'Se' en la Biblia
Por tanto no te avergüences de dar testimonio del Señor nuestro, ni de mí, que estoy preso por él; antes sé participante de los trabajos del Evangelio por el poder de Dios,
Por lo cual así mismo padezco esto, pero no me avergüenzo; porque yo sé a quién he creído, y estoy cierto que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.
Dé el Señor misericordia a la casa de Onesíforo; que muchas veces me refrigeró, y no se avergonzó de mi cadena;
Ninguno que milita se enreda en los negocios de esta vida por agradar a aquel que lo tomó por soldado.
si fuéremos infieles, él permanece fiel; no se puede negar a sí mismo.
y su palabra se extenderá como gangrena; entre los cuales están Himeneo y Fileto,
que se han descaminado de la verdad, diciendo que la resurrección es ya hecha, y trastornaron la fe de algunos.
No obstante, el sólido fundamento de Dios permanece firme, teniendo este sello: El Señor conoce a los que son suyos, y: Que se aparte de la iniquidad todo aquel que menciona el nombre del Señor.
Así que, el que se limpiare de estas cosas, será vaso para honra, santificado, y útil para los usos del Señor, y aparejado para toda buena obra.
que con mansedumbre enseña a los que se resisten, si por ventura Dios les dé que se arrepientan y conozcan la verdad,
Y se conviertan del lazo del diablo, en que están cautivos, para hacer su voluntad.
Porque de éstos son los que se entran por las casas, y llevan cautivas las mujercillas cargadas de pecados, llevadas de diversas concupiscencias;
Y así como Janes y Jambres se opusieron a Moisés, de la misma manera éstos también se oponen a la verdad; hombres de mente depravada, reprobados en lo que respecta a la fe.
Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina; antes, teniendo las orejas sarnosas, se amontonarán maestros que les hablan conforme a sus concupiscencias,
y así apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.
Pero tú, sé sobrio en todas las cosas, sufre penalidades, haz el trabajo de un evangelista, cumple tu ministerio.
porque Demas me ha desamparado, amando este siglo, y se ha ido a Tesalónica; Crescente a Galacia, Tito a Dalmacia.
Tú también cuídate de él, pues se opone vigorosamente a nuestra enseñanza.
En mi primera defensa nadie estuvo a mi lado, sino que todos me abandonaron; que no se les tenga en cuenta.
Pero el Señor estuvo conmigo y me fortaleció, a fin de que por mí se cumpliera cabalmente la proclamación {del mensaje} y que todos los gentiles oyeran. Y fui librado de la boca del león.
Erasto se quedó en Corinto; y a Trófimo dejé enfermo en Mileto.
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