'Sana' en la Biblia
Y el sacerdote saldrá fuera del real; y mirará el sacerdote, y viendo que está sana la plaga de la lepra del leproso,
Y Jehová los desarraigó de su tierra con enojo, y con saña, y con furor grande, y los echó á otra tierra, como hoy.
Y la saña de Jehová se encendió contra Israel, y vendiólos en manos de Chusan-risathaim rey de Mesopotamia; y sirvieron los hijos de Israel á Chusan-risathaim ocho años.
Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí; Sana mi alma, porque contra ti he pecado.
Hiciste temblar la tierra, abrístela: Sana sus quiebras, porque titubea.
Envió sobre ellos el furor de su saña, Ira y enojo y angustia, Con misión de malos ángeles.
Dejaste toda tu saña: Te volviste de la ira de tu furor.
El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias;
El sana á los quebrantados de corazón, Y liga sus heridas.
La sana lengua es árbol de vida: Mas la perversidad en ella es quebrantamiento de espíritu.
Soberbio y presuntuoso escarnecedor es el nombre Del que obra con orgullosa saña.
He aquí el día de Jehová viene, crudo, y de saña y ardor de ira, para tornar la tierra en soledad, y raer de ella sus pecadores.
Por tanto estoy lleno de saña de Jehová, trabajado he por contenerme; derramaréla sobre los niños en la calle, y sobre la reunión de los jóvenes juntamente; porque el marido también será preso con la mujer, el viejo con el lleno de días.
Mas Jehová Dios es la verdad; él es Dios vivo y Rey eterno: á su ira tiembla la tierra, y las gentes no pueden sufrir su saña.
Dejó cual leoncillo su guarida; pues asolada fué la tierra de ellos por la ira del opresor, y por el furor de su saña.
He aquí que yo los juntaré de todas las tierras á las cuales los eché con mi furor, y con mi enojo y saña grande; y los haré tornar á este lugar, y harélos habitar seguramente,
Derramóse por tanto mi saña y mi furor, y encendióse en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalem, y tornáronse en soledad y en destrucción, como hoy.
Entonces dijo á aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y fué restituída sana como la otra.
Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; sea hecho contigo como quieres. Y fué sana su hija desde aquella hora.
Y mirándolos alrededor con enojo, condoleciéndose de la ceguedad de su corazón, dice al hombre: Extiende tu mano. Y la extendió, y su mano fué restituída sana.
Y luego la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote.
Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva: ve en paz, y queda sana de tu azote.
Entonces, como la mujer vió que no se había ocultado, vino temblando, y postrándose delante de él declaróle delante de todo el pueblo la causa por qué le había tocado, y cómo luego había sido sana.
Y le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y hazte tu cama. Y luego se levantó.
Para los fornicarios, para los sodomitas, para los ladrones de hombres, para los mentirosos y ladrones de hombres, para los mentirosos y fjperjuros, y si hay alguna otra cosa contraria á la sana doctrina;
Porque vendrá tiempo cuando ni sufrirán la sana doctrina; antes, teniendo comezón de oir, se amotonarán maestros conforme á sus concupiscencias,
Retenedor de la fiel palabra que es conforme á la doctrina: para que también pueda exhortar con sana doctrina, y convencer á los que contradijeren.
EMPERO tú, habla lo que conviene á la sana doctrina:
Palabra sana, é irreprensible; que el adversario se avergüence, no teniendo mal ninguno que decir de vosotros.
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