103 casos

'Se' en la Biblia

Por tanto así ha dicho Jehová: Del lecho en que subiste no descenderás, antes morirás ciertamente. Y Elías se fué.

Y como los mensajeros se volvieron al rey, él les dijo: ¿Por qué pues os habéis vuelto?

Entonces el ángel de Jehová dijo á Elías: Desciende con él; no hayas de él miedo. Y él se levantó, y descendió con él al rey.

Y saliendo á Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Beth-el, dijéronle: ¿Sabes cómo Jehová quitará hoy á tu señor de tu cabeza? Y él dijo: Sí, yo lo sé; callad.

Y llegáronse á Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Jericó, y dijéronle: ¿Sabes cómo Jehová quitará hoy á tu señor de tu cabeza? Y él respondió: Sí, yo lo sé; callad.

Y vinieron cincuenta varones de los hijos de los profetas, y paráronse enfrente á lo lejos: y ellos dos se pararon junto al Jordán.

Tomando entonces Elías su manto, doblólo, é hirió las aguas, las cuales se apartaron á uno y á otro lado, y pasaron ambos en seco.

Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y volvió, y paróse á la orilla del Jordán.

Y tomando el manto de Elías que se le había caído, hirió las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y así que hubo del mismo modo herido las aguas, apartáronse á uno y á otro lado, y pasó Eliseo.

Y cuando volvieron á él, que se había quedado en Jericó, él les dijo: ¿No os dije yo que no fueseis?

Mas allegóse á los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, que hizo pecar á Israel; y no se apartó de ellos.

Mas muerto Achâb, el rey de Moab se rebeló contra el rey de Israel.

Y fué y envió á decir á Josaphat rey de Judá: El rey de Moab se ha rebelado contra mí: ¿irás tú conmigo á la guerra contra Moab? Y él respondió: Iré, porque como yo, así tú; como mi pueblo, así tu pueblo; como mis caballos, así también tus caballos.

Y aconteció que por la mañana, cuando se ofrece el sacrificio, he aquí vinieron aguas por el camino de Idumea, y la tierra fué llena de aguas.

Y como se levantaron por la mañana, y lució el sol sobre las aguas, vieron los de Moab desde lejos las aguas rojas como sangre;

Y dijeron: ­Sangre es esta de espada! Los reyes se han revuelto, y cada uno ha muerto á su compañero. Ahora pues, ­Moab, á la presa!

Yo te ruego que hagas una pequeña cámara de paredes, y pongamos en ella cama, y mesa, y silla, y candelero, para que cuando viniere á nosotros, se recoja en ella.

Dijo entonces: Llámala. Y él la llamó, y ella se paró á la puerta.

El entonces se levantó, y siguióla. Y Giezi había ido delante de ellos, y había puesto el bordón sobre el rostro del niño, mas ni tenía voz ni sentido; y así se había vuelto para encontrar á Eliseo; y declaróselo, diciendo: El mozo no despierta.

Después subió, y echóse sobre el niño, poniendo su boca sobre la boca de él, y sus ojos sobre sus ojos, y sus manos sobre las manos suyas; así se tendió sobre él, y calentóse la carne del joven.

Y Eliseo se volvió á Gilgal. Había entonces grande hambre en la tierra. Y los hijos de los profetas estaban con él, por lo que dijo á su criado: Pon una grande olla, y haz potaje para los hijos de los profetas.

Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve, y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio.

Y Naamán se fué enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano, y tocará el lugar, y sanará la lepra.

Mas sus criados se llegaron á él, y habláronle, diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la hicieras? ¿cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio?

El entonces descendió, y zambullóse siete veces en el Jordán, conforme á la palabra del varón de Dios: y su carne se volvió como la carne de un niño, y fué limpio.

Entonces Naamán dijo: Ruégote pues, ¿no se dará á tu siervo una carga de un par de acémilas de aquesta tierra? porque de aquí adelante tu siervo no sacrificará holocausto ni sacrificio á otros dioses, sino á Jehová.

En esto perdone Jehová á tu siervo: que cuando mi señor entrare en el templo de Rimmón, y para adorar en él se apoyare sobre mi mano, si yo también me inclinare en el templo de Rimmón, si en el templo de Rimmón me inclino, Jehová perdone en esto á tu sier

Y llegado que hubo á un lugar secreto, él lo tomó de mano de ellos, y guardólo en casa: luego mandó á los hombres que se fuesen.

