'Una' en la Biblia
Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado; y una nube le recibió y le quitó de sus ojos.
De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa donde estaban sentados,
a éste, entregado por el plan predeterminado y el previo conocimiento de Dios, clavasteis en una cruz por manos de impíos y {le} matasteis,
`` ¿Qué haremos con estos hombres?" decían. ``Porque el hecho de que un milagro (una señal) notable ha sido realizado por medio de ellos es evidente a todos los que viven en Jerusalén, y no podemos negarlo.
SE PRESENTARON LOS REYES DE LA TIERRA, Y LOS GOBERNANTES SE JUNTARON A UNA CONTRA EL SEÑOR Y CONTRA SU CRISTO.
como tenía una heredad, la vendió, y trajo el precio, y lo puso a los pies de los apóstoles.
Mas un varón llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una posesión,
y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo una parte, la puso a los pies de los apóstoles.
y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en una cárcel pública.
El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros habíais matado colgándole en una cruz.
Por aquellos días, al multiplicarse {el número} {de} los discípulos, surgió una queja de parte de los {judíos} helenistas en contra de los judíos {nativos,} porque sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria {de los alimentos}.
Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba mucho en Jerusalem: también una gran multitud de los sacerdotes obedecía á la fe.
Y Dios dijo así: ``Que SUS DESCENDIENTES SERIAN EXTRANJEROS EN UNA TIERRA EXTRAÑA, Y QUE SERIAN ESCLAVIZADOS Y MALTRATADOS POR CUATROCIENTOS AÑOS.
Y {de allí} fueron trasladados a Siquem, y puestos en el sepulcro que por una suma de dinero había comprado Abraham a los hijos de Hamor en Siquem.
Y cumplidos cuarenta años, el ángel del Señor le apareció en el desierto del monte de Sinaí, en fuego de llama de una zarza.
Y David halló gracia delante de Dios, y pidió {el favor} de hallar una morada para el Dios de Jacob.
Pero fue Salomón quien le edificó una casa.
Entonces ellos gritaron a gran voz, y tapándose los oídos arremetieron a una contra él.
Y Saulo consentía en su muerte. Y en aquel día se hizo una gran persecución en la Iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles.
Y sucedió que mientras viajaba, al acercarse a Damasco, de repente resplandeció en su derredor una luz del cielo;
y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
Había en Damasco cierto discípulo llamado Ananías; y el Señor le dijo en una visión: Ananías. Y él dijo: Heme aquí, Señor.
y ha visto en una visión a un hombre llamado Ananías, que entra y pone las manos sobre él para que recobre la vista.
Entonces los discípulos, tomándole de noche, le bajaron por el muro metido en una canasta.
Entonces en Jope había una discípula llamada Tabita, que si lo declaras, quiere decir Dorcas. Esta era llena de buenas obras y de limosnas \'
Y aconteció en aquellos días que enfermando, murió; á la cual, después de lavada, pusieron en una sala.
Como a la hora novena del día, vio claramente en una visión a un ángel de Dios que entraba a {donde} él {estaba} y le decía: Cornelio.
y aconteció que le vino una gran hambre, y quiso comer; pero mientras disponían, cayó sobre él un rapto de entendimiento;
Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come.
De nuevo, por segunda vez, {llegó} a él una voz: Lo que Dios ha limpiado, no {lo} llames tú impuro.
Y nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. Y también le dieron muerte, colgándole en una cruz.
Estaba yo en la ciudad de Jope orando, y vi en rapto de entendimiento una visión: un vaso, como un gran lienzo, que descendía, que por los cuatro cabos era bajado del cielo, y venía hasta mí.
Y oí una voz que me decía: Levántate, Pedro, mata y come.
Pero una voz del cielo respondió por segunda vez: ``Lo que Dios ha limpiado, no lo llames tú impuro."
porque era un hombre bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor.
Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, señaló por el Espíritu, que había de haber una gran hambre en toda la redondez de la tierra; la cual hubo en tiempo de Claudio César.
Los discípulos, conforme a lo que cada uno tenía, determinaron enviar {una contribución} para el socorro de los hermanos que habitaban en Judea.
Y he aquí, el ángel del Señor sobrevino, y una luz resplandeció en la cárcel; e hiriendo a Pedro en el lado, le despertó, diciendo: Levántate prestamente. Y las cadenas se le cayeron de las manos.
Y saliendo, {lo} seguía, y no sabía que lo que hacía el ángel era de verdad, sino que creía ver una visión.
