3005 casos en 6 traducciones

'Cuando' en la Biblia

Y sucedió que, cuando llegó José a sus hermanos, ellos hicieron desnudar a José su ropa, la ropa de colores que tenía sobre sí;

Entonces se sentaron a comer, y cuando levantaron los ojos y miraron, he aquí, una caravana de ismaelitas venía de Galaad con sus camellos cargados de resina aromática, bálsamo y mirra, que iban bajando hacia Egipto.

Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.

Cuando Rubén volvió al pozo, he aquí, José no estaba en el pozo; entonces rasgó sus vestidos.

Y volvió a concebir, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Sela. Y estaba en Quezib cuando lo dio a luz.

Y sabiendo Onán que la simiente no había de ser suya, sucedía que cuando entraba a la mujer de su hermano corrompía en tierra, por no dar simiente a su hermano.

Cuando la vio Judá, pensó que {era} una ramera, pues se había cubierto el rostro.

Cuando Judá envió el cabrito por medio de su amigo el adulamita, para recobrar la prenda de mano de la mujer, no la halló.

Y ella cuando la sacaban, envió a decir a su suegro: Del varón cuyas son estas cosas, estoy encinta; y dijo más: Conoce ahora cuyas son estas cosas, el anillo, y el manto, y el bordón.

Y sucedió, cuando dio a luz, que sacó la mano el uno, y la partera tomó y ató a su mano un hilo de grana, diciendo: Este salió primero.

Pero he aquí, sucedió que cuando él retiró su mano, su hermano salió. Entonces ella dijo: ¡Qué brecha te has abierto! Por eso le pusieron por nombre Fares.

Cuando José fue llevado a Egipto, Potifar, un oficial egipcio de Faraón, capitán de la guardia, lo compró a los ismaelitas que lo habían llevado allá.

Y aconteció que, desde cuando le dio el encargo de su casa, y de todo lo que tenía, el SEÑOR bendijo la casa del egipcio a causa de José; y la bendición del SEÑOR fue sobre todo lo que tenía, así en casa como en el campo.

Y acaeció que cuando vio ella que le había dejado su ropa en sus manos, y había huido fuera,

Y sucedió que cuando él oyó que yo alzaba la voz y gritaba, dejó su ropa junto a mí y salió huyendo afuera.

y cuando yo alcé mi voz y grité, él dejó su ropa junto a mí, y huyó fuera.

Y sucedió que cuando oyó su señor las palabras que su mujer le hablara, diciendo: Así me ha tratado tu siervo; se encendió su furor.

Cuando José vino a ellos por la mañana y los observó, vio que estaban decaídos.

al cabo de tres días el Faraón levantará tu cabeza, y te hará volver a tu asiento; y darás el vaso al Faraón en su mano, como solías cuando eras su maestresala.

Por tanto te acordarás de mí dentro de ti cuando tuvieres bien, y te ruego que hagas conmigo misericordia, que hagas mención de mí al Faraón, y me saques de esta casa;

Cuando el jefe de los panaderos vio que había interpretado favorablemente, dijo a José: Yo también {vi} en mi sueño, y he aquí, {había} tres cestas de pan blanco sobre mi cabeza;

Cuando Faraón se enojó con sus siervos y me puso bajo custodia en la casa del capitán de la guardia, a mí y al jefe de los panaderos,

Pero cuando las habían devorado, no se podía notar que las hubieran devorado; pues su aspecto era tan feo como al principio. Entonces me desperté.

Y era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante del Faraón, rey de Egipto: y salió José de delante del Faraón, y pasó por toda la tierra de Egipto.

Cuando pasaron los siete años de abundancia que había habido en la tierra de Egipto,

Y cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó á Faraón por pan. Y dijo Faraón á todos los Egipcios: Id á José, y haced lo que él os dijere.

Y cuando Jacob vio que en Egipto había alimentos, Jacobo dijo a sus hijos: ¿Por qué os estáis mirando?

Y José era el que mandaba en aquel país. El era quien vendía a todo el pueblo de la tierra. Cuando los hermanos de José llegaron, se postraron ante él rostro en tierra.

Y cuando José vio a sus hermanos, los conoció; mas hizo que no los conocía, y les habló ásperamente, y les dijo: ¿De dónde habéis venido? Ellos respondieron: De la tierra de Canaán a comprar alimentos.

En esto seréis probados: Vive el Faraón que no saldréis de aquí, sino cuando vuestro hermano menor viniere aquí.

Y decían el uno al otro: Verdaderamente somos culpables referente a nuestro hermano, que vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le oímos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.

Y se apartó {José} de su lado y lloró. Y cuando volvió a ellos y les habló, tomó de entre ellos a Simeón, y lo ató a la vista de sus hermanos.

Cuando llegaron a su padre Jacob en la tierra de Canaán, le contaron todo lo que les había sucedido:

Y sucedió que cuando estaban vaciando sus sacos, he aquí que el atado del dinero de cada uno {estaba} en su saco; y cuando ellos y su padre vieron los atados de su dinero, tuvieron temor.

