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'Un' en la Biblia

Y cuando fue a la puerta de Benjamín, estaba allí un capitán que se llamaba Irías, hijo de Selemías hijo de Hananías, el cual prendió a Jeremías profeta, diciendo: Tú te retiras a los caldeos.

Y Jeremías dijo a Sedequías: Si te la hago saber, ¿no es cierto que me matarás? Y si te doy un consejo, no me escucharás.

Como {Jeremías} aun no se volvía, {le dijo:} Vuelve a Gedalías, hijo de Ahicam, hijo de Safán, a quien el rey de Babilonia ha puesto para gobernar sobre las ciudades de Judá, y quédate con él en medio del pueblo; y si no, ve adonde te parezca más conveniente ir. Entonces el capitán de la guardia le dio una ración de alimentos y un regalo, y lo dejó ir.

Fueron, pues, a Gedalías en Mizpa, junto con Ismael, hijo de Netanías, y Johanán y Jonatán, hijos de Carea, y Seraías, hijo de Tanhumet, y los hijos de Efai netofatita, y Jezanías, hijo de un maacateo, ellos y sus hombres.

Asimismo todos los judíos que estaban en Moab, y entre los hijos de Amón, y en Edom, y los que {estaban} en todos los {demás} países, oyeron que el rey de Babilonia había dejado un remanente en Judá y que había puesto para gobernar sobre ellos a Gedalías, hijo de Ahicam, hijo de Safán.

Sucedió además, un día después que mató a Gedalías, cuando nadie lo sabía aún,

Y fue que cuando llegaron al medio de la ciudad, Ismael, hijo de Netanías, los degolló, y los echó en medio de un aljibe, él y los varones que estaban con él.

Y ellos dijeron a Jeremías: Que el SEÑOR sea un testigo veraz y fiel contra nosotros si no obramos conforme a toda palabra que el SEÑOR tu Dios te mande para nosotros.

Toma con tu mano piedras grandes, y cúbrelas de barro en un horno de ladrillos que está a la puerta de la casa de Faraón en Tafnes, a vista de hombres judíos;

``Ahora pues, así dice el SEÑOR Dios de los ejércitos, el Dios de Israel: ` ¿Por qué os hacéis un daño tan grande a vosotros mismos cortando de entre vosotros a hombre y mujer, niño y lactante de en medio de Judá, sin que os quede remanente,

Palabra que habló el profeta Jeremías a Baruc, hijo de Nerías, cuando {éste} escribió estas palabras en un libro al dictado de Jeremías, en el año cuarto de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá, diciendo:

Allí gritaron: ``Faraón, rey de Egipto, {es sólo} un gran ruido; ha dejado pasar el tiempo señalado."

Novilla hermosa es Egipto, {mas} un tábano del norte viene; ya viene.

Se oye su sonido como el de una serpiente, pues {el enemigo} avanza como un ejército; con hachas, como leñadores, vienen contra ella.

Huid, salvad vuestras vidas, sed como un enebro en el desierto.

Gime, Hesbón, porque Hai ha sido destruida. Clamad, hijas de Rabá, ceñíos de cilicio y lamentaos, corred de un lado a otro por entre los muros, porque Milcom irá al destierro junto con sus sacerdotes y sus príncipes.

He oído un mensaje de parte del SEÑOR, y un mensajero es enviado entre las naciones, {diciendo:} Reuníos y venid contra él, y levantaos para la guerra.

He aquí que uno subirá como león de la espesura del Jordán contra el pastizal de perenne verdor, y en un instante lo haré huir de él, y al que sea escogido nombraré sobre él. Porque ¿quién es como yo y quién me citará {a juicio?} ¿Quién es el pastor que me podrá resistir?

Al estruendo de su caída tiembla la tierra; hay un clamor. Hasta el mar Rojo se oye su voz.

He aquí, se remonta, vuela veloz como un águila y extiende sus alas contra Bosra. En aquel día el corazón de los valientes de Edom será como el corazón de una mujer de parto.

Escapaos, huid; morad en las profundidades, habitantes de Hazor --declara el SEÑOR--, porque Nabucodonosor, rey de Babilonia, ha concebido un plan contra vosotros, ha trazado un designio contra vosotros.

Preguntarán por el camino de Sion, hacia donde {volverán} sus rostros; vendrán para unirse al SEÑOR {en} un pacto eterno que no será olvidado.