Y cuando pasaron la primera y la segunda guardia, vinieron a la puerta de hierro que va a la ciudad, la cual se les abrió de suyo; y salidos, pasaron una calle; y luego el ángel se apartó de él.
Y tocando Pedro a la puerta del patio, salió una muchacha, para escuchar, llamada Rode,
Mirad, oh menospreciadores, y entonteceos, y desvaneceos; porque yo hago una obra en vuestros días, obra que no creeréis, si alguien os la contare.
Pero los judíos instigaron a las mujeres piadosas {y} distinguidas, y a los hombres más prominentes de la ciudad, y provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de su comarca.
Y aconteció en Iconio, que entrados juntamente en la sinagoga de los judíos, hablaron de tal manera, que creyó una grande multitud de judíos, y asimismo de griegos.
Y habiéndoles constituido ancianos en cada una de las Iglesias, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en el cual habían creído.
Así que, suscitada una disensión y contienda no pequeña a Pablo y a Bernabé contra ellos, determinaron que subieran Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, sobre esta cuestión.
Después llegó a Derbe, y a Listra; y he aquí, estaba allí un discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía fiel, mas de padre gentil.
Y fue mostrada a Pablo de noche una visión: Un varón Macedonio se puso delante, rogándole, y diciendo: Pasa a Macedonia, y ayúdanos.
y de allí a Filipos, que es la primera ciudad de la parte de Macedonia, y una colonia; y estuvimos en aquella ciudad algunos días.
Entonces una mujer llamada Lidia, que vendía púrpura en la ciudad de Tiatira, temerosa de Dios, estaba oyendo; el corazón de la cual abrió el Señor para que estuviera atenta a lo que Pablo decía.
Y aconteció, que yendo nosotros a la oración, una muchacha que tenía espíritu pitónico, nos salió al encuentro, la cual daba grande ganancia a sus amos adivinando.
La multitud se levantó a una contra ellos, y los magistrados superiores, rasgándoles sus ropas, ordenaron que {los} azotaran con varas.
Después de pasar por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos.
Algunos de ellos creyeron, y se unieron a Pablo y a Silas, juntamente con una gran multitud de griegos temerosos de Dios y muchas de las mujeres principales.
Pero los judíos, llenos de envidia, llevaron algunos hombres malvados de la plaza pública, organizaron una turba y alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo.
Pero después de recibir una fianza de Jasón y de los otros, los soltaron.
y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habitaran sobre toda la faz de la tierra; determinando las sazones (las cuales limitó) y puestos los términos de la habitación de ellos;
Mas algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales también fue Dionisio el del Areópago, y una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos.
Y por medio de una visión durante la noche, el Señor dijo a Pablo: No temas, sigue hablando y no calles;
Pero siendo Galión procónsul de Acaya, los judíos se levantaron a una contra Pablo y lo trajeron ante el tribunal,
Y cuando Pablo iba a hablar, Galión dijo a los judíos: Si fuera cuestión de una injusticia o de un crimen depravado, oh judíos, yo os toleraría, como sería razonable.
Y veis y oís que no sólo en Efeso, sino en casi toda Asia, este Pablo ha persuadido a una gran cantidad de gente, y la ha apartado, diciendo que los {dioses} hechos con las manos no son dioses {verdaderos}.
Y la ciudad se llenó de confusión, y a una se precipitaron en el teatro, arrastrando consigo a Gayo y a Aristarco, los compañeros de viaje de Pablo, {que eran} de Macedonia.
Unos gritaban una cosa, y otros gritaban otra cosa; porque la concurrencia estaba confusa, y los más no sabían por qué se habían juntado.
Pero cuando conocieron que era judío, fue hecha una voz de todos, que gritaron casi por dos horas: ¡Grande es Diana de los efesios!
Pasó {allí} tres meses, y habiéndose tramado una conjura en su contra de parte de los judíos cuando estaba por embarcarse para Siria, tomó la decisión de regresar por Macedonia.
Y un joven llamado Eutico que estaba sentado en una ventana, tomado de un sueño profundo, como Pablo predicaba largamente, postrado del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue alzado muerto.
Y después de saludarlos, comenzó a referirles una por una las cosas que Dios había hecho entre los gentiles mediante su ministerio.
Entonces Pablo tomó consigo aquellos hombres, y al día siguiente, habiéndose purificado con ellos, entró en el templo para anunciar el cumplimiento de los días de la purificación, hasta que una ofrenda fuese ofrecida por cada uno de ellos.
Y unos daban voces de una manera, y otros de otra manera en la multitud; y como no podía entender nada de cierto a causa del alboroto, mandó llevarle a la fortaleza.
