125 casos en 6 traducciones

'Una' en la Biblia

Y la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Yo veo una vara de almendro.

Y vino a mí palabra del SEÑOR por segunda vez, diciendo: ¿Qué ves tú? Y dije: Yo veo una olla que hierve; y su faz está de la parte del aquilón.

Y no dijeron: ¿Dónde está el SEÑOR, el que nos hizo subir de tierra de Egipto, el que nos hizo andar por el desierto, por una tierra desierta y despoblada, por una tierra seca y de sombra de muerte, por una tierra por la cual no pasó varón, ni allí habitó hombre?

Yo os traje a una tierra fértil, para que comierais de su fruto y de sus delicias; pero vinisteis y contaminasteis mi tierra, y de mi heredad hicisteis abominación.

Contra él rugieron los leoncillos, rugieron fuertemente, y han hecho de su tierra una desolación; sus ciudades están quemadas, sin habitantes.

Pero yo te planté como vid escogida, toda ella de simiente genuina. ¿Cómo, pues, te has vuelto delante de mí sarmiento degenerado de una vid extraña?

¿Cómo puedes decir: ``No estoy manchada, no he ido tras los baales"? Mira tu proceder en el valle, reconoce lo que has hecho. Eres una camella joven y liviana que enreda sus pasos,

¿Oh generación, atended a la palabra del SEÑOR! ¿He sido yo un desierto para Israel, o una tierra de densa oscuridad? ¿Por qué dice mi pueblo: ``Vaguemos {libremente;} no vendremos más a ti"?

Dios dice: Si un hombre se divorcia de su mujer, y ella se va de su lado y llega a ser de otro hombre, ¿volverá él a ella? ¿No quedará esa tierra totalmente profanada? Pues tú eres una ramera {con} muchos amantes, y sin embargo, vuelves a mí --declara el SEÑOR.

Yo había dicho: `` ¿Cómo quisiera ponerte entre mis hijos, y darte una tierra deseable, la más hermosa heredad de las naciones!" Y decía: ``Padre mío me llamaréis, y no os apartaréis de seguirme."

Ciertamente, como una mujer se aparta pérfidamente de su amado, así habéis obrado pérfidamente conmigo, oh casa de Israel --declara el SEÑOR.

Se oye una voz sobre las alturas desoladas, el llanto de las súplicas de los hijos de Israel; porque han pervertido su camino, han olvidado al SEÑOR su Dios.

Izad bandera hacia Sion; buscad refugio, no os detengáis; porque traigo del norte la calamidad, una gran destrucción.

Porque una voz {lo} anuncia desde Dan, y proclama el mal desde los montes de Efraín.

Porque así dice el SEÑOR: Una desolación será toda la tierra, pero no causaré una destrucción total.

Porque oí una voz como de mujer que está de parto, angustia como de primeriza; voz de la hija de Sión que lamenta y extiende sus manos, diciendo: ¡Ay ahora de mí! que mi alma desmaya a causa de los asesinos.

Me dirigiré a los grandes y les hablaré, porque ellos {sí} conocen el camino del SEÑOR {y} las ordenanzas de su Dios. Pero también {todos} ellos a una habían quebrado el yugo {y} roto las coyundas.

¿No había de hacer visitación sobre esto? Dijo el SEÑOR. De una gente como ésta ¿no se había de vengar mi alma?

He aquí, voy a traer de lejos una nación contra vosotros, oh casa de Israel --declara el SEÑOR. Es una nación fuerte, es una nación antigua, una nación cuya lengua no conoces, y no podrás entender lo que hable.

Sin embargo, aun en aquellos días --declara el SEÑOR-- no llevaré a cabo una destrucción total de vosotros.

Y cuando te pregunten: `` ¿Por qué el SEÑOR nuestro Dios nos ha hecho todo esto?" Les dirás: ``Así como me dejasteis y servisteis a dioses extraños en vuestra tierra, así serviréis a extranjeros en una tierra que no es vuestra."

``Como una jaula llena de pájaros, así están sus casas llenas de engaño; por eso se engrandecieron y se enriquecieron.

`` ¿No he de castigar por esto?" --declara el SEÑOR. ``De una nación como ésta ¿no he de vengarme?"

