'Eran' en la Biblia
los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran hermosas, y tomaron para sí mujeres de entre todas las que les gustaban.
Y la tierra no podía sostenerlos para que habitaran juntos, porque sus posesiones eran tantas que {ya} no podían habitar juntos.
Y los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra el SEÑOR en gran manera.
Y uno de los que escaparon vino y se lo hizo saber a Abram el hebreo, que habitaba en el encinar de Mamre el amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner, y éstos eran aliados de Abram.
Abraham y Sara eran ancianos, entrados en años; {y} a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres.
Y no lo reconoció porque sus manos eran velludas como las de su hermano Esaú, y lo bendijo.
Vio, pues, Esaú que las hijas de Canaán no eran del agrado de su padre Isaac;
Y los ojos de Lea eran delicados, pero Raquel era de bella figura y de hermoso parecer.
Y sucedió que por el tiempo cuando el rebaño estaba en celo, alcé los ojos y vi en sueños; y he aquí, los machos cabríos que cubrían las hembras {eran} rayados, moteados y abigarrados.
Y mientras Labán había ido a trasquilar sus ovejas, Raquel robó los ídolos domésticos que eran de su padre.
Y los hombres tenían miedo porque eran llevados a casa de José y dijeron: Por causa del dinero que fue devuelto en nuestros costales la primera vez hemos sido traídos aquí, para tener pretexto contra nosotros y caer sobre nosotros y tomarnos por esclavos con nuestros asnos.
Estos son los hijos de Lea, los que le dio a luz a Jacob en Padán-aram, y además su hija Dina; todos sus hijos y sus hijas {eran} treinta y tres.
Todas las personas {de la familia} de Jacob, que vinieron a Egipto, descendientes directos suyos, no incluyendo las mujeres de los hijos de Jacob, {eran} en total sesenta y seis personas.
Y los hijos de José, que le nacieron en Egipto, eran dos: todas las personas de la casa de Jacob que vinieron a Egipto, {eran} setenta.
Y subieron las langostas sobre toda la tierra de Egipto y se asentaron en todo el territorio de Egipto; {y eran} muy numerosas. Nunca había habido {tantas} langostas como entonces, ni las habría después.
Y los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, y las aguas les {eran como} un muro a su derecha y a su izquierda.
Mas los hijos de Israel pasaron en seco por en medio del mar, y las aguas les {eran como} un muro a su derecha y a su izquierda.
Cuando llegaron a Mara no pudieron beber las aguas de Mara porque eran amargas; por tanto {al lugar} le pusieron el nombre de Mara.
Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas.
Eran dobles por abajo y estaban unidas por arriba hasta la primera argolla; así hizo con las dos para las dos esquinas.
Y le hizo cuatro columnas de acacia y las revistió de oro; sus ganchos {eran} también de oro, y fundió para ellas cuatro basas de plata.
con sus cinco columnas y sus ganchos; y revistió de oro sus capiteles y sus molduras; pero sus cinco basas eran de bronce.
Hizo además el candelabro de oro puro. Hizo el candelabro labrado a martillo, su base y su caña; sus copas, sus cálices y sus flores eran {de una pieza} con él.
Sus cálices y sus brazos eran de {una pieza} con él; todo {era} una sola {pieza} de oro puro labrado a martillo.
Entonces hizo el altar del incienso de madera de acacia, de un codo su longitud, de un codo su anchura, cuadrado, y de dos codos su altura. Sus cuernos eran {de una pieza} con él.
Y le hizo cuernos en sus cuatro esquinas; los cuernos eran de una misma {pieza} con el altar, y lo revistió de bronce.
Hizo también el atrio; hacia el lado del Neguev, al sur, las cortinas del atrio eran de lino fino torcido, de cien codos.
Sus veinte columnas y sus veinte basas {eran} de bronce; los ganchos de las columnas y sus molduras {eran} de plata.
