'Perverso' en la Biblia

Y el ángel de Jehová le dijo: ¿Por qué has herido tu asna estas tres veces? he aquí yo he salido para contrarrestarte, porque tu camino es perverso delante de mí:

Guárdate que no haya en tu corazón perverso pensamiento, diciendo: Cerca está el año séptimo, el de la remisión; y tu ojo sea maligno sobre tu hermano menesteroso para no darle: que él podrá clamar contra ti á Jehová, y se te imputará á pecado.

Y ACAECIO estar allí un hombre perverso que se llamaba Seba, hijo de Bichri, hombre de Benjamín, el cual tocó la corneta, y dijo: No tenemos nosotros parte en David, ni heredad en el hijo de Isaí: Israel, ­cada uno á sus estancias!

Limpio eres para con el limpio, Mas con el perverso eres rígido.

Mas como Esther vino á la presencia del rey, él intimó por carta: El perverso designio que aquél trazó contra los Judíos, recaiga sobre su cabeza; y cuélguenlo á él y á sus hijos en la horca.

¿Hase de decir al rey: Perverso; Y á los príncipes: Impíos?

Limpio te mostrarás para con el limpio, Y severo serás para con el perverso.

Dios mío, líbrame de la mano del impío, De la mano del perverso y violento.

Corazón perverso se apartará de mí; No conoceré al malvado.

Porque el perverso es abominado de Jehová: Mas su secreto es con los rectos.

Según su sabiduría es alabado el hombre: Mas el perverso de corazón será en menosprecio.

El hombre perverso cava el mal; Y en sus labios hay como llama de fuego.

El hombre perverso levanta contienda; Y el chismoso aparta los mejores amigos.

El perverso de corazón nunca hallará bien: Y el que revuelve con su lengua, caerá en mal.

El testigo perverso se burlará del juicio; Y la boca de los impíos encubrirá la iniquidad.

El camino del hombre perverso es torcido y extraño: Mas la obra del limpio es recta.

Espinas y lazos hay en el camino del perverso: El que guarda su alma se alejará de ellos.

Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?

Jehová justo en medio de ella, no hará iniquidad: de mañana sacará á luz su juicio, nunca falta: mas el perverso no tiene vergüenza.