Huid, hijos de Benjamín, de en medio de Jerusalén; tocad trompeta en Tecoa, y alzad señal sobre Bet-haquerem, porque desde el norte se asoma el mal y una gran destrucción.

Así dice el SEÑOR de los ejércitos: Buscarán, rebuscarán como en una vid el remanente de Israel; vuelve a pasar tu mano como el vendimiador por los sarmientos.

Oye, tierra: he aquí, yo traigo una calamidad sobre este pueblo, el fruto de sus planes, porque no han escuchado mis palabras, y han desechado mi ley.

¿Para qué viene a mí este incienso de Sabá, y la dulce caña de una tierra lejana? Vuestros holocaustos no son aceptables, y vuestros sacrificios no me agradan.

Por tanto, así dice el SEÑOR: He aquí, pongo piedras de tropiezo delante de este pueblo, y tropezarán en ellas padres e hijos a una; el vecino y su prójimo perecerán.

Así dice el SEÑOR: He aquí, viene un pueblo de tierras del norte, y una gran nación se levantará de los confines de la tierra.

``Córtate el cabello y tíra{lo,} y entona una endecha en las alturas desoladas; porque el SEÑOR ha desechado y abandonado a la generación {objeto} de su furor."

He aquí la voz del clamor de la hija de mi pueblo desde una tierra lejana: ¿No está el SEÑOR en Sion? ¿No está su rey en ella? ¿Por qué me han provocado con sus imágenes talladas, con ídolos extranjeros?

Quién me diera en el desierto un albergue de caminantes, para dejar a mi pueblo y alejarme de ellos. Porque todos ellos son adúlteros, una asamblea de traidores.

Por estas cosas ¿no los castigaré? --declara el SEÑOR. De una nación como ésta ¿no se vengará mi alma?

Alzad por los montes lloro y lamentación, y una elegía por los pastos del desierto, porque han sido desolados; nadie pasa {por ellos}, ni se oye el bramido del ganado; desde las aves del cielo hasta las bestias han huido, se han ido.

Haré de Jerusalén un montón de ruinas, una guarida de chacales, y de las ciudades de Judá una desolación, sin habitante.

que se apresuren y eleven una lamentación por nosotros, para que derramen lágrimas nuestros ojos y fluya agua de nuestros párpados.

Oíd, pues, oh mujeres, palabra del SEÑOR, y vuestro oído reciba la palabra de su boca; y enseñad endechas a vuestras hijas, y cada una a su amiga, lamentación.

¿Ay de mí, por mi quebranto! Mi herida es incurable. Mas yo me dije: De cierto esta es una enfermedad, y debo soportarla.

¿Se oye un rumor! He aquí, viene una gran conmoción desde la tierra del norte, para convertir las ciudades de Judá en desolación, en guarida de chacales.

para confirmar el juramento que juré a vuestros padres, de darles una tierra que mana leche y miel, como {lo es} hoy.'" Entonces respondí y dije: Amén, SEÑOR.

Entonces el SEÑOR me dijo: Se ha descubierto una conspiración entre los hombres de Judá y entre los habitantes de Jerusalén.

Por tanto, así dice el SEÑOR: He aquí, traigo sobre ellos una calamidad de la que no podrán escapar; aunque clamen a mí, no los escucharé.

El SEÑOR de los ejércitos, que te plantó, ha decretado una calamidad contra ti a causa de la maldad que la casa de Israel y la casa de Judá han hecho, provocándome al ofrecer sacrificios a Baal.

y no quedará de ellos remanente, porque traeré una calamidad sobre los hombres de Anatot, el año de su castigo.

Fue hecha una desolación, llora sobre mí desolada; todo el país ha sido desolado, porque no hubo nadie a quien le importara.

Toma el cinto que compraste, que está sobre tus lomos, y levántate, y ve al Eufrates, y escóndelo allá en una caverna de una peña.

Y les dirás esta palabra: ``Viertan lágrimas mis ojos noche y día, y no cesen, porque de gran quebranto ha sido quebrantada la virgen hija de mi pueblo, de una dolorosa herida muy grave.