Vuestra madre será en gran manera avergonzada, se avergonzará la que os engendró; he aquí la última de las naciones será un desierto, tierra seca, y páramo.

He aquí viene un pueblo del aquilón; y una nación grande, y muchos reyes se levantarán de los lados de la tierra.

Empuñan arco y jabalina; son crueles y no tienen misericordia. Su voz ruge como el mar, y a caballo van montados, alineados como un solo hombre para la batalla contra ti, hija de Babilonia.

He aquí que uno subirá como león de la espesura del Jordán a un pastizal de perenne verdor, y en un instante le haré huir de él, y al que sea escogido nombraré sobre él. Porque ¿quién es como yo y quién me citará {a juicio?} ¿Quién es el pastor que me podrá resistir?

Así dijo el SEÑOR: He aquí que yo levanto sobre Babilonia, y sobre sus moradores que de corazón se levantan contra mí, un viento destruidor.

En un momento cayó Babilonia, y se quebrantó; aullad sobre ella; tomad bálsamo para su dolor, por ventura sanará.

Un correo corre al encuentro de otro y un mensajero al encuentro de otro, para decirle al rey de Babilonia que su ciudad ha sido tomada de un extremo {al otro;}

Me ha devorado {y} aplastado Nabucodonosor, rey de Babilonia, me ha dejado {como} vaso vacío, me ha tragado como un monstruo, ha llenado su estómago de mis delicias, me ha expulsado.

Cuando entren en calor, {les} serviré su banquete y los embriagaré, para que se diviertan, duerman un sueño eterno y no despierten --declara el SEÑOR.

Y para que no desmaye vuestro corazón, y temáis a causa de la noticia que se oirá por la tierra, en un año vendrá la noticia, y después en otro año el rumor, y luego vendrá la violencia en la tierra, y el enseñoreador sobre el que enseñorea.

Yo embriagaré a sus príncipes y a sus sabios, a sus gobernantes, a sus magistrados y a sus valientes, y dormirán un sueño eterno y no despertarán --declara el Rey cuyo nombre es el SEÑOR de los ejércitos.

Escribió, pues, Jeremías en un libro todo el mal que había de venir sobre Babilonia, todas las palabras que están escritas contra Babilonia.

Y aconteció que en el año noveno de su reinado, en el mes décimo, a los diez {días} del mes, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, él y todo su ejército, contra Jerusalén y acamparon contra ella, y edificaron un muro de asedio alrededor de ella.

Dos columnas, un mar, y doce bueyes de bronce que estaban debajo de las basas, que hizo el rey Salomón en la Casa del SEÑOR; no se podía pesar el bronce de todos estos vasos.

En cuanto a las columnas, la altura de una columna era de dieciocho codos, y un hilo de doce codos la rodeaba; y su grueso era de cuatro dedos, de vaciadizo.

Y {había} sobre ella un capitel de bronce; la altura de cada capitel {era} de cinco codos, con una malla y granadas sobre el capitel, rodeándolo, todo de bronce. Y la segunda columna {era} igual, con las granadas.

Y de la ciudad tomó un eunuco que era capitán sobre los hombres de guerra, y siete hombres de los continuos del rey, que se hallaron en la ciudad; y al principal escribano de la guerra, que ponía por lista el pueblo de la tierra para la guerra; y sesenta hombres del vulgo de la tierra, que se hallaron dentro de la ciudad.

A todos mis valientes ha rechazado el Señor de en medio de mí; ha convocado contra mí un tiempo determinado para quebrantar a mis jóvenes; el Señor ha hollado {como en} un lagar a la virgen hija de Judá.

El Señor fue como un enemigo, devoró a Israel; destruyó todos sus palacios, demolió sus fortalezas; y multiplicó en la hija de Judá la tristeza y el lamento.

Y quitó su tienda como de un huerto, Destruyó el lugar de su congregación: Jehová ha hecho olvidar en Sión solemnidades y sábados, Y ha desechado en el furor de su ira rey y sacerdote.

Tsade: El corazón de ellos clamaba al Señor: Oh muro de la hija de Sion, echa lágrimas como un arroyo día y noche; no descanses, ni calle la niña de tu ojo.

Alef: Yo soy un hombre que ve aflicción en la vara de su enojo.