Por el lado norte {había} cien codos; sus veinte columnas con sus veinte basas {eran} de bronce, los ganchos de las columnas y sus molduras {eran} de plata.
Por el lado occidental {había} cortinas de cincuenta codos {con} sus diez columnas y sus diez basas; los ganchos de las columnas y sus molduras {eran} de plata.
Las cortinas a {un} lado {de la entrada eran} de quince codos, {con} tres columnas y sus tres basas,
Todas las cortinas alrededor del atrio {eran} de lino fino torcido.
Y las basas para las columnas {eran} de bronce, los ganchos de las columnas y sus molduras, de plata, y el revestimiento de sus capiteles, de plata, y todas las columnas del atrio tenían molduras de plata.
Sus cuatro columnas y sus cuatro basas {eran} de bronce; sus ganchos {eran} de plata, y el revestimiento de sus capiteles y sus molduras {eran} también de plata.
Todas las estacas del tabernáculo y del atrio alrededor {eran} de bronce.
Y las piedras correspondían a los nombres de los hijos de Israel; eran doce, conforme a sus nombres, {grabadas como} las grabaduras de un sello, cada una con su nombre conforme a las doce tribus.
De Gersón {era} la familia de Libni y la familia de Simei; éstas {eran} las familias de los gersonitas.
Y de Coat {eran} la familia de los amramitas, la familia de los izharitas, la familia de los hebronitas y la familia de los uzielitas; éstas eran las familias de los coatitas.
De Merari {eran} la familia de los mahlitas y la familia de los musitas; éstas {eran} las familias de Merari.
Los enumerados en el censo de todos los varones de un mes arriba {eran} seis mil doscientos.
Los que habían de acampar delante del tabernáculo al oriente, delante de la tienda de reunión hacia la salida del sol, {eran} Moisés, Aarón y sus hijos, desempeñando los deberes del santuario para {cumplir} la obligación de los hijos de Israel; pero el extraño que se acercara, moriría.
Todos los enumerados de los levitas, que Moisés y Aarón contaron por sus familias por mandato del SEÑOR, todos los varones de un mes arriba, {eran} veintidós mil.
y todos los primogénitos varones conforme al número de sus nombres de un mes arriba, los enumerados, eran veintidós mil doscientos setenta y tres.
Entonces los jefes de Israel, las cabezas de sus casas paternas, presentaron {una ofrenda} (ellos eran los jefes de las tribus, los que estaban sobre los enumerados).
Entonces Moisés los envió desde el desierto de Parán, al mandato del SEÑOR; todos aquellos hombres eran jefes de los hijos de Israel.
Y estos {eran} sus nombres: de la tribu de Rubén, Samúa, hijo de Zacur;
Y Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Jefone, {que eran} de los que habían reconocido la tierra, rasgaron sus vestidos;
Entonces Moab tuvo mucho temor a causa del pueblo, porque eran muchos; y Moab tuvo miedo ante los hijos de Israel.
Estas son las familias de los rubenitas, y los que fueron contados de ellas eran cuarenta y tres mil setecientos treinta.
Y estos son los hijos de Sutela: de Erán, la familia de los eranitas.
Entonces las hijas de Zelofehad, hijo de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, de las familias de Manasés, hijo de José, se acercaron; y estos eran los nombres de sus hijas: Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa.
Todas éstas eran ciudades fortificadas con altas murallas, puertas y barras, aparte de muchos otros pueblos sin murallas.
{Cuando} tus padres descendieron a Egipto {eran} setenta personas, y ahora el SEÑOR tu Dios te ha hecho tan numeroso como las estrellas del cielo.
Pero la mujer había tomado a los dos hombres y los había escondido, y dijo: Sí, los hombres vinieron a mí, pero yo no sabía de dónde eran.
Esta es la razón por la cual Josué los circuncidó: todos los del pueblo que salieron de Egipto que eran varones, todos los hombres de guerra, murieron en el desierto, por el camino, después que salieron de Egipto.