``Si salgo al campo, he aquí, muertos a espada; y si entro en la ciudad, he aquí, enfermedades por el hambre. Porque tanto el profeta como el sacerdote andan errantes en una tierra que no conocen."

Y haré que tus enemigos {te} lleven a una tierra que no conoces; porque un fuego se ha encendido en mi ira que sobre vosotros arderá.

``Por tanto, yo os arrojaré de esta tierra a una tierra que no habéis conocido, ni vosotros ni vuestros padres; y allí serviréis a otros dioses día y noche, pues no os mostraré clemencia."

Y por tu causa harás que se pierda la heredad que yo te di; te haré servir a tus enemigos en una tierra que no conoces; porque habéis prendido un fuego en mi ira que arderá para siempre.

Será como arbusto en lugar desolado Y no verá cuando venga el bien; Habitará en pedregales en el desierto, Una tierra salada y sin habitantes.

Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él hacía obra sobre una rueda.

En un momento yo puedo hablar contra una nación o contra un reino, de arrancar, de derribar y de destruir;

Y de pronto puedo hablar acerca de una nación o de un reino, de edificar y de plantar;

Ahora pues, habla a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén, diciendo: ``Así dice el SEÑOR: `He aquí, estoy preparando una calamidad contra vosotros y tramando un plan contra vosotros. Volveos, pues, cada uno de su mal camino y enmendad vuestros caminos y vuestras obras.'"

Por tanto, así dice Jehová: Preguntad ahora a las gentes, quién ha oído cosa semejante. Una cosa muy horrible ha hecho la virgen de Israel.

convirtiendo su tierra en una desolación, en una burla perpetua. Todo el que pase por ella se quedará atónito y meneará la cabeza.

¿Acaso se debe pagar el bien con el mal? Pues ellos han cavado una fosa para mí. Recuerda cómo me puse delante de Ti Para hablar bien en favor de ellos, Para apartar de ellos Tu furor.

Así dijo el SEÑOR: Ve, y compra una vasija de barro del alfarero, y lleva contigo alguno de los ancianos del pueblo, y de los ancianos de los sacerdotes;

y les dirás: ``Así dice el SEÑOR de los ejércitos: `De igual manera romperé yo a este pueblo y a esta ciudad, como quien rompe una vasija de alfarero, que no se puede reparar más; y {los} enterrarán en Tofet por no haber {otro} lugar donde enterrar.

"Heriré a los habitantes de esta ciudad, y hombres y animales morirán por una gran pestilencia.

`Pero si no obedecéis estas palabras, juro por mí mismo' --declara el SEÑOR-- `que esta casa vendrá a ser una desolación.'"

El que dice: ``Me edificaré una casa espaciosa con amplios aposentos altos"; y le abre ventanas, {la} recubre de cedro y {la} pinta de rojo.

¿Es acaso este hombre Conías una vasija despreciada y rota? ¿Es un objeto indeseable? ¿Por qué han sido arrojados él y sus descendientes y echados a una tierra que no conocían?

Una cesta tenía higos muy buenos, como brevas; y la otra cesta tenía higos muy malos, que no se podían comer de malos.

``Después que se hayan cumplido los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a esa nación por su iniquidad --declara el SEÑOR-- y a la tierra de los caldeos la haré una desolación eterna.

Así dice el SEÑOR de los ejércitos: He aquí, el mal va de nación en nación, y una gran tempestad se levanta de los confines de la tierra.

Así dice el SEÑOR: ``Ponte en el atrio de la casa del SEÑOR, y habla a todas las ciudades de Judá que vienen a adorar en la casa del SEÑOR todas las palabras que te he mandado decirles. No omitas ni una palabra.

Y el profeta Jeremías dijo al profeta Hananías: Escucha ahora, Hananías, el SEÑOR no te ha enviado, y tú has hecho que este pueblo confíe en una mentira.

Envía un {mensaje} a todos los desterrados, diciendo: ``Así dice el SEÑOR acerca de Semaías el nehelamita: `Por cuanto Semaías os ha profetizado sin que yo lo haya enviado, y os ha hecho confiar en una mentira',

He aquí, la tempestad del SEÑOR con furor ha salido; una tempestad devastadora descargará sobre la cabeza de los malvados.

