOR será contra vosotros como contra vuestros padres.

me dije: Los filisteos descenderán ahora contra mí a Gilgal, y yo no he rogado la faz del SEÑOR. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto.

Y juntando Saúl todo el pueblo que con él estaba, vinieron hasta el lugar de la batalla; y he aquí que la espada de cada uno era vuelta contra su compañero, y la mortandad era grande.

Y dieron aviso de ello a Saúl, diciendo: El pueblo peca contra el SEÑOR comiendo con sangre. Y él dijo: Vosotros habéis prevaricado; rodadme ahora acá una gran piedra.

Y Saúl volvió a decir: Esparcíos por el pueblo, y decidles que me traigan cada uno su vaca, y cada cual su oveja, y degolladlos aquí, y comed; y no pecaréis contra el SEÑOR comiendo con sangre. Y trajo todo el pueblo cada cual por su mano su vaca aquella noche, y las degollaron allí.

Y dijo Saúl: Descendamos de noche contra los filisteos, y los saquearemos hasta la mañana, y no dejaremos de ellos ninguno. Y ellos dijeron: Haz lo que bien te pareciere. Dijo luego el sacerdote: Acerquémonos aquí a Dios.

Y tomando Saúl el reino sobre Israel, hizo guerra a todos sus enemigos alrededor: contra Moab, contra los hijos de Amón, contra Edom, contra los reyes de Soba, y contra los filisteos; y adondequiera que se volvía, los atribuló.

Y la guerra fue fuerte contra los filisteos todo el tiempo de Saúl; y a cualquiera que Saúl veía que era hombre valiente e hijo de virtud, le juntaba consigo.

Y también Saúl y los varones de Israel se juntaron, y asentaron el campamento en el valle del Alcornoque (de Ela), y ordenaron la batalla contra los filisteos.

Y se paró, y dio voces a los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para qué salís a dar batalla? ¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un varón que venga contra mí.

Y Saúl y ellos y todos los de Israel, estaban en el valle del Alcornoque, peleando contra los filisteos.

Porque así los israelitas como los filisteos estaban en ordenanza, escuadrón contra escuadrón.

Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos varones, Eliab se encendió en ira contra David, y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿Y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido.

Y dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres joven, y él es un hombre de guerra desde su juventud.

y salía yo tras él, y lo hería, y le libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y mataba.

Y aconteció que, cuando el filisteo se levantó para venir y acercarse contra David, David se dio prisa, y corrió al combate contra el filisteo.

Y dijo Saúl a David: He aquí yo te daré a Merab mi hija mayor por mujer; solamente que me seas hombre valiente, y hagas las guerras del SEÑOR. Mas Saúl decía en sí: No será mi mano contra él, mas la mano de los filisteos será contra él.

Y Saúl dijo en sí: Yo se la daré, para que le sea por lazo, y para que la mano de los filisteos sea contra él. Dijo, pues, Saúl a David: Con la otra serás mi yerno hoy.

Y Jonatán habló bien de David a Saúl su padre, y le dijo: No peque el rey contra su siervo David, pues que ningún pecado ha cometido contra ti; antes sus obras te han sido muy buenas;

porque él puso su alma en su palma, e hirió al filisteo, y el SEÑOR hizo una gran salvación a todo Israel. Tú lo viste, y te alegraste; ¿por qué, pues, pecarás contra la sangre inocente, matando a David sin causa?

Y volvió a hacerse guerra; y salió David y peleó contra los filisteos, y los hirió con gran estrago, y huyeron delante de él.

Y David huyó de Naiot que es en Ramá, y vino delante de Jonatán, y dijo: ¿Qué he hecho yo? ¿Cuál es mi iniquidad, o cuál mi pecado contra tu padre, que él busca mi vida?

Entonces Saúl se enardeció contra Jonatán, y le dijo: Hijo de la perversa y rebelde, ¿no sé yo que tú has elegido al hijo de Isaí para confusión tuya, y para confusión de la vergüenza de tu madre?

que todos vosotros habéis conspirado contra mí, y no hay quien me descubra al oído cómo mi hijo ha hecho alianza con el hijo de Jessé, ni hay alguno de vosotros que se duela de mí, y me descubra cómo mi hijo ha despertado a mi siervo contra mí, para que me aceche, según hace hoy día?