¿No eres tú aquel egipcio que levantaste una sedición antes de estos días, y sacaste al desierto cuatro mil hombres salteadores?
Pablo respondió: Yo soy judío de Tarso de Cilicia, ciudadano de una ciudad no sin importancia; te suplico que me permitas hablar al pueblo.
Y aconteció que cuando iba de camino, estando ya cerca de Damasco, como al mediodía, de repente una luz muy brillante fulguró desde el cielo a mi derredor,
y caí al suelo, y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
Y yo dije: ``Señor, ellos saben bien que en una sinagoga tras otra, yo encarcelaba y azotaba a los que creían en ti.
Y el comandante respondió: Yo adquirí esta ciudadanía por una gran cantidad de dinero. Y Pablo dijo: Pero yo soy {ciudadano} de nacimiento.
Entonces Pablo, mirando fijamente al concilio, dijo: Hermanos, hasta este día yo he vivido delante de Dios con una conciencia perfectamente limpia.
Y Pablo dijo: No sabía, hermanos, que él era el sumo sacerdote; porque escrito está: NO HABLARAS MAL DE UNA DE LAS AUTORIDADES DE TU PUEBLO.
Entonces Pablo, sabiendo que una parte era de saduceos, y la otra de fariseos, clamó en el concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo: de la esperanza y de la resurrección de los muertos soy yo juzgado.
Y cuando hubo dicho esto, se levantó una disensión entre los fariseos y los saduceos, y la multitud se dividió.
Y habiendo grande disensión, el tribuno, teniendo temor de que Pablo fuera despedazado de ellos, mandó venir una compañía de soldados, y arrebatarle de en medio de ellos, y llevarle a la fortaleza.
Cuando se hizo de día, los judíos tramaron una conspiración y se comprometieron bajo juramento, diciendo que no comerían ni beberían hasta que hubieran matado a Pablo.
Ahora pues, vosotros y el concilio, avisad al comandante para que lo haga comparecer ante vosotros, como si quisierais hacer una investigación más minuciosa para resolver su caso; nosotros por nuestra parte estamos listos para matarlo antes de que llegue.
Y él respondió: Los judíos se han puesto de acuerdo en pedirte que mañana lleves a Pablo al concilio con el pretexto de hacer una indagación más a fondo sobre él.
Escribió una carta en estos términos:
A este varón, tomado de los judíos, y que lo comenzaban a matar, libré yo sobreviniendo con una compañía de soldados, entendiendo que era romano.
Cuando se me informó de que había una conjura en contra del hombre, te lo envié enseguida, instruyendo también a sus acusadores que presenten los cargos contra él delante de ti.
Pero para no importunarte más, te suplico que, con tu {habitual} bondad, nos concedas una breve audiencia.
Pues hemos descubierto que este hombre es verdaderamente una plaga, y que provoca disensiones entre todos los judíos por el mundo entero, y {es} líder de la secta de los nazarenos.
Después que el gobernador le hizo una señal para que hablara, Pablo respondió: Sabiendo que por muchos años tú has sido juez de esta nación, con gusto presento mi defensa,
teniendo {la misma} esperanza en Dios que éstos también abrigan, de que ciertamente habrá una resurrección tanto de los justos como de los impíos.
Por esto, yo también me esfuerzo por conservar siempre una conciencia irreprensible delante de Dios y delante de los hombres.
pidiéndole, contra Pablo, el favor de que lo hiciera traer a Jerusalén (preparando ellos, {al mismo tiempo,} una emboscada para matarlo en el camino).
Y Festo dijo*: Rey Agripa y todos los demás aquí presentes con nosotros; {aquí} veis a este {hombre} acerca de quien toda la multitud de los judíos, tanto en Jerusalén como aquí, me hizo una petición declarando a gritos que no debe vivir más.
en mitad del día, oh rey, vi en el camino una luz del cielo, que sobrepujaba al resplandor del sol, la cual me rodeó y a los que iban conmigo.
Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebraica: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra los aguijones.
Así que, embarcándonos en una nave Adrumentina, partimos, estando con nosotros Aristarco, Macedonio de Tesalónica, para navegar junto á los lugares de Asia.
Y hallando allí el centurión una nave Alejandrina que navegaba a Italia, nos puso en ella.
Y soplando una suave brisa del sur, pareciéndoles que ya tenían lo que deseaban, izando velas, iban costeando Creta.
Y llevados de la corriente hacia una pequeña isla que se llama Clauda, apenas pudimos ganar el esquife;
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