He aquí, yo los traigo del país del norte, y los reuniré de los confines de la tierra, entre ellos los ciegos y los cojos, la mujer encinta y también la que está dando a luz; {una} gran compañía volverá acá.

Entonces la virgen se alegrará en la danza, y los jóvenes y los ancianos a una; cambiaré su duelo en gozo, los consolaré y los alegraré de su tristeza.

``Así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel: `Toma estas escrituras, esta escritura de compra sellada y esta escritura abierta, y ponlas en una vasija de barro para que duren mucho tiempo.'

``Y se comprarán campos en esta tierra de la cual decís vosotros: `Es una desolación, sin hombres ni animales; entregada está en mano de los caldeos.'

Así dice el SEÑOR: ``En este lugar, del cual decís vosotros: `Es una desolación, sin hombres y sin animales', en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén que están desoladas, sin hombres, sin habitantes y sin animales, se oirá de nuevo

¿No has observado lo que este pueblo ha hablado, diciendo: ``Las dos familias que el SEÑOR escogió, las ha desechado"? Desprecian a mi pueblo, ya no son una nación ante sus ojos.

``He aquí, daré órdenes" --declara el SEÑOR-- ``y los haré volver a esta ciudad, y pelearán contra ella, la tomarán y le prenderán fuego; y haré de las ciudades de Judá una desolación sin habitantes."

Ve a casa de los recabitas, y habla con ellos, e introdúcelos en la Casa del SEÑOR, en una de las cámaras, y dales a beber vino.

Jeremías salió de Jerusalén para ir a la tierra de Benjamín a tomar allí posesión de una propiedad en el pueblo.

Entonces dio orden el rey Sedequías, y depositaron a Jeremías en el patio de la guarda, haciéndole dar una torta de pan al día, de la plaza de los Panaderos, hasta que todo el pan de la ciudad se gastara. Y quedó Jeremías en el patio de la guarda.

Después envió el rey Sedequías, e hizo traer a sí a Jeremías profeta a la tercera entrada que estaba en la Casa del SEÑOR. Y dijo el rey a Jeremías: Te pregunto una palabra, no me encubras ninguna cosa.

En el año undécimo de Sedequías, en el mes cuarto, a los nueve {días} del mes, se abrió una brecha {en el muro} de la ciudad.

Como {Jeremías} aun no se volvía, {le dijo:} Vuelve a Gedalías, hijo de Ahicam, hijo de Safán, a quien el rey de Babilonia ha puesto para gobernar sobre las ciudades de Judá, y quédate con él en medio del pueblo; y si no, ve adonde te parezca más conveniente ir. Entonces el capitán de la guardia le dio una ración de alimentos y un regalo, y lo dejó ir.

Y fue que cuando llegaron al medio de la ciudad, Ismael hijo de Netanías los degolló, y los echó dentro de una cisterna, él y los hombres que con él estaban.

Entonces todos los que sabían que sus mujeres habían ofrecido sahumerios a dioses ajenos, y todas las mujeres que estaban presentes, una gran concurrencia, y todo el pueblo que habitaba en tierra de Egipto, en Patros, respondieron a Jeremías, diciendo:

Porque aquel día es para el Señor, DIOS de los ejércitos, día de venganza, para vengarse de sus enemigos; la espada devorará y se saciará y se empapará con su sangre; pues habrá una matanza para el Señor, DIOS de los ejércitos, en la tierra del norte, junto al río Eufrates.

Han oído las naciones de tu afrenta, y tu clamor llena la tierra; porque guerrero con guerrero ha tropezado, y a una han caído ambos.

Sus mercenarios también son en medio de ella como becerros engordados; porque también ellos se han vuelto atrás, {y} a una han huido, no resistieron; porque el día de su ruina ha venido sobre ellos, la hora de su castigo.

Se oye su sonido como el de una serpiente, pues {el enemigo} avanza como un ejército; con hachas, como leñadores, vienen contra ella.

Biblia del Jubileo 2000 (Grátis) copyright

Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso

Las citas bíblicas son tomadas Nueva Biblia de los Hispanos © 2005 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso

Reina Valera Gómez (© 2010)