'Endureció' en la Biblia
Sin embargo el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el SEÑOR había dicho.
Pero los magos (sacerdotes adivinos) de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos (ciencias ocultas). El corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el SEÑOR había dicho.
Pero al ver Faraón que había alivio, endureció su corazón y no los escuchó, tal como el SEÑOR había dicho.
Entonces los magos (sacerdotes adivinos) dijeron a Faraón: ``Este es el dedo de Dios." Pero el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el SEÑOR había dicho.
Pero Faraón endureció su corazón también esta vez y no dejó salir al pueblo.
Faraón envió {a ver,} y ni un solo {animal} de los ganados de Israel había perecido. Pero el corazón de Faraón se endureció y no dejó ir al pueblo.
Y el SEÑOR endureció el corazón de Faraón y no los escuchó, tal como el SEÑOR había dicho a Moisés.
Pero cuando Faraón vio que la lluvia y el granizo y los truenos habían cesado, pecó otra vez, y endureció su corazón, tanto él como sus siervos.
Y se endureció el corazón de Faraón y no dejó ir a los Israelitas, tal como el SEÑOR había dicho por medio de Moisés.
Pero el SEÑOR endureció el corazón de Faraón, y {éste} no dejó ir a los Israelitas.
Pero el SEÑOR endureció el corazón de Faraón, y {éste} no quiso dejarlos ir.
Moisés y Aarón hicieron todas estas maravillas en presencia de Faraón. Con todo, el SEÑOR endureció el corazón de Faraón, y {éste} no dejó salir de su tierra a los Israelitas.
El SEÑOR endureció el corazón de Faraón, rey de Egipto, y {éste} persiguió a los Israelitas, pero éstos habían salido con mano fuerte.
"Pero Sehón, rey de Hesbón, no quiso dejarnos pasar por su tierra porque el SEÑOR tu Dios endureció su espíritu e hizo obstinado su corazón, a fin de entregarlo en tus manos, como {lo está} hoy.
"Pero cuando su corazón se enalteció y su espíritu se endureció en {su} arrogancia, fue depuesto de su trono real y {su} gloria le fue quitada.
Pero el entendimiento de ellos se endureció. Porque hasta el día de hoy, en la lectura del antiguo pacto (testamento) el mismo velo permanece sin alzarse, pues {sólo} en Cristo es quitado.