Aplastar bajo los pies a todos los prisioneros de un país,

defraudar a un hombre en su litigio: {estas cosas} no aprueba el Señor.

Constantemente me han dado caza como a un ave mis enemigos, sin haber causa;

Vau: Y se aumentó la iniquidad de la hija de mi pueblo más que el pecado de Sodoma, que fue trastornada en un momento, y no asentaron sobre ella compañías.

Chet: Oscura más que la negrura es la forma de ellos; no los conocen por las calles. Su piel está pegada a sus huesos, seco como un palo.

El SEÑOR ha cumplido su furor, ha derramado su ardiente ira; y ha encendido un fuego en Sion que ha consumido sus cimientos.

Y miré, y he aquí un viento tempestuoso venía del aquilón, y una gran nube, y un fuego que venía revolviéndose, y tenía en derredor suyo un resplandor, y en medio de él, en medio del fuego una cosa que parecía como de ámbar,

Y la forma de sus caras {era como} la cara de un hombre; los cuatro tenían cara de león a la derecha y cara de toro a la izquierda, y los cuatro tenían cara de águila;

En medio de los seres vivientes había algo que parecía carbones encendidos en llamas, como antorchas que se lanzaban de un lado a otro entre los seres vivientes. El fuego resplandecía, y del fuego salían rayos.

Y los seres vivientes corrían de un lado a otro como el fulgor del relámpago.

Y sobre las cabezas de cada animal aparecía un cielo a manera de un cristal maravilloso, extendido encima sobre sus cabezas.

Y debajo del firmamento sus alas {se extendían} derechas, la una hacia la otra; cada uno tenía dos que cubrían sus cuerpos por un lado y por el otro.

Y oí el sonido de sus alas cuando andaban, como sonido de muchas aguas, como la voz del Omnipotente, cuando andaban; la voz de la palabra, como la voz de un ejército. Cuando se paraban, aflojaban sus alas.

También hubo un ruido por encima del firmamento que {había} sobre sus cabezas; cuando se detenían, bajaban sus alas.

Y sobre el cielo que estaba sobre sus cabezas, había una figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono había una semejanza que parecía de hombre sentado sobre él.

Entonces vi en lo que parecían sus lomos y hacia arriba, algo como metal refulgente que lucía como fuego dentro de ella en derredor, y en lo que parecían sus lomos y hacia abajo vi algo como fuego, y {había} un resplandor a su alrededor.

Como el aspecto del arco iris que aparece en las nubes en un día lluvioso, así {era} el aspecto del resplandor en derredor. Tal {era} el aspecto de la semejanza de la gloria del SEÑOR. Cuando {lo} vi, caí rostro en tierra y oí una voz que hablaba.

Y ellos, escuchen o dejen de {escuchar,} porque son una casa rebelde, sabrán que un profeta ha estado entre ellos.

Porque no eres enviado a un pueblo de habla incomprensible y lengua difícil, {sino} a la casa de Israel;

Entonces el Espíritu me levantó, y oí detrás de mí un gran ruido atronador: Bendita sea la gloria del SEÑOR desde su lugar.

{Oí} el ruido de las alas de los seres vivientes que se tocaban una a la otra, y el ruido de las ruedas junto a ellos, un gran ruido atronador.

Y cuando un justo se desvíe de su justicia y cometa iniquidad, yo pondré un obstáculo delante de él, {y} morirá; porque tú no le advertiste, él morirá por su pecado, y las obras de justicia que había hecho no serán recordadas, pero yo demandaré su sangre de tu mano.

Y tú, hijo de hombre, tómate un adobe, y ponlo delante de ti, y pinta sobre él la ciudad de Jerusalén;

Y pon sitio contra ella: edifica un muro de asedio contra ella, echa un terraplén contra ella, pon campamentos delante de ella, y coloca contra ella arietes alrededor.

Entonces toma una sartén de hierro y colócala como un muro de hierro entre ti y la ciudad, dirige tu rostro hacia ella y quedará bajo sitio: tú la sitiarás. Esta es una señal para la casa de Israel.

Porque yo te he asignado un número de días igual a los años de su iniquidad, trescientos noventa días; tú cargarás, pues, con la iniquidad de la casa de Israel.