La lepra de Naamán se te pegará á ti, y á tu simiente para siempre. Y salió de delante de él leproso, blanco como la nieve.

Y él le respondió: No los hieras; ¿herirías tú á los que tomaste cautivos con tu espada y con tu arco? Pon delante de ellos pan y agua, para que coman y beban, y se vuelvan á sus señores.

Entonces les fué aparejada grande comida: y como hubieron comido y bebido, enviólos, y ellos se volvieron á su señor. Y nunca más vinieron cuadrillas de Siria á la tierra de Israel.

Y un príncipe sobre cuya mano el rey se apoyaba, respondió al varón de Dios, y dijo: Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así? Y él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello.

Porque el Señor había hecho que en el campo de los Siros se oyese estruendo de carros, ruido de caballos, y estrépito de grande ejército; y dijéronse los unos á los otros: He aquí el rey de Israel ha pagado contra nosotros á los reyes de los Heteos, y á l

Y así se habían levantado y huído al principio de la noche, dejando sus tiendas, sus caballos, sus asnos, y el campo como se estaba; y habían huído por salvar las vidas.

Y vinieron, y dieron voces á los guardas de la puerta de la ciudad, y declaráronles, diciendo: Nosotros fuimos al campo de los Siros, y he aquí que no había allí hombre, ni voz de hombre, sino caballos atados, asnos también atados, y el campo como se esta

Y el rey puso á la puerta a aquel príncipe sobre cuya mano él se apoyaba: y atropellóle el pueblo á la entrada, y murió, conforme á lo que había dicho el varón de Dios, lo que habló cuando el rey descendió á él.

Entonces la mujer se levantó, é hizo como el varón de Dios le dijo: y partióse ella con su familia, y vivió en tierra de los Filisteos siete años.

Y preguntando el rey á la mujer, ella se lo contó. Entonces el rey le dió un eunuco, diciéndole: Hazle volver todas las cosas que eran suyas, y todos los frutos de la tierras desde el día que dejó el país hasta ahora.

Eliseo se fué luego á Damasco, y Ben-adad rey de Siria estaba enfermo, al cual dieron aviso, diciendo: El varón de Dios ha venido aquí.

Entonces díjole Hazael: ¿Por qué llora mi señor? Y él respondió: Porque sé el mal que has de hacer á los hijos de Israel: á sus fortalezas pegarás fuego, y á sus mancebos matarás á cuchillo, y estrellarás á sus niños, y abrirás á sus preñadas.

Y él se partió de Eliseo, y vino á su señor, el cual le dijo: ¿Qué te ha dicho Eliseo? Y él respondió: Díjome que seguramente vivirás.

En su tiempo se rebeló Edom de debajo de la mano de Judá, y pusieron rey sobre sí.

Y el rey Joram se volvió á Jezreel, para curarse de las heridas que los Siros le hicieron delante de Ramoth, cuando peleó contra Hazael rey de Siria. Y descendió Ochôzías hijo de Joram rey de Judá, á visitar á Joram hijo de Achâb en Jezreel, porque estaba

Y cuando llegares allá, verás allí á Jehú hijo de Josaphat hijo de Nimsi; y entrando, haz que se levante de entre sus hermanos, y mételo en la recámara.

Y él se levantó, y entróse en casa; y el otro derramó el aceite sobre su cabeza, y díjole: Así dijo Jehová Dios de Israel: Yo te he ungido por rey sobre el pueblo de Jehová, sobre Israel.

Y envió Jehú por todo Israel, y vinieron todos los siervos de Baal, que no faltó ninguno que no viniese. Y entraron en el templo de Baal, y el templo de Baal se llenó de cabo á cabo.

Con todo eso Jehú no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, que hizo pecar á Israel; á saber, de en pos de los becerros de oro que estaban en Beth-el y en Dan.

Y Jehová dijo á Jehú: Por cuanto has hecho bien ejecutando lo recto delante de mis ojos, é hiciste á la casa de Achâb conforme á todo lo que estaba en mi corazón, tus hijos se sentarán en el trono de Israel hasta la cuarta generación.

