'Te' en la Biblia
para que sepas la verdad precisa acerca de las cosas que te han sido enseñadas.
Mas el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te engendrará un hijo, y llamarás su nombre Juan.
Y he aquí, te quedarás mudo, y no podrás hablar hasta el día en que todo esto acontezca, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo.
Y respondiendo el ángel le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá; por lo cual también lo Santo que de ti nacerá, será llamado Hijo de Dios.
Y cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con dolor.
Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí es entregada, y a quien quiero la doy;
Por tanto, si te postras delante de mí, todo será tuyo.
porque escrito está: Que a sus ángeles mandará de ti, que te guarden;
y en las manos te llevarán, para que no dañes tu pie en piedra.
diciendo: Déjanos, ¿qué tenemos contigo Jesús Nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios.
el cual, viendo la fe de ellos, le dice: hombre, tus pecados te son perdonados.
¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?
Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
Y al que te hiriere en la mejilla, dale también la otra; y al que te quitare la capa, ni aun el sayo le defiendas.
Y a cualquiera que te pidiere, da; y al que tomare lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva.
¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo?
Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de su casa, envió el centurión amigos a él, diciéndole: Señor, no te incomodes, que no soy digno que entres debajo de mi tejado;
Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y {Jesús} dijo: Joven, a ti te digo: ¡Levántate!
Cuando los hombres llegaron a El, dijeron: ``Juan el Bautista nos ha enviado para que Te preguntáramos: ` ¿Eres Tú el que ha de venir, o esperamos a otro?'"
Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas al que se perdona poco, poco ama.
Y a ella dijo: Los pecados te son perdonados.
Y dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz.
``Tu madre y Tus hermanos están afuera y Te quieren ver," Le avisaron.
El cual, cuando vio a Jesús, exclamó y se postró delante de él, y dijo a gran voz: ¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes.
Entonces Jesús le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y él dijo: Legión; porque muchos demonios habían entrado en él.
Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que estaban con él: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado?
Y él dijo: Confía hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.
Y he aquí, un hombre de la multitud clamó, diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo; que es el único que tengo;
Entonces respondiendo Juan, dijo: Maestro, hemos visto a uno que echaba fuera demonios en tu nombre; y se lo prohibimos, porque no te sigue con nosotros.
Y aconteció que yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré dondequiera que fueres.
Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; mas déjame que me despida primero de los que están en mi casa.
En aquella misma hora Jesús se alegró en espíritu, y dijo: Te confieso, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, que escondiste estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños; así, Padre, porque así te agradó.
Y otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al huésped, y le dijo: Cúralo; y todo lo que gastares de más, cuando yo vuelva te lo pagaré.
¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo de aquel que cayó entre ladrones?
Pero Marta se preocupaba con todos los preparativos; y acercándose {a El, le} dijo: Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
Y aconteció que diciendo él estas cosas, una mujer de la multitud, levantando la voz, le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, y los pechos que mamaste.
Así que, siendo todo tu cuerpo resplandeciente, no teniendo alguna parte de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara de resplandor te alumbra.
Pero Dios le dijo: `` ¿Necio! Esta {misma} noche te reclaman el alma; y {ahora,} ¿para quién será lo que has provisto?"
Pues cuando vas al magistrado con tu adversario, procura en el camino librarte de él; para que no te arrastre al juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te meta en la cárcel.
Te digo que no saldrás de allá, hasta que hayas pagado hasta el último centavo.
Aquel mismo día llegaron unos de los fariseos, diciéndole: Sal, y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!
Cuando fueres llamado de alguno a bodas, no te sientes en el primer lugar, no sea que otro más honrado que tú esté por él convidado,
y viniendo el que te llamó a ti y a él, te diga: Da lugar a éste; y entonces comiences con vergüenza a tener el lugar último.
Mas cuando fueres llamado, ve, y siéntate en el postrer lugar; porque cuando viniere el que te llamó, te diga: Amigo, ven arriba; entonces tendrás gloria delante de los que juntamente se sientan a la mesa.
Y dijo también al que le había convidado: Cuando hagas comida o cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a vecinos ricos; para que ellos te vuelvan a convidar, y te sea hecha compensación.
y serás bienaventurado; porque no te pueden pagar; mas te será pagado en la resurrección de los justos.
Y comenzaron todos a una a excusarse. El primero le dijo: He comprado una hacienda, y necesito salir y verla; te ruego que me des por excusado.
Y el otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me des por excusado.
Mas él respondiendo, dijo al padre: He aquí tantos años te sirvo, no habiendo traspasado jamás tu mandamiento, y nunca me has dado un cabrito para hacer banquete con mis amigos;
Y dijo: Te ruego pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre;
Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.
El fariseo, en pie, oraba consigo de esta manera: Dios, te doy gracias, que no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;
Y Jesús, oído esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
Entonces Pedro dijo: He aquí, nosotros hemos dejado todas las cosas, y te hemos seguido.
diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que vea.
Y Jesús le dijo: Ve, tu fe te ha hecho salvo.
pues te tenía miedo, porque eres un hombre exigente, que recoges lo que no depositaste y siegas lo que no sembraste."
Entonces él le dijo: Mal siervo, de tu boca te juzgo. Sabías que yo era hombre recio, que quito lo que no puse, y que siego lo que no sembré;
Porque vendrán días sobre ti, que tus enemigos te cercarán con baluarte, y te pondrán cerco, y de todas partes te pondrán en estrecho,
y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti; y no dejarán sobre ti piedra sobre piedra; por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación.
y le hablaron, diciendo: Dinos: ¿Con qué potestad haces estas cosas? ¿O quién es el que te ha dado esta potestad?
Y le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que hablas y enseñas rectamente, y no te guías por las apariencias, sino que enseñas con verdad el camino de Dios.
y decid al padre de la familia de la casa: El Maestro te dice: ¿Dónde está el aposento donde tengo de comer el cordero de la pascua con mis discípulos?
Y él dijo: Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces.
y cubriéndole, herían su rostro, y le preguntaban, diciendo: Profetiza quién es el que te hirió.
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso.
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