69 casos en 6 traducciones

'Oí' en la Biblia

Rebeca habló a su hijo Jacob, diciendo: He aquí, a tu padre que hablaba con tu hermano Esaú, diciéndo{le:}

Y aquel hombre respondió: Ya se han ido de aquí; yo les decir: Vamos a Dotán. Entonces José fue tras de sus hermanos, y los halló en Dotán.

Y dijo al rey: Verdad es lo que en mi tierra de tus palabras y de tu sabiduría;

Y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante de Jehová, cuando ste lo que yo he pronunciado contra este lugar y contra sus moradores, que vendrían á ser asolados y malditos, y rasgaste tus vestidos, y lloraste en mi presencia, también yo te he

Y cuando de este asunto, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué pelo de mi cabeza y de mi barba, y me senté atónito.

Se paró un fantasma delante de mis ojos, cuyo rostro yo no conocí, y quedo, que decía:

De cierto tú dijiste a dos míos, y yo la voz de tus palabras que decían:

Por testimonio en José lo ha constituido, cuando salió por la tierra de Egipto; donde lenguaje que no entendía.

y no la voz de los que me castigaban; y a los que me enseñaban no incliné mi do!

Trilla mía, y pueblo de mi era, os he dicho lo que del SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel.

Porque voz como de mujer que está de parto, angustia como de primeriza; voz de la hija de Sion que lamenta y extiende sus manos, diciendo: ¡Ay ahora de mí! Que mi alma desmaya a causa de los matadores.

Escuché y ; no hablan derecho, no hay hombre que se arrepienta de su mal, diciendo: ¿Qué he hecho? Cada cual se volvió a su carrera, como caballo que arremete con ímpetu a la batalla.

Porque la murmuración de muchos, temor de todas partes: Denunciad, y denunciaremos. Todos mis amigos miraban si cojearía. Por ventura se engañará, decían, y prevaleceremos contra él, y tomaremos de él nuestra venganza.

Yo lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé.

La noticia , que del SEÑOR había sido enviado mensajero a los gentiles, diciendo: Juntaos, y venid contra ella, y levantaos a la batalla.

Y el sonido de sus alas cuando andaban, como sonido de muchas aguas, como la voz del Omnipotente, cuando andaban; la voz de la palabra, como la voz de un ejército. Cuando se paraban, aflojaban sus alas.

que parecía el arco del cielo que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor. Esta fue la visión de la semejanza de la gloria del SEÑOR. Y yo lo vi, y caí sobre mi rostro, y voz de uno que hablaba.

Y el Espíritu me levantó, y detrás de mí una voz de gran estruendo de la bendita gloria del SEÑOR que se iba de su lugar,

también el sonido de las alas de los animales que se juntaban la una con la otra, y el sonido de las ruedas delante de ellos, y sonido de grande estruendo.

Pero a los otros dijo, y yo lo : Pasad por la ciudad en pos de él y herid; no tenga piedad vuestro ojo, no perdonéis.

A las ruedas se les llamó torbellino, y yo lo .

Y os engrandecisteis contra mí con vuestra boca, y multiplicasteis contra mí vuestras palabras. Yo lo .

Y que él me hablaba desde la Casa; y el varón estaba junto a mí.

Y un santo que hablaba; y otro de los santos dijo a aquel que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora que pone el santuario y el ejército para ser hollado?

Pero la voz de sus palabras; y cuando la voz de sus palabras, fui adormecido sobre mi rostro, y mi rostro en tierra.

Y al hombre vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, que levantando su mano derecha y su mano izquierda al cielo, juró por aquel que vive para siempre, que será por un tiempo, tiempos y la mitad de {un tiempo}; y cuando se termine la destrucción del poder del pueblo santo, se cumplirán todas estas {cosas}.

, y tembló mi vientre; a la voz se batieron mis labios; pudrición se entró en mis huesos, y en mi asiento me estremecí; para reposar en el día de la angustia, cuando viniere al pueblo para destruirlo.

Yo las afrentas de Moab, y los denuestos de los hijos de Amón con que deshonraron a mi pueblo, y se engrandecieron sobre su término.

Tengo mucho que decir y juzgar de vosotros, pero el que me envió es veraz; y yo, las cosas que de El, éstas digo al mundo.

y caí al suelo, y una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?

Y habiendo caído todos nosotros en tierra, una voz que me hablaba, y decía en lengua hebraica: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra los aguijones.

Después de estas cosas miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que , era como de trompeta que hablaba conmigo, diciendo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que es necesario que sean hechas después de éstas.

Y miré, y la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los animales, y de los ancianos; y la multitud de ellos era millones y millones,

Y a toda criatura que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y que está sobre el mar, y todas las cosas que están en él, diciendo: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea alabanza, honra, y gloria, y potencia, para siempre jamás.

Y miré cuando el Cordero hubo abierto el primer sello, y al primero de los cuatro animales diciendo como con una voz de trueno: Ven y ve.

Y cuando él hubo abierto el tercer sello, al tercer animal, que decía: Ven y ve. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que estaba sentado encima de él, tenía un yugo en su mano.

Y el número de los señalados: ciento cuarenta y cuatro mil señalados de todas las tribus de los hijos de Israel.

Y miré, y un ángel volar por medio del cielo, diciendo a alta voz: ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡De los que moran en la tierra, por causa de las otras voces de trompeta de los tres ángeles que han de tocar sus trompetas!

Y el sexto ángel tocó la trompeta; y una voz de los cuatro cuernos del altar de oro, el cual está delante de los ojos de Dios;

Y cuando los siete truenos hubieron hablado sus voces, yo iba a escribir, y una voz del cielo, que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han hablado, y no las escribas.

Y una voz del cielo que hablaba otra vez conmigo, y me decía: Anda ve, y toma el libro abierto en la mano del ángel que está sobre el mar y sobre la tierra.

Y una voz del cielo como ruido de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y una voz de tañedores de arpas que tañían con sus arpas.

Y al ángel de las aguas, que decía: Señor, tú eres justo, que eres y que eras el Santo, porque has juzgado estas cosas;

Y a otro del altar, que decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos.

Yo, Juan, {soy} el que oyó y vio estas cosas. Y cuando y vi, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostró estas cosas.

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