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'Yo' en la Biblia

Porque yo daré paz en la tierra, y dormiréis, y no habrá quien os espante; y haré quitar las malas bestias de vuestra tierra, y por vuestra tierra no pasará espada.

YO SOY vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para que no fuerais sus esclavos; y rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con el rostro alto.

yo también haré con vosotros esto: enviaré sobre vosotros terror, extenuación y calentura, que consuman los ojos y atormenten el alma; y sembraréis en vano vuestra simiente, porque vuestros enemigos la comerán.

Y si aun con estas cosas no me oyereis, yo tornaré a castigaros siete veces más por vuestros pecados.

Y si anduviereis conmigo en oposición, y no me quisiereis oír, yo añadiré sobre vosotros siete veces más plagas según vuestros pecados.

yo también procederé con vosotros, en oposición y os heriré aún siete veces por vuestros pecados.

Y traeré sobre vosotros espada vengadora, en vindicación del pacto; y os recogeréis a vuestras ciudades; mas yo enviaré pestilencia entre vosotros, y seréis entregados en mano del enemigo.

Cuando yo os quebrantare el sustento del pan, cocerán diez mujeres vuestro pan en un horno, y os devolverán vuestro pan por peso; y comeréis, y no os saciaréis.

yo procederé con vosotros en contra y con ira, y os castigaré aún siete veces por vuestros pecados.

Yo asolaré también la tierra, que se pasmarán de ella vuestros enemigos que en ella moran;

Yo también habré andado con ellos en contra, y los habré metido en la tierra de sus enemigos: y entonces se humillará su corazón incircunciso, y reconocerán su pecado;

y yo me acordaré de mi pacto con Jacob, y asimismo de mi pacto con Isaac, y también de mi pacto con Abraham me acordaré; y haré memoria de la tierra.

Y aun con todo esto, estando ellos en tierra de sus enemigos, yo no los desecharé, ni los abominaré para consumirlos, invalidando mi pacto con ellos; porque YO SOY su Dios.

Antes me acordaré de ellos por el pacto antiguo, cuando los saqué de la tierra de Egipto a los ojos de los gentiles, para ser su Dios: Yo soy el SEÑOR.

He aquí yo he tomado los levitas de entre los hijos de Israel en lugar de todos los primogénitos que abren la matriz entre los hijos de Israel; serán, pues, míos los levitas;

porque mío es todo primogénito; desde el día que yo maté todos los primogénitos en la tierra de Egipto, yo santifiqué para mí a todos los primogénitos en Israel, así de hombres como de animales; míos serán. Yo soy el SEÑOR.

Y tomarás a los levitas para mí, (yo soy el SEÑOR), en lugar de todos los primogénitos de los hijos de Israel; y los animales de los levitas en lugar de todos los primogénitos de los animales de los hijos de Israel.

Toma los levitas en lugar de todos los primogénitos de los hijos de Israel, y los animales de los levitas en lugar de sus animales; y los levitas serán míos. Yo soy el SEÑOR.

Así hombres como mujeres echaréis, fuera del campamento los echaréis; para que no contaminen el campamento de aquellos entre los cuales yo habito.

Porque mío es todo primogénito en los hijos de Israel, así de hombres como de animales; desde el día que yo maté todo primogénito en la tierra de Egipto, los santifiqué para mí.

Y yo he dado en don los levitas a Aarón y a sus hijos de entre los hijos de Israel, para que sirvan el ministerio de los hijos de Israel en el tabernáculo del testimonio, y reconcilien a los hijos de Israel; para que no haya plaga en los hijos de Israel, al acercarse los hijos de Israel al santuario.

También en el día de vuestra alegría, y en vuestras solemnidades, y en los principios de vuestros meses, tocaréis las trompetas sobre vuestros holocaustos, y sobre los sacrificios de vuestra paz, y os serán por memoria delante de vuestro Dios: YO SOY vuestro Dios.

Entonces dijo Moisés a Hobab, hijo de Ragüel madianita, su suegro: Nosotros partimos para el lugar del cual el SEÑOR ha dicho: Yo os lo daré. Ven con nosotros, y te haremos bien; porque el SEÑOR ha hablado bien respecto a Israel.

¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra de la cual juraste a sus padres?

¿De dónde tengo yo carne para dar a todo este pueblo? Porque vienen a mí llorando y diciendo: Danos carne que comamos.

No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es demasiado pesado.

Y si así tienes que hacer tú conmigo, yo te ruego que me mates de repente, si he hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea mi mal.

Y yo descenderé y hablaré allí contigo; y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo.

Entonces dijo Moisés: Seiscientos mil de a pie es el pueblo en medio del cual yo estoy; y tú dices: ¡Les daré carne, y comerán el tiempo de un mes!

Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe entre ellos.

Yo los heriré de mortandad, y no les daré herencia, y de ti haré una nación más grande y más fuerte que ellos.

