88 casos

'Si' en la Biblia

Y todos los que le oían, estaban fuera de sí de su entendimiento y de sus respuestas.

Y estando el pueblo esperando, y pensando todos de Juan en sus corazones, si él fuese el Cristo,

Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se haga pan.

pues si tú adorares delante de mí, serán todos tuyos.

Y aconteció que estando en una ciudad, he aquí un hombre lleno de lepra, el cual viendo a Jesús, postrándose sobre el rostro, le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.

Y les decía también una parábola: Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar un vestido viejo; pues si lo hace, rompe el nuevo, y el remiendo sacado de él no armoniza con el viejo.

Porque si amáis a los que os aman, ¿qué gracias tendréis? Porque también los pecadores aman a los que los aman.

Y si prestaréis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué gracias tendréis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto.

Mas los fariseos y los sabios de la ley, desecharon el consejo de Dios contra sí mismos, no siendo bautizados de él.

Y como vio esto el fariseo que le había convidado, habló entre sí, diciendo: Este, si fuera profeta, conocería quién y cuál es la mujer que le toca, que es pecadora.

Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona pecados?

Y sus padres estaban fuera de sí; a los cuales él mandó, que a nadie dijesen lo que había sido hecho.

Y les dice: Dadles vosotros de comer. Y dijeron ellos: No tenemos más que cinco panes y dos pescados, si no vamos nosotros a comprar viandas para toda esta multitud.

Y todos estaban fuera de sí de la grandeza de Dios. Y maravillándose todos de todas las cosas que hacía, dijo a sus discípulos:

Mas Jesús, viendo los pensamientos del corazón de ellos, tomó un niño, y le puso junto a sí,

Y envió mensajeros delante de sí, los cuales fueron y entraron en una ciudad de los samaritanos, para hacerle preparativos.

Y después de estas cosas, señaló el Señor aun otros setenta, los cuales envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y lugares a donde él había de venir.

Y si hubiere allí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; y si no, se volverá a vosotros.

¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Que si en Tiro y en Sidón hubieran sido hechas las virtudes que se han hecho en vosotras, hace ya días que, sentados en cilicio y ceniza, se habrían arrepentido.

¿Y cuál padre de vosotros, si su hijo le pidiere pan, le dará una piedra?, o, si pescado, ¿en lugar de pescado, le dará una serpiente?

O, si le pidiere un huevo, ¿le dará un escorpión?

Mas él, conociendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es desolado; y toda ciudad o casa dividida contra si mismo, no permanecerá.

Y si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo estará en pie su reino? Ya que decís que en Beelzebú echo yo fuera los demonios.

Pues si yo echo fuera los demonios en Beelzebú, ¿vuestros hijos en quién los echan fuera? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.

La lámpara del cuerpo es el ojo; pues si tu ojo fuere sincero, también todo tu cuerpo será resplandeciente; mas si fuere malo, también tu cuerpo será tenebroso.

y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿qué haré, porque no tengo dónde juntar mis frutos?

Y si así viste Dios a la hierba, que hoy está en el campo, y mañana es echada en el horno; ¿cuánto más a vosotros, los de poca fe?

Pero esto sabed, que si supiese el padre de familia a qué hora había de venir el ladrón, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa.

Mas si el tal siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a herir a los siervos y a las criadas, y a comer y a beber y a embriagarse;

No, os digo; antes si no os enmendares, todos pereceréis igualmente.

No, os digo; antes si no os enmendares, todos pereceréis asimismo.

¿O cuál rey, teniendo que ir a hacer guerra contra otro rey, sentándose primero no consulta si puede salir al encuentro con diez mil al que viene contra él con veinte mil?

¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si perdiere una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va a la que se perdió, hasta que la halle?

¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si perdiere una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta hallarla?

Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!

El entonces dijo: No, padre Abraham; mas si alguno fuere a ellos de los muertos, se enmendarán.

Mas él le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán, si alguno se levantare de los muertos.

Entonces el Señor dijo: Si tuvieseis fe como un grano de mostaza, diréis a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecerá.

Pero él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre,

Jesús entonces parándose, mandó traerle a sí; y cuando él llegó, le preguntó,

Y aconteció, que vuelto él, habiendo tomado el reino, mandó llamar a sí a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno.

Y si alguien os preguntare, ¿por qué lo desatáis? Le responderéis así: Porque el Señor lo necesita.

Y él respondiendo, les dijo: Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían.

diciendo: ¡Oh si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que toca a tu paz! Mas ahora está encubierto a tus ojos.

Mas ellos pensaban dentro de sí, diciendo: Si dijéremos, del cielo, dirá: ¿Por qué, pues, no le creisteis?

Y si dijéremos, de los hombres, todo el pueblo nos apedreará; porque están ciertos que Juan era profeta.

Mas los labradores, viéndole, pensaron entre sí, diciendo: Este es el heredero; venid, matémosle para que la heredad sea nuestra.

diciendo: Maestro, Moisés nos escribió: Si el hermano de alguno muriere teniendo mujer, y muriere sin hijos, que su hermano tome la mujer, y levante simiente a su hermano.

Ellos entonces comenzaron a preguntar entre sí, cuál de ellos sería el que había de hacer esto.

Entonces Pilato, oyendo de Galilea, preguntó si el hombre era galileo.

Y fueron hechos amigos entre sí Pilato y Herodes en el mismo día; porque antes eran enemigos entre sí.

Y el pueblo estaba mirando; y se burlaban de él los príncipes con ellos, diciendo: A otros hizo salvos; sálvese a sí, si éste es el Cristo, el escogido de Dios.

Y uno de los malhechores que estaban colgados, le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros.

Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio sólo los lienzos allí echados; y se fue maravillado entre sí de lo que había sucedido.

E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acaecido.

Y aconteció que yendo en comunión entre sí, y preguntándose el uno al otro, el mismo Jesús se llegó, e iba con ellos juntamente.

Sagradas Escrituras (1569)