'Porque' en la Biblia
porque no hay otro, sino que hay algunos que os inquietan, y quieren pervertir el Evangelio del Cristo.
Porque, ¿persuado yo ahora a hombres o a Dios? ¿O busco agradar a los hombres? Cierto, que si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera la Iglesia de Dios, y la destruía;
(porque el que obró en Pedro para el apostolado de la circuncisión, obró también en mí para con los gentiles);
Pero viniendo Pedro a Antioquía, le resistí en la cara, porque era de condenar.
Porque antes que vinieran unos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; mas después que vinieron, se retraía y apartaba, teniendo miedo de los que eran de la circuncisión.
Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, rebelde me hago.
Porque yo por la ley soy muerto a la ley, para vivir a Dios.
No desecho la gracia de Dios; porque si por la ley fuera la justicia, entonces por demás murió Cristo.
Porque todos los que son de las obras de la ley, están bajo maldición. Porque escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas que están escritas en el libro de la ley, para hacerlas.
Y que nadie es justificado ante Dios por {la} ley es evidente, porque EL JUSTO VIVIRA POR LA FE.
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición; (porque está escrito: Maldito cualquiera que es colgado en un madero),
Porque si la herencia es por la ley, ya no será por la promesa; pero Dios por la promesa la dio a Abraham.
¿Luego la ley es contra las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si alguna ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley.
porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis vestidos.
No hay aquí judío, ni griego; no hay siervo, ni libre; no hay macho, ni hembra: porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
Y porque sois hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, clamando: ¡Abba! ¡Padre!
Hermanos, os ruego, sed como yo, porque yo soy como vosotros; ningún agravio me habéis hecho.
¿Dónde está pues vuestra bienaventuranza? Porque yo os doy testimonio que si se pudiera hacer, os hubierais sacado vuestros ojos para dármelos.
¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, porque os digo la verdad?
querría cierto estar ahora con vosotros, y mudar mi voz; porque estoy avergonzado de vosotros.
Porque escrito está que Abraham tuvo dos hijos; uno de la sierva, el otro de la libre.
Las cuales cosas son dichas por alegoría, porque estas mujeres son los dos pactos; el uno ciertamente del monte Sinaí, el cual engendró para servidumbre, que es Agar.
Porque Agar o Sinaí es un monte de Arabia, el cual corresponde a la que ahora es Jerusalén, la cual junto con sus hijos está en esclavitud.
Porque está escrito: Alégrate, la estéril, que no das a luz; Prorrumpe en alabanzas y clama, la que no estás de parto; Porque más son los hijos de la dejada, que de la que tiene marido.
Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la sierva y a su hijo; porque no será heredero el hijo de la sierva con el hijo de la libre.
Porque nosotros por el Espíritu aguardamos la esperanza de la justicia por la fe.
Porque en el Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión; sino la fe que obra por la caridad.
Porque vosotros, hermanos, a libertad habéis sido llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión a la carne, sino servíos por la caridad los unos a los otros.
Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu projimo como a ti mismo.
Porque la carne codicia contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne; y estas cosas se oponen la una a la otra, para que no hagáis lo que quisierais.
Porque los que son del Cristo, han colgado en el madero a la carne con sus afectos y concupiscencias.
HERMANOS, si alguno fuere tomado en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restaurad al tal con el espíritu de mansedumbre; considerándote á ti mismo, porque tú no seas también tentado.
Porque el que estima de sí que es algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña.
Porque cada cual llevará su carga.
No os engañéis, Dios no puede ser burlado; porque todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
Porque el que siembra en su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra en el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
No nos cansemos, pues, de hacer el bien, porque a su tiempo segaremos si no desmayamos.
Porque ni aun los mismos que se circuncidan guardan la ley; sino que quieren que vosotros seáis circuncidados, para gloriarse en vuestra carne.
Porque en Cristo Jesús, ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino la nueva criatura.
De aquí en adelante nadie me sea molesto; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús.
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