Y aconteció que cuando acabaron de comer el trigo que trajeron de Egipto, les dijo su padre: Volved, y comprad para nosotros un poco de alimento.

Cuando José vio a Benjamín con ellos, dijo al mayordomo de su casa: Haz entrar a estos hombres a casa, y mata un animal y prepára{lo,} porque estos hombres comerán conmigo al mediodía.

Y aquellos hombres tuvieron temor, cuando fueron metidos en casa de José, y decían: Por el dinero que fue devuelto en nuestros costales la primera vez nos han metido aquí, para revolver sobre nosotros, y dar sobre nosotros, y tomarnos por siervos a nosotros, y a nuestros asnos.

y aconteció que cuando vinimos al mesón y abrimos nuestros costales, he aquí que el dinero de cada uno estaba en la boca de su costal, nuestro dinero en su justo peso; y lo hemos vuelto a traer en nuestras manos.

Cuando José regresó a casa, le trajeron el presente que {tenían} en su mano a la casa y se postraron ante él en tierra.

Saliendo ellos de la ciudad, que aún no se habían alejado, dijo José a su mayordomo: Levántate, y sigue a esos hombres; y cuando los alcanzares, diles: ¿Por qué habéis vuelto mal por bien?

Cuando él los alcanzó, les dijo estas palabras.

Cuando Judá llegó con sus hermanos a casa de José, él estaba aún allí, y ellos cayeron a tierra delante de él.

Aconteció pues, que cuando llegamos a mi padre tu siervo, le contamos las palabras de mi señor.

Ahora, pues, cuando llegare yo a tu siervo mi padre, y el joven no fuere conmigo, porque su alma está ligada con el alma de él,

sucederá que cuando él no vea al joven, morirá: y tus siervos harán descender las canas de tu siervo nuestro padre con dolor hasta el Seol.

José no pudo ya contenerse delante de todos los que estaban junto a él, y exclamó: Haced salir a todos de mi lado. Y no había nadie con él cuando José se dio a conocer a sus hermanos.

Cuando se oyó la noticia en la casa de Faraón, de que los hermanos de José habían venido, le agradó a Faraón y a sus siervos.

Luego despidió a sus hermanos, y cuando se iban les dijo: No riñáis en el camino.

Pero cuando ellos le contaron todas las cosas que José les había dicho, y cuando vio las carretas que José había enviado para llevarlo, el espíritu de su padre Jacob revivió.

Cuando se acabó el dinero en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, todos los egipcios vinieron a José, diciendo: Danos alimento, pues ¿por qué hemos de morir delante de ti?, ya que {nuestro} dinero se ha acabado.

Cuando a Israel se le acercó el tiempo de morir, llamó a su hijo José y le dijo: Si he hallado gracia ante tus ojos, por favor, pon ahora tu mano debajo de mi muslo y trátame con misericordia y fidelidad: Por favor, no me sepultes en Egipto.

mas cuando durmiere con mis padres, me llevarás de Egipto, y me sepultarás en el sepulcro de ellos. Y él respondió: Yo haré como tú dices.

Cuando se le avisó a Jacob diciendo: He aquí, tu hijo José ha venido a ti, Israel hizo un esfuerzo y se sentó en la cama.

Porque cuando yo venía de Padan-aram, se me murió Raquel en la tierra de Canaán, en el camino, como media legua de tierra viniendo a Efrata; y la sepulté allí en el camino de Efrata, que es Belén.

Cuando Israel vio a los hijos de José, dijo: ¿Quiénes son éstos?

Cuando José vio que su padre había puesto su mano derecha sobre la cabeza de Efraín, esto le desagradó; y asió la mano de su padre para cambiarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés.

Todas estas son las doce tribus de Israel, y esto es lo que les dijo su padre cuando los bendijo. A cada uno lo bendijo con la bendición que le correspondía.

Y cuando acabó Jacob de dar mandamientos a sus hijos, encogió sus pies en la cama, y expiró; y fue congregado con sus padres.

Y cuando pasaron los días de luto por él, habló José a la casa de Faraón, diciendo: Si he hallado ahora gracia ante vuestros ojos, os ruego que habléis a Faraón, diciendo:

Cuando llegaron hasta la era de Atad, que está al otro lado del Jordán, hicieron allí duelo con una grande y dolorosa lamentación; y {José} guardó siete días de duelo por su padre.

Y cuando los habitantes de la tierra, los cananeos, vieron el duelo de la era de Atad, dijeron: Este es un duelo doloroso de los egipcios. Por eso llamaron {al lugar} Abel-mizraim, el cual está al otro lado del Jordán.

``Así diréis a José: `Te ruego que perdones la maldad de tus hermanos y su pecado, porque ellos te trataron mal.'" Y ahora, te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró cuando le hablaron.