Y a los hijos de ellos, que El levantó en su lugar, Josué los circuncidó; pues eran incircuncisos, porque no los habían circuncidado en el camino.
Estos odres de vino que llenamos eran nuevos, y he aquí, están rotos; y estos vestidos nuestros y nuestras sandalias están gastados a causa de lo muy largo del camino.
Y sucedió que al cabo de tres días después de haber hecho pacto con ellos, oyeron que eran vecinos y que habitaban en su tierra.
Y partieron los hijos de Israel, y al tercer día llegaron a sus ciudades. Sus ciudades {eran} Gabaón, Cafira, Beerot y Quiriat-jearim.
tuvo gran temor, porque Gabaón {era} una gran ciudad, como una de las ciudades reales, y porque era más grande que Hai, y todos sus hombres {eran} valientes.
Porque los hijos de José eran dos tribus, Manasés y Efraín; y ellos no dieron a los levitas ninguna porción en {su} tierra, sino ciudades donde habitar, con sus tierras de pasto para sus ganados y para sus posesiones.
y echaron suertes para el resto de los hijos de Manasés conforme a sus familias: para los hijos de Abiezer, para los hijos de Helec, para los hijos de Asriel, para los hijos de Siquem, para los hijos de Hefer y para los hijos de Semida; estos {eran} los descendientes varones de Manasés, hijo de José, conforme a sus familias.
Y las ciudades de la tribu de los hijos de Benjamín, conforme a sus familias, eran: Jericó, Bet-hogla, Emec-casis,
Y las ciudades fortificadas {eran} Sidim, Zer, Hamat, Racat, Cineret,
Y la suerte cayó en las familias de los coatitas. Y a los hijos del sacerdote Aarón, que eran de los levitas, les tocaron en suerte trece ciudades de la tribu de Judá, de la tribu de Simeón y de la tribu de Benjamín;
Todas las ciudades de los sacerdotes, hijos de Aarón, eran trece ciudades con sus tierras de pasto.
Todas las ciudades de los gersonitas, conforme a sus familias, eran trece ciudades con sus tierras de pasto.
Y eran para probar a Israel, para ver si obedecían los mandamientos que el SEÑOR había ordenado a sus padres por medio de Moisés.
Porque subían con su ganado y sus tiendas, y entraban como langostas en multitud, tanto ellos como sus camellos eran innumerables; y entraban en la tierra para devastarla.
Y los madianitas, los amalecitas y todos los hijos del oriente estaban tendidos en el valle, numerosos como langostas; y sus camellos eran muchos, innumerables, como la arena que está a la orilla del mar.
Ahora bien, Zeba y Zalmuna estaban en Carcor, y sus ejércitos con ellos, unos quince mil hombres, los que habían quedado de todo el ejército de los hijos del oriente; porque los que habían caído eran ciento veinte mil hombres que sacaban espada.
Después dijo a Zeba y a Zalmuna: ¿Qué clase de hombres {eran} los que matasteis en Tabor? Y ellos respondieron: Eran como tú, cada uno parecía hijo de rey.
Y él dijo: {Eran} mis hermanos, hijos de mi madre. Vive el SEÑOR, que si los hubierais dejado con vida, yo no os quitaría la vida.
Les dijo también Gedeón: Quisiera pediros que cada uno de vosotros me dé un zarcillo de su botín (pues tenían zarcillos de oro, porque eran ismaelitas).
Y los seiscientos hombres armados con sus armas de guerra, que {eran} de los hijos de Dan, se pusieron a la entrada de la puerta.
Y los hijos de Dan prosiguieron su camino; y cuando Micaía vio que eran muy fuertes para él, dio la vuelta y regresó a su casa.
