78 casos

'Cárcel' en la Biblia

Y tomó su señor a José, y le puso en la cárcel, donde estaban los presos del rey, y estuvo allí en la cárcel.

Pero Jehová estaba con José, y extendió a él su misericordia, y le dio gracia ante los ojos del jefe de la cárcel.

Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que hacían allí, él lo dirigía.

No veía el jefe de la cárcel cosa alguna que en su mano estaba; porque Jehová estaba con él, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.

y los puso en prisión en la casa del capitán de la guardia, en la cárcel donde José estaba preso.

Porque fui hurtado de la tierra de los hebreos; y tampoco he hecho aquí por qué me hubiesen de poner en la cárcel.

Si sois hombres de verdad, quede preso en la casa de vuestra cárcel uno de vuestros hermanos; y vosotros id, llevad el alimento para el hambre de vuestras casas:

Y lo pusieron en la cárcel, hasta que les fuese declarado por palabra de Jehová.

Y lo pusieron en la cárcel, por que no estaba declarado qué le habían de hacer.

Y aconteció que, alegrándose el corazón de ellos, dijeron: Llamad a Sansón, para que divierta delante de nosotros. Y llamaron a Sansón de la cárcel, y servía de juguete delante de ellos; y lo pusieron entre las columnas.

y dirás: Así ha dicho el rey: Echad a éste en la cárcel, y mantenedle con pan de angustia y con agua de aflicción, hasta que yo vuelva en paz.

Mas el rey de Asiria halló que Oseas conspiraba; porque había enviado embajadores a So, rey de Egipto, y no había pagado tributo al rey de Asiria, como lo hacía cada año; por lo que el rey de Asiria le detuvo, y le aprisionó en la casa de la cárcel.

Y aconteció a los treinta y siete años del cautiverio de Joaquín rey de Judá, en el mes duodécimo, a los veintisiete días del mes, que Evil-merodac rey de Babilonia, en el primer año de su reinado, levantó la cabeza de Joaquín rey de Judá, sacándolo de la casa de la cárcel;

Y enojado Asa contra el vidente, lo echó en la casa de la cárcel, porque se encolerizó en extremo a causa de esto. Y oprimió Asa en aquel tiempo a algunos del pueblo.

Y diréis: El rey ha dicho así: Poned a éste en la cárcel, y sustentadle con pan de aflicción y agua de angustia, hasta que yo vuelva en paz.

Paal hijo de Uzai, enfrente de la esquina y la torre alta que sale de la casa del rey, que está en el patio de la cárcel. Después de él, Pedaías hijo de Paros.

y desde la puerta de Efraín hasta la puerta Antigua, y a la puerta del Pescado, y la torre de Hananeel, y la torre de Meah, hasta la puerta de las Ovejas; y pararon en la puerta de la Cárcel.

Porque de la cárcel salió para reinar; mientras el nacido en su reino se hizo pobre.

que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades; que a sus presos nunca abrió la cárcel?

para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas.

De la cárcel y del juicio fue quitado; y su generación ¿quién la contará? Porque cortado fue de la tierra de los vivientes; por la rebelión de mi pueblo fue herido.

Y entonces el ejército del rey de Babilonia tenía cercada a Jerusalén; y el profeta Jeremías estaba preso en el patio de la cárcel que estaba en la casa del rey de Judá.

Y vino a mí Hanameel, hijo de mi tío, conforme a la palabra de Jehová, al patio de la cárcel, y me dijo: Compra ahora mi heredad que está en Anatot, en tierra de Benjamín, porque tuyo es el derecho de la herencia, y a ti compete la redención; cómprala para ti. Entonces conocí que era palabra de Jehová.

Y di la carta de venta a Baruc hijo de Nerías, hijo de Maasías, delante de Hanameel el hijo de mi tío, y delante de los testigos que habían suscrito en la carta de venta, delante de todos los judíos que estaban en el patio de la cárcel.

Y vino palabra de Jehová a Jeremías la segunda vez, estando él aún preso en el patio de la cárcel, diciendo:

Y Jeremías entraba y salía en medio del pueblo; porque aún no lo habían puesto en la cárcel.

Y los príncipes se airaron contra Jeremías, y le azotaron, y le pusieron en prisión en la casa de Jonatán escriba, porque a ésta la habían convertido en cárcel.