Mas Jehú no cuidó de andar en la ley de Jehová Dios de Israel con todo su corazón, ni se apartó de los pecados de Jeroboam, el que había hecho pecar á Israel.

Pero tomando Josaba hija del rey Joram, hermana de Ochôzías, á Joas hijo de Ochôzías, sacólo furtivamente de entre los hijos del rey, que se mataban, y ocultólo de delante de Athalía, á él y á su ama, en la cámara de las camas, y así no lo mataron.

Y los de la guardia se pusieron en orden, teniendo cada uno sus armas en sus manos, desde el lado derecho de la casa hasta el lado izquierdo, junto al altar y el templo, en derredor del rey.

Con todo eso los altos no se quitaron; que aún sacrificaba y quemaba el pueblo perfumes en los altos.

Y Joas dijo á los sacerdotes: Todo el dinero de las santificaciones que se suele traer á la casa de Jehová, el dinero de los que pasan en cuenta, el dinero por las personas, cada cual según su tasa, y todo el dinero que cada uno de su propia voluntad mete

Recíbanlo los sacerdotes, cada uno de sus familiares, y reparen los portillos del templo donde quiera que se hallare abertura.

Mas el pontífice Joiada tomó un arca, é hízole en la tapa un agujero, y púsola junto al altar, á la mano derecha como se entra en le templo de Jehová; y los sacerdotes que guardaban la puerta, ponían allí todo el dinero que se metía en la casa de Jehová.

Y los albañiles y canteros; y en comprar la madera y piedra de cantería para reparar las aberturas de la casa de Jehová; y en todo lo que se gastaba en la casa para repararla.

Mas de aquel dinero que se traía á la casa de Jehová, no se hacían tazas de plata, ni salterios, ni jofainas, ni trompetas; ni ningún otro vaso de oro ni de plata se hacía para el templo de Jehová:

Y no se tomaba en cuenta á los hombres en cuyas manos el dinero era entregado, para que ellos lo diesen á los que hacían la obra: porque lo hacían ellos fielmente.

El dinero por el delito, y el dinero por los pecados, no se metía en la casa de Jehová; porque era de los sacerdotes.

Por lo que tomó Joas rey de Judá todas las ofrendas que había dedicado Josaphat, y Joram y Ochôzías sus padres, reyes de Judá, y las que él había dedicado, y todo el oro que se halló en los tesoros de la casa de Jehová, y en la casa del rey, y enviólo á H

E hizo lo malo en ojos de Jehová, y siguió los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar á Israel; y no se apartó de ellos.

Con todo eso no se apartaron de los pecados de la casa de Jeroboam, el que hizo pecar á Israel: en ellos anduvieron; y también el bosque permaneció en Samaria.)

E hizo lo malo en ojos de Jehová: no se apartó de todos los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar á Israel; en ellos anduvo.

E hizo lo malo en ojos de Jehová, y no se apartó de todos los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar á Israel.

Con todo eso los altos no se quitaron; que el pueblo sacrificaba aún y quemaba perfumes en los altos.

E hizo lo malo en ojos de Jehová, como habían hecho sus padres: no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar á Israel.

Contra él se conjuró Sallum hijo de Jabes, y lo hirió en presencia de su pueblo, y matólo, y reinó en su lugar.

Y esta fué la palabra de Jehová que había hablado á Jehú, diciendo: Tus hijos hasta la cuarta generación se sentarán en el trono de Israel. Y fué así.

E hizo lo malo en ojos de Jehová: no se apartó en todo su tiempo de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar á Israel.

E impuso Manahem este dinero sobre Israel, sobre todos los poderosos y opulentos: de cada uno cincuenta siclos de plata, para dar al rey de Asiria, y el rey de Asiria se volvió, y no se detuvo allí en la tierra.

E hizo lo malo en ojos de Jehová: no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar á Israel.

E hizo lo malo en ojos de Jehová; no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar á Israel.

Entonces Achâz envió embajadores á Tiglath-pileser rey de Asiria, diciendo: Yo soy tu siervo y tu hijo: sube, y defiéndeme de mano del rey de Siria, y de mano del rey de Israel, que se han levantado contra mí.

Y tomando Achâz la plata y el oro que se halló en la casa de Jehová, y en los tesoros de la casa real, envió al rey de Asiria un presente.