Entonces, he aquí, un anciano venía de su trabajo del campo al anochecer. Y el hombre era de la región montañosa de Efraín y se alojaba en Guibeá, pero los hombres del lugar eran benjamitas.
De toda esta gente, setecientos hombres escogidos eran zurdos; capaces cada uno de lanzar {con la honda} una piedra a un cabello sin errar.
Entonces los hombres de Israel, fuera de Benjamín, fueron contados, cuatrocientos mil hombres que sacaban espada; todos estos eran hombres de guerra.
Cayeron dieciocho mil hombres de Benjamín; todos ellos eran valientes guerreros.
Aquel hombre se llamaba Elimelec, y su mujer se llamaba Noemí. Los nombres de sus dos hijos {eran} Mahlón y Quelión, efrateos de Belén de Judá. Y llegaron a los campos de Moab y allí se quedaron.
Este hombre subía todos los años de su ciudad para adorar y ofrecer sacrificio al SEÑOR de los ejércitos en Silo. Y los dos hijos de Elí, Ofni y Finees, eran sacerdotes del SEÑOR allí.
Los hijos de Elí {eran} hombres indignos; no conocían al SEÑOR
El joven Samuel servía al SEÑOR en presencia de Elí. La palabra del SEÑOR escaseaba en aquellos días, las visiones no eran frecuentes.
Entonces Samuel tomó a Saúl y a su criado, los llevó a la sala y les dio un lugar a la cabecera de los invitados que eran unos treinta hombres.
Y los contó en Bezec, y los hijos de Israel eran trescientos mil y los hombres de Judá treinta mil.
Saúl estaba situado en las afueras de Guibeá, debajo del granado que está en Migrón, y la gente que {estaba} con él {eran} unos seiscientos hombres;
Los hijos de Saúl fueron Jonatán, Isúi y Malquisúa. Y {estos eran} los nombres de sus dos hijas: el nombre de la mayor, Merab, y el nombre de la menor, Mical.
Cis, padre de Saúl, y Ner, padre de Abner, {eran} hijos de Abiel.
Y los tres hijos mayores de Isaí habían ido con Saúl a la guerra. Los nombres de los tres hijos que fueron a la guerra {eran:} Eliab, el primogénito, Abinadab, el segundo, y Sama, el tercero.
Y subieron David y sus hombres e hicieron incursiones contra los gesuritas, los gezritas y los amalecitas; porque ellos eran los habitantes de la tierra desde tiempos antiguos, según se va a Shur, hasta la tierra de Egipto.
Saúl y Jonatán, amados y amables en su vida, y en su muerte no fueron separados; más ligeros eran que águilas, más fuertes que leones.
Y el hijo de Saúl {tenía} dos hombres que eran jefes de bandas: el nombre de uno era Baana, y el del otro Recab, hijos de Rimón beerotita, de los hijos de Benjamín (porque Beerot es también considerado {parte} de Benjamín,
Sadoc, hijo de Ahitob, y Ahimelec, hijo de Abiatar, {eran} sacerdotes, y Seraías {era} secretario;
Benaía, hijo de Joiada, {era jefe} de los cereteos y peleteos; y los hijos de David eran ministros principales.
Mefiboset tenía un hijo pequeño que se llamaba Micaía. Todos los que moraban en la casa de Siba {eran} siervos de Mefiboset;
Seva {era} escriba, y Sadoc y Abiatar {eran} sacerdotes;
Y llamó el rey a los gabaonitas y les habló. (Los gabaonitas no eran de los hijos de Israel, sino del remanente de los amorreos, y los hijos de Israel habían hecho un pacto con ellos, pero Saúl había procurado matarlos en su celo por los hijos de Israel y de Judá.)
Me libró de mi poderoso enemigo, de los que me aborrecían, pues eran más fuertes que yo.
Joab dio al rey la cifra del censo del pueblo: había en Israel ochocientos mil hombres valientes que sacaban espada, y los de Judá {eran} quinientos mil hombres.