Cuando la hija de Faraón bajó a bañarse al Nilo, mientras sus doncellas se paseaban por la ribera del río, vio la cestilla entre los juncos y mandó a una criada suya para que la trajera.

Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste.

Y cuando creció el niño, ella lo trajo a la hija del Faraón, la cual lo prohijó, y le puso por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo saqué.

Entonces miró alrededor y cuando vio que no había nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena.

Cuando Faraón se enteró del asunto, trató de matar a Moisés; pero Moisés huyó de la presencia de Faraón y se fue a vivir a la tierra de Madián, y {allí} se sentó junto a un pozo.

Cuando ellas volvieron a Reuel, su padre, él dijo: ¿Por qué habéis vuelto tan pronto hoy?

Cuando el SEÑOR vio que él se acercaba para mirar, Dios lo llamó de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.

Y dijo Moisés a Dios: He aquí cuando yo llegue a los hijos de Israel, y les diga: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros; si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre? ¿Qué les responderé?

Y yo daré a este pueblo gracia en los ojos de los egipcios, para que cuando os partiereis, no salgáis vacíos;

Y le dijo además el SEÑOR: Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno; y cuando la sacó, he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve.

Entonces El dijo: Vuelve a meter la mano en tu seno. Y él volvió a meter la mano en su seno, y cuando la sacó de su seno, he aquí, se había vuelto como {el resto de} su carne.

Y dijo el SEÑOR a Moisés: Cuando hubiereis vuelto a Egipto, mira que hagas delante del Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo.

Y los cuadrilleros los apremiaban, diciendo: Acabad vuestra obra, la tarea del día en su día, como cuando se os daba hornija.

Los jefes de los hijos de Israel se dieron cuenta de que estaban en dificultades, cuando les dijeron: No debéis disminuir {vuestra} cantidad diaria de ladrillos.

Y encontrando a Moisés y a Aarón, que estaban delante de ellos cuando salían del Faraón,

Cuando el SEÑOR habló a Moisés en la tierra de Egipto,

Moisés entonces era de edad de ochenta años, y Aarón de edad de ochenta y tres, cuando hablaron al Faraón.

Cuando os hable Faraón, y diga: ``Haced un milagro", entonces dirás a Aarón: ``Toma tu vara y écha{la} delante de Faraón {para} que se convierta en serpiente."

Preséntate a Faraón por la mañana cuando vaya al agua, y ponte a orillas del Nilo para encontrarte con él; y toma en tu mano la vara que se convirtió en serpiente.

Y dijo Moisés al Faraón: Señálame: ¿cuándo oraré por ti, y por tus siervos, y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti, y de tus casas, y que solamente se queden en el río?

Y el SEÑOR dijo a Moisés: Levántate muy de mañana y ponte delante de Faraón cuando vaya al agua, y dile: ``Así dice el SEÑOR: `Deja ir a mi pueblo para que me sirva.

`Ahora pues, manda poner a salvo tus ganados y todo lo que tienes en el campo, {porque} todo hombre o {todo} animal que se encuentre en el campo, y no sea traído a la casa, morirá cuando caiga sobre ellos el granizo.'"

Pero cuando Faraón vio que la lluvia, el granizo y los truenos habían cesado, pecó otra vez, y endureció su corazón, tanto él como sus siervos.

Entonces vinieron Moisés y Aarón al Faraón, y le dijeron: El SEÑOR Dios de los hebreos, ha dicho así: ¿Hasta cuándo no querrás humillarte delante de mí? Deja ir a mi pueblo para que me sirva.

Entonces los siervos del Faraón le dijeron: ¿Hasta cuándo nos ha de ser éste por lazo? Deja ir a estos hombres, para que sirvan al SEÑOR su Dios; ¿aún no sabes que Egipto se pierde?

Y el SEÑOR dijo a Moisés: Una plaga más traeré sobre Faraón y sobre Egipto, después de la cual os dejará ir de aquí. Cuando os deje ir, ciertamente os echará de aquí completamente.

Y esta sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y cuando yo viere aquella sangre, pasaré por vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad, cuando hiera la tierra de Egipto.

Porque el SEÑOR pasará hiriendo a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará el SEÑOR aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en vuestras casas para herir.

Y será, cuando habréis entrado en la tierra que el SEÑOR os dará, como os lo ha prometido, guardaréis este servicio.

Y cuando os dijeren vuestros hijos: ¿Qué es este vuestro servicio?

Vosotros responderéis: Esta es la víctima de la Pascua del SEÑOR, el cual pasó las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas. Entonces el pueblo se inclinó y adoró.

Y cuando el SEÑOR te hubiere metido en la tierra del cananeo, y del heteo, y del amorreo, y del heveo, y del jebuseo, la cual juró a tus padres que te daría, tierra que destila leche y miel, harás este servicio en este mes.

Y contarás en aquel día a tu hijo, diciendo: Se hace esto con motivo de lo que el SEÑOR hizo conmigo cuando me sacó de Egipto.

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