Dijo también Jeremías al rey Sedequías: ¿En qué pequé contra ti, y contra tus siervos, y contra este pueblo, para que me pusieseis en la cárcel?

Entonces dio orden el rey Sedequías, y pusieron a Jeremías en el patio de la cárcel, haciéndole dar una torta de pan al día, de la plaza de los Panaderos, hasta que todo el pan de la ciudad se gastase. Y quedó Jeremías en el patio de la cárcel.

Entonces tomaron ellos a Jeremías, y lo echaron en la mazmorra de Malquías hijo de Amelec, que estaba en el patio de la cárcel; y metieron a Jeremías con sogas. Y en la mazmorra no había agua, sino cieno; y se hundió Jeremías en el cieno.

De este modo sacaron a Jeremías con sogas, y lo subieron de la mazmorra; y quedó Jeremías en el patio de la cárcel.

Y quedó Jeremías en el patio de la cárcel hasta el día que fue tomada Jerusalén; y allí estaba cuando Jerusalén fue tomada.

Enviaron entonces, y tomaron a Jeremías del patio de la cárcel, y lo entregaron a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, para que lo sacase a casa: y vivió entre el pueblo.

Y había venido palabra de Jehová a Jeremías, estando preso en el patio de la cárcel, diciendo:

Después el rey de Babilonia le sacó los ojos a Sedequías, y le aprisionó con grillos y lo hizo llevar a Babilonia; y lo puso en la cárcel hasta el día en que murió.

Y aconteció que en el año treinta y siete de la cautividad de Joaquín rey de Judá, en el mes duodécimo, a los veinticinco del mes, Evil-merodac, rey de Babilonia, en el año primero de su reinado, alzó la cabeza de Joaquín rey de Judá y lo sacó de la cárcel;

Porque Herodes había prendido a Juan, y le había aprisionado y puesto en la cárcel, por causa de Herodías, esposa de Felipe su hermano,

¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y vinimos a ti?

Entonces también ellos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o extranjero, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?

Porque Herodes mismo había enviado y prendido a Juan, y le había atado en la cárcel a causa de Herodías, esposa de Felipe su hermano; pues se había casado con ella.

sobre todas ellas, añadió además ésta; que encerró a Juan en la cárcel.

Cuando vayas al magistrado con tu adversario, procura en el camino librarte de él; para que no te arrastre al juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te meta en la cárcel.

(El cual había sido echado en la cárcel por una sedición hecha en la ciudad, y por un homicidio.)

y les soltó a aquél que había sido echado en la cárcel por sedición y homicidio, al cual habían pedido; y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.

Porque Juan no había sido aún puesto en la cárcel.

Y habiendo oído esto, entraron de mañana en el templo, y enseñaban. Entre tanto, vinieron el sumo sacerdote y los que estaban con él, y convocaron al concilio y a todos los ancianos de los hijos de Israel, y enviaron a la cárcel para que fuesen traídos.

Pero cuando llegaron los oficiales, y no los hallaron en la cárcel, volvieron y dieron aviso,

diciendo: De cierto, la cárcel hemos hallado cerrada con toda seguridad, y los guardas afuera de pie ante las puertas; pero cuando abrimos, a nadie hallamos dentro.

Y viniendo uno, les dio la noticia, diciendo: He aquí, los varones que echasteis en la cárcel están en el templo, y enseñan al pueblo.

Y habiéndole prendido, le puso en la cárcel, entregándole a cuatro cuadrillas de soldados para que le guardasen; queriendo sacarle al pueblo después de la pascua.

Y cuando Herodes había de sacarle, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta guardaban la cárcel.

Pero él, haciéndoles con la mano señal de que callasen, les contó cómo el Señor le había sacado de la cárcel. Y dijo: Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y salió, y se fue a otro lugar.

Y después de haberles herido de muchos azotes, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad.

Y repentinamente hubo un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel fueron sacudidos; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.

Y despertando el carcelero, como vio abiertas las puertas de la cárcel, sacó su espada y se quería matar, pensando que los presos se habían escapado.

Entonces Pablo les dijo: Nos azotaron públicamente sin ser condenados; siendo hombres romanos, nos echaron en la cárcel; ¿y ahora nos echan secretamente? No, de cierto, sino dejad que vengan ellos mismos y nos saquen.

Y saliendo de la cárcel, entraron en casa de Lidia; y habiendo visto a los hermanos, los consolaron, y se fueron.

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