Ahora, pues, yo te ruego que sea magnificada la fortaleza del Señor, como lo hablaste, diciendo:

Entonces el SEÑOR dijo: Yo lo he perdonado conforme a tu dicho.

Pero mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y cumplió de ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró y su simiente la recibirá en heredad;

Diles: Vivo yo, dice el SEÑOR, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros.

Mas vuestros chiquitos, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis.

Yo el SEÑOR he hablado; así haré a toda esta congregación perversa que se ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y allí morirán.

Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hubiereis entrado en la tierra de vuestras habitaciones, que yo os doy,

Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hubiereis entrado en la tierra a la cual yo os llevo,

Yo el SEÑOR vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para ser vuestro Dios. YO SOY vuestro Dios.

Apartaos de en medio de esta congregación, para que yo la destruya en un instante. Entonces ellos cayeron sobre sus rostros.

Y las pondrás en el tabernáculo del testimonio delante del testimonio, donde yo testifico de mí mismo a vosotros.

Y será, que el varón que yo escogiere, su vara florecerá; y resolveré las quejas de los hijos de Israel, con que murmuran contra vosotros.

Porque he aquí, yo he tomado a vuestros hermanos los levitas de entre los hijos de Israel, dados a vosotros en don del SEÑOR, para que sirvan en el ministerio del tabernáculo del testimonio.

Mas tú y tus hijos contigo guardaréis vuestro sacerdocio en todo negocio del altar, y del velo adentro, y ministraréis; porque yo he dado en don el servicio de vuestro sacerdocio; y el extraño que se acercare, morirá.

Dijo más el SEÑOR a Aarón: He aquí yo te he dado también la guarda de mis ofrendas; todas las cosas consagradas de los hijos de Israel te he dado por razón de la unción, y a tus hijos, por estatuto perpetuo.

Y el SEÑOR dijo a Aarón: De la tierra de ellos no tendrás heredad, ni entre ellos tendrás parte. Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel.

Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo del testimonio.

Porque el diezmo de los hijos de Israel, el cual ofrecen como ofrenda al SEÑOR, yo lo he dado a los levitas por heredad; por tanto, he dicho en cuanto a ellos: ``Entre los hijos de Israel no tendrán heredad."

Pero, Edom le respondió: Tú no pasarás por mi {tierra;} para que no salga yo con espada a tu encuentro.

Y los hijos de Israel dijeron: Por el camino seguido iremos; y si bebiéremos tus aguas yo y mis ganados, daré el precio de ellas; ciertamente sin hacer otra cosa, pasaré de seguida.

Aarón será reunido a su pueblo; pues no entrará en la tierra que yo di a los hijos de Israel, por cuanto fuisteis rebeldes a mi mandamiento en las aguas de Meriba.

Entonces Israel hizo voto al SEÑOR, y dijo: Si en efecto entregares a este pueblo en mi mano, yo destruiré sus ciudades.

Ven pues, ahora, te ruego, maldíceme este pueblo, porque es más fuerte que yo; por ventura podré yo herirle, y echarlo de la tierra; pues yo sé que el que tú bendijeres, será bendito, y el que tú maldijeres, será maldito.

Y él les dijo: Reposad aquí esta noche, y yo os recitaré las palabras, cuando el SEÑOR me hablare. Así los príncipes de Moab se quedaron con Balaam.

``Mira, el pueblo que salió de Egipto cubre la faz de la tierra; ven ahora, maldícemelos; quizá yo pueda pelear contra ellos y expulsarlos."

Y Balaam respondió, y dijo a los siervos de Balac: Aunque Balac me diera su casa llena de plata y oro, yo no podría traspasar el mandamiento del SEÑOR mi Dios para hacer ni poco ni mucho.

Os ruego, por tanto, ahora, que reposéis aquí esta noche, para que yo sepa qué me vuelve a decir el SEÑOR.

Y vino Dios a Balaam de noche, y le dijo: Si vinieren a llamarte estos varones, levántate y ve con ellos; pero harás lo que yo te dijere.

Entonces el SEÑOR abrió la boca del asna, la cual dijo a Balaam: ¿Qué te he hecho yo que me has golpeado estas tres veces?

Y el asna dijo a Balaam: ¿No soy yo tu asna? Sobre mí has montado desde que tú me tienes hasta este día; ¿he acostumbrado a hacerlo así contigo? Y él respondió: No.

Y el ángel del SEÑOR le dijo: ¿Por qué has herido tu asna estas tres veces? He aquí yo he salido por tu adversario, porque tu camino es perverso delante de mí.

El asna me ha visto, y se ha apartado luego de delante de mí estas tres veces; y si de mí no se hubiera apartado, yo también ahora te mataría a ti, y a ella dejaría viva.

Entonces Balaam dijo al ángel del SEÑOR: He pecado, que no sabía que tú te ponías delante de mí en el camino; mas ahora, si te