'Porque' en la Biblia
En primer lugar, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo por todos vosotros, porque por todo el mundo se habla de vuestra fe.
Porque testigo me es Dios, al cual sirvo en mi espíritu en el Evangelio de su Hijo, que sin cesar me acuerdo de vosotros siempre en mis oraciones,
Porque deseo veros, para repartir con vosotros algún don espiritual, para confirmaros;
Porque no me avergüenzo del Evangelio del Cristo, porque es potencia de Dios para dar salud a todo aquel que cree; al judío primeramente y también al griego.
Porque en él la justicia de Dios se descubre de fe en fe. Como está escrito: Mas el justo vivirá por la fe.
Porque manifiesta es la ira de Dios del cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que detienen la verdad con injusticia;
porque lo que de Dios se conoce, a ellos es manifiesto; porque Dios se lo manifestó.
Porque las cosas invisibles de él; su eterna potencia y divinidad, se ven entendidas por la creación del mundo, y por las cosas que son hechas, para que no haya excusa;
porque habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias; antes se desvanecieron en sus fantasías, y el tonto corazón de ellos fue entenebrecido.
porque cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador, quien es bendito por los siglos. Amén.
Por esta razón Dios los entregó a pasiones degradantes; porque sus mujeres cambiaron la función natural por la que es contra la naturaleza;
Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, cualquiera que juzgas; porque en lo mismo que juzgas al otro, te condenas a ti mismo; porque lo mismo haces, tú que juzgas a los otros.
Porque sabemos que el juicio de Dios es según la verdad contra los que hacen tales cosas.
Porque no hay acepción de personas para con Dios.
Porque todos los que sin ley pecaron, sin ley también perecerán; y todos los que en la ley pecaron, por la ley serán juzgados;
porque no los oidores de la ley son justos para con Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.
Porque los gentiles que no tienen la ley, haciendo naturalmente lo que es de la ley, los tales, aunque no tengan la ley, ellos mismos se son ley,
Porque muestran la obra de la Ley escrita en sus corazones, su conciencia dando testimonio, y sus pensamientos acusándolos unas veces y otras defendiéndolos,
Porque el Nombre de Dios es blasfemado por medio de vosotros entre los gentiles, como está escrito.
Porque la circuncisión en verdad aprovecha, si guardares la ley; pero si eres rebelde a la ley, tu circuncisión es hecha prepucio.
Porque no es judío el que lo es exteriormente; ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne,
Grande, en todo sentido. En primer lugar, porque a ellos les han sido confiados los oráculos de Dios.
En ninguna manera; porque Dios es Verdadero y todo hombre es mentiroso, como está escrito: Para que seas justificado en tus dichos, y venzas cuando juzgares.
¿Qué pues? ¿Somos mejores que ellos? En ninguna manera, porque ya hemos comprobado a judíos y a griegos, que todos están bajo pecado.
porque por las obras de la ley ninguna carne se justificará delante de él; porque por la ley es el conocimiento del pecado.
la justicia, digo, de Dios por la fe de Jesús el Cristo, para todos y sobre todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,
a quien Dios exhibió públicamente como propiciación por su sangre a través de la fe, como demostración de su justicia, porque en su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente,
Porque concluimos que el hombre es justificado por la fe aparte de las obras de la ley.
Porque un solo Dios es de todos, el cual justificará por la fe la circuncisión, y por la fe la incircuncisión.
Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué jactarse, pero no para con Dios.
Porque ¿qué dice la Escritura?: Y creyó Abraham a Dios, y le fue atribuido a justicia.
¿Es pues esta bienaventuranza solamente en la circuncisión o también en la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia.
Porque no por la ley fue dada la promesa a Abraham o a su simiente, que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe.
Porque si los que son de la ley son los herederos, vana es la fe, y anulada es la promesa.
Porque la ley obra ira; porque donde no hay ley, tampoco hay rebelión.
y la esperanza no será avergonzada; porque el amor de Dios está derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos es dado.
Porque el Cristo, cuando aún éramos flacos, a su tiempo murió por los impíos.
Ciertamente apenas muere alguno por un justo; porque por lo bueno puede ser que alguno osara morir.
Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, porque siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, ya reconciliados, seremos salvos por su vida.
Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y la muerte por el pecado, así también la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron;
Porque hasta la ley, el pecado estaba en el mundo; mas el pecado no era imputado, no habiendo ley.
Mas no como el delito, tal es el don; porque si por el delito de aquel uno murieron muchos, mucha más la gracia de Dios, y el don por la gracia de un hombre, Jesús el Cristo, abundó a muchos.
Ni tampoco de la manera que por un pecado, así también el don; porque el juicio a la verdad vino de un pecado para condenación, mas la gracia vino de muchos delitos para justificación.
Porque, si por un delito reinó la muerte por causa de uno solo, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesús, el Cristo, los que reciben la abundancia de gracia, y de dones y de la justicia.
Porque como por la desobediencia de un hombre muchos fueron hechos pecadores, así por la obediencia de uno, muchos serán hechos justos.
En ninguna manera. Porque los que somos muertos al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
Porque somos sepultados juntamente con él a muerte por el bautismo; para que como el Cristo resucitó de los muertos a gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.