Y se levantasen estatuas y bosques en todo collado alto, y debajo de todo árbol umbroso,

Y desecharon sus estatutos, y su pacto que él había concertado con sus padres, y sus testimonios que él había protestado contra ellos; y siguieron la vanidad, y se hicieron vanos, y fueron en pos de las gentes que estaban alrededor de ellos, de las cuales

Jehová por tanto se airó en gran manera contra Israel, y quitólos de delante de su rostro; que no quedó sino sólo la tribu de Judá.

Porque cortó á Israel de la casa de David, y ellos se hicieron rey á Jeroboam hijo de Nabat; y Jeroboam rempujó á Israel de en pos de Jehová, é hízoles cometer gran pecado.

Mas cada nación se hizo sus dioses, y pusiéronlos en los templos de los altos que habían hecho los de Samaria; cada nación en su ciudad donde habitaba.

Porque se llegó á Jehová, y no se apartó de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová prescribió á Moisés.

Y Jehová fué con él; y en todas las cosas á que salía prosperaba. El se rebeló contra el rey de Asiria, y no le sirvió.

He aquí tú confías ahora en este bordón de caña cascada, en Egipto, en el que si alguno se apoyare, entrarále por la mano, y se le pasará. Tal es Faraón rey de Egipto, para todos los que en él confían.

Quizá oirá Jehová tu Dios todas las palabras de Rabsaces, al cual el rey de los Asirios su señor ha enviado para injuriar al Dios vivo, y á vituperar con palabras, las cuales Jehová tu Dios ha oído: por tanto, eleva oración por las reliquias que aun se ha

Y regresando Rabsaces, halló al rey de Asiria combatiendo á Libna; porque había oído que se había partido de Lachîs.

Por el camino que vino se volverá, y no entrará en esta ciudad, dice Jehová.

Y aconteció que la misma noche salió el ángel de Jehová, é hirió en el campo de los Asirios ciento ochenta y cinco mil; y como se levantaron por la mañana, he aquí los cuerpos de los muertos.

Entonces Sennachêrib, rey de Asiria se partió, y se fué y tornó á Nínive, donde se estuvo.

Y extenderé sobre Jerusalem el cordel de Samaria, y el plomo de la casa de Achâb: y yo limpiaré á Jerusalem como se limpia una escudilla, que después que la han limpiado, la vuelven sobre su haz.

Ve á Hilcías, sumo sacerdote: dile que recoja el dinero que se ha metido en la casa de Jehová, que han juntado del pueblo los guardianes de la puerta,

Viniendo luego Saphán escriba al rey, dió al rey la respuesta, y dijo: Tus siervos han juntado el dinero que se halló en el templo, y lo han entregado en poder de los que hacen la obra, que tienen cargo de la casa de Jehová.

Id, y preguntad á Jehová por mí, y por el pueblo, y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado: porque grande ira de Jehová es la que ha sido encendida contra nosotros, por cuanto nuestros padres no escucharon las palabras de es

Por cuanto me dejaron á mí, y quemaron perfumes á dioses ajenos, provocándome á ira en toda obra de sus manos; y mi furor se ha encendido contra este lugar, y no se apagará.

Y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante de Jehová, cuando oíste lo que yo he pronunciado contra este lugar y contra sus moradores, que vendrían á ser asolados y malditos, y rasgaste tus vestidos, y lloraste en mi presencia, también yo te he oí

Asimismo barrió Josías los pythones, adivinos, y terapheos, y todas las abominaciones que se veían en la tierra de Judá y en Jerusalem, para cumplir las palabras de la ley que estaban escritas en el libro que el sacerdote Hilcías había hallado en la casa

No hubo tal rey antes de él que se convirtiese á Jehová de todo su corazón, y de toda su alma, y de todas su fuerzas, conforme á toda la ley de Moisés; ni después de él nació otro tal.

Con todo eso, no se volvió Jehová del ardor de su grande ira, con que se había encendido su enojo contra Judá, por todas las provocaciones con que Manasés le había irritado.

Fué pues la ira de Jehová contra Jerusalem y Judá, hasta que los echó de su presencia. Y Sedecías se rebeló contra el rey de Babilonia.

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