Y le dijo Saúl: ¿Por qué habéis conspirado contra mí, tú y el hijo de Jessé, cuando tú le diste pan y espada, y consultaste por él a Dios, para que se levantara contra mí y me acechara, como lo hace hoy día?

Entonces el rey dijo a Doeg: Vuelve tú, y arremete contra los sacerdotes. Y revolviéndose Doeg idumeo, arremetió contra los sacerdotes, y mató en aquel día ochenta y cinco varones que vestían efod de lino.

Y dijo David a Abiatar: Yo sabía que estando allí aquel día Doeg el idumeo, él lo había de hacer saber a Saúl. Yo he dado causa ante Saúl contra todas las personas de la casa de tu padre.

Mas los varones que estaban con David le dijeron: He aquí que nosotros aquí en Judá estamos con miedo; ¿cuánto más si fuéremos a Keila contra el ejército de los filisteos?

Y partió David con sus hombres a Keila, y peleó contra los filisteos, y trajo antecogidos sus ganados, y los hirió con grande estrago; y libró David a los de Keila.

Mas entendiendo David que Saúl ideaba el mal contra él, dijo a Abiatar sacerdote: Trae el efod.

Y dijo David: SEÑOR Dios de Israel, tu siervo ha oído que Saúl procura venir contra Keila, a destruir la ciudad por causa mía.

Se volvió, por tanto, Saúl de perseguir a David, y partió contra los filisteos. Por esta causa pusieron a aquel lugar por nombre Sela-hama-lecot (peña de las divisiones).

Y dijo a los suyos: El SEÑOR me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido del SEÑOR, que yo extienda mi mano contra él; porque es ungido del SEÑOR.

Así quebrantó David a los suyos con palabras, y no les permitió que se levantaran contra Saúl. Y Saúl, saliendo de la cueva, se fue su camino.

He aquí han visto hoy tus ojos cómo el SEÑOR te ha puesto hoy en mis manos en esta cueva; y dijeron que te matara, mas te perdoné, porque dije: No extenderé mi mano contra mi señor, porque ungido es del SEÑOR.

Y mira, padre mío, mira aún la orilla de tu ropa en mi mano; porque yo corté la orilla de tu manto, y no te maté. Conoce, pues, y ve que no hay mal ni traición en mi mano, ni he pecado contra ti; con todo, tú andas a caza de mi vida para quitármela.

Juzgue el SEÑOR entre mí y ti, y véngueme de ti el SEÑOR; pero mi mano no será contra ti.

Como dice el proverbio del antiguo: De los impíos saldrá la impiedad; así que mi mano no será contra ti.

Ahora, pues, entiende y mira lo que has de hacer, porque el mal está del todo resuelto contra nuestro amo y contra toda su casa; pues él es un hombre tan hijo de Belial, que no hay quien pueda hablarle.

Ahora pues, señor mío, vive el SEÑOR y vive tu alma, que el SEÑOR te ha vedado que vinieras a derramar sangre, y vengarte por tu propia mano. Sean, pues, como Nabal tus enemigos, y todos los que procuran mal contra mi señor.

Y David respondió a Abisai: No le mates; porque ¿quién extendió su mano contra el ungido del SEÑOR, y fue inocente?

me guarde el SEÑOR de extender mi mano contra el ungido del SEÑOR; pero toma ahora la lanza que está a su cabecera, y la botija del agua, y vámonos.

Ruego, pues, que el rey mi señor oiga ahora las palabras de su siervo. Si el SEÑOR te incita contra mí, huela él el olor del sacrificio; mas si fueren hijos de hombres, malditos sean ellos en presencia del SEÑOR, que me han echado hoy para que no me junte en la heredad del SEÑOR, diciendo: Ve y sirve a dioses ajenos.

Y subía David con los suyos, y hacían entradas contra los gesureos, los gerzeos, y los amalecitas; porque éstos habitaban desde hacia largo tiempo la tierra, desde como se va a Shur hasta la tierra de Egipto.

Y decía Aquis: ¿Dónde habéis corrido hoy? Y David decía: Al mediodía de Judá, y al mediodía de Jerameel, o contra el mediodía de Ceni.

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