Porque si fuimos plantados juntamente en él a la semejanza de su muerte, también lo seremos a la de su resurrección;
Porque el que es muerto, justificado es del pecado.
Porque el que es muerto, al pecado murió una vez; y el que vive, a Dios vive.
Para que el pecado no se enseñoree de vosotros; porque no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
¿Pues qué? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.
Hablo en términos humanos, por causa de la debilidad de vuestra carne. Porque de la manera que presentasteis vuestros miembros {como} esclavos a la impureza y a la iniquidad, para iniquidad, así ahora presentad vuestros miembros {como} esclavos a la justicia, para santificación.
Porque siendo antes siervos del pecado, ahora habéis sido hechos siervos de la justicia.
¿Qué fruto, pues, teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte.
Porque la paga del pecado es muerte; mas la gracia de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.
¿IGNORAIS, hermanos, (porque hablo con los que saben la ley) que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que vive?
Porque la mujer que está sujeta a marido, mientras el marido vive está obligada a la ley; mas muerto el marido, ella es libre de la ley del marido.
Porque mientras vivíamos en la carne, los afectos de los pecados que eran por la ley, obraban en nuestros miembros fructificando a muerte.
¿Qué pues diremos? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque (tampoco) conocería la concupiscencia, si la ley no dijera: No codiciarás.
Entonces el pecado, cuando hubo ocasión, obró en mí por el mandamiento toda concupiscencia. Porque sin la ley el pecado estaba como adormecido.
porque el pecado, habida ocasión, me engañó por el mandamiento, y por él me mató.
Porque ya sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido a sujeción del pecado.
Porque lo que cometo, no lo entiendo; y ni el (bien) que quiero, hago; antes lo que aborrezco, aquello hago.
Y yo sé que en mí (es a saber, en mi carne) no mora el bien, porque tengo el querer, mas efectuar el bien no lo alcanzo.
Porque no hago el bien que quiero; pero el mal que no quiero, éste hago.
Porque con el hombre interior, me deleito con la ley de Dios;
Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo, Jesús, me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Porque lo que era imposible a la ley, por cuanto era débil por la carne, y por el pecado, Dios enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado condenó al pecado en la carne;
Porque los que son conforme a la carne, las cosas que son de la carne saben; mas los que conforme al Espíritu, las cosas que son del Espíritu.
Porque la prudencia de la carne es muerte; mas la prudencia del Espíritu, vida y paz;
por cuanto la prudencia de la carne es enemistad contra Dios; porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede.
porque si viviereis conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu mortificáis las obras del cuerpo, viviréis.
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios.
Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre para estar (otra vez) en temor; mas habéis recibido el Espíritu de adopción (de hijos), por el cual clamamos, ¡Abba, Padre!
Porque el mismo Espíritu da testimonio a nuestro espíritu que somos hijos de Dios.
Porque tengo por cierto que lo que en este tiempo se padece, no es de comparar con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada.
Porque la esperanza solícita de las criaturas espera la manifestación de los hijos de Dios.
Porque las criaturas sujetas fueron a vanidad, no de su voluntad, sino por causa del que las sujetó,
porque las mismas criaturas serán libradas de la servidumbre de corrupción, en la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
Porque ya sabemos que todas las criaturas gimen (a una), y (a una) están de parto hasta ahora.
Porque en esperanza somos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, no lo espera.
Y asimismo también el Espíritu nos ayuda en nuestra flaqueza; porque orar como conviene, no lo sabemos; sino que el mismo Espíritu demanda por nosotros con gemidos indecibles.
Mas el que escudriña los corazones, sabe cuál es el intento del Espíritu, porque conforme á la voluntad de Dios, demanda por los santos.
Porque a los que antes conoció, también les señaló desde antes el camino para que fueran hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el Primogénito entre muchos hermanos;
Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes,
Porque deseara yo mismo ser anatema de Cristo por mis hermanos, los que son mis parientes según la carne;
Porque son Israelitas, a quienes pertenece la adopción como hijos, y la gloria, los pactos, la promulgación de la ley, el culto y las promesas,
No que la Palabra de Dios haya faltado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas;
Porque la palabra de la promesa es ésta: Como en este tiempo vendré, y tendrá Sara un hijo.
(porque no siendo aún nacidos, ni habiendo hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección, no por las obras sino por el que llama, permaneciere),
Porque El dice a Moisés: TENDRE MISERICORDIA DEL QUE YO TENGA MISERICORDIA, Y TENDRE COMPASION DEL QUE YO TENGA COMPASION.
Porque la Escritura dice de Faraón: Que para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi potencia, y que mi Nombre sea anunciado por toda la tierra.
Me dirás pues: ¿Por qué, pues, se enoja? porque ¿quién resistirá a su voluntad?
consumación fenecida inunda justicia; porque sentencia abreviada, hará el Señor sobre la tierra.
¿Por qué? Porque la seguían no por fe, mas como por las obras (de la ley); por lo cual tropezaron en la piedra de tropiezo,
Porque yo les doy testimonio que tienen celo de Dios, mas no conforme a ciencia.
Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios.
Porque el fin de la ley es Cristo, para dar justicia a todo aquel que cree.
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