Cuando los hayas cumplido, te acostarás por segunda vez, {pero} sobre el lado derecho, y llevarás la iniquidad de la casa de Judá; te la he asignado por cuarenta días, un día por cada año.

Y he aquí que yo puse sobre ti cuerdas, y no te tornarás de un lado al otro lado, hasta que hayas cumplido los días de tus vueltas.

Y tú toma para ti trigo, cebada, habas, lentejas, millo, y avena, y ponlo en un vaso, y hazte pan de ello el número de los días que durmieres sobre tu lado; trescientos noventa días comerás de él.

Y tú, hijo de hombre, tómate un cuchillo agudo, una navaja de barbero toma, y hazla pasar sobre tu cabeza y tu barba; tómate después un peso de balanza, y reparte los pelos.

`Sin embargo dejaré un remanente, porque tendréis entre las naciones a los que escaparon de la espada cuando seáis esparcidos por las tierras.

Y miré, y he aquí una semejanza que parecía de fuego; desde donde parecían sus lomos para abajo, era fuego; y desde sus lomos para arriba parecía como un resplandor, como la vista de ámbar.

Y extendió {algo} semejante a una mano y me tomó por un mechón de mi cabello; y el Espíritu me alzó entre la tierra y el cielo y me llevó a Jerusalén en visiones de Dios, a la entrada de la puerta que mira al norte del {atrio} interior, allí donde {estaba} la morada del ídolo de los celos que provoca los celos.

Y he aquí que seis varones venían del camino de la puerta de arriba que está vuelta al aquilón, y cada uno traía en su mano su instrumento para destruir. Y entre ellos había un varón vestido de lienzos, el cual traía a su cintura un tintero de escribano; y entrados, se pararon junto al altar de bronce.

Y he aquí, el hombre vestido de lino que tenía la cartera a la cintura, trajo un informe, diciendo: He hecho tal como me ordenaste.

Y miré, y he aquí sobre el cielo que estaba sobre la cabeza de los querubines, como una piedra de zafiro, que parecía como semejanza de un trono que se mostró sobre ellos.

Y un querubín extendió su mano de entre los querubines al fuego que estaba entre los querubines, y tomó fuego, y lo puso en las palmas del que estaba vestido de lienzos, el cual lo tomó y se salió.

Y los querubines parecían tener la forma de la mano de un hombre debajo de sus alas.

Y miré, y he aquí cuatro ruedas junto a los querubines, una rueda junto a un querubín, y otra rueda junto a otro querubín; y el aspecto de las ruedas era como la piedra de berilo.

Y tenía cada uno cuatro caras. La primera cara {era} la cara de un querubín, la segunda, la cara de un hombre, la tercera, la cara de un león y la cuarta, la cara de un águila.

Por tanto di: Así dijo el Señor DIOS: Aunque los he echado lejos entre los gentiles, y los he esparcido por las tierras, con todo eso les seré por un pequeño santuario en las tierras adonde llegaren.

Yo hice tal como se me había mandado. Saqué mi equipaje de día como el equipaje de un desterrado; y al atardecer cavé con mis manos a través del muro; salí en la oscuridad y cargué {el equipaje} sobre los hombros, ante sus ojos.

Y el príncipe que está en medio de ellos, cargará {su equipaje} sobre los hombros en la oscuridad, y saldrá. Cavará un hueco en el muro para sacar{lo.} Cubrirá su rostro para no ver la tierra con sus ojos.

`No habéis subido a las brechas, ni habéis levantado un muro alrededor de la casa de Israel, para que pueda resistir en la batalla en el día del SEÑOR.

Sí, porque han engañado a mi pueblo, diciendo: `` ¿Paz!", cuando no hay paz. Y cuando alguien edifica un muro, he aquí, ellos lo recubren con cal;

di, {pues,} a los que {lo} recubren con cal, que caerá; vendrá una lluvia torrencial y caeréis vosotras, piedras de granizo, y se desencadenará un viento huracanado.

Por tanto, así dice el Señor DIOS: En mi enojo haré que un viento huracanado se desencadene; también por mi ira vendrá una lluvia torrencial y granizo para consumir{lo} con furor.

Hijo de hombre, si un país peca contra mí cometiendo infidelidad, y yo extiendo mi mano contra él, destruyo su provisión de pan y envío hambre contra él y corto de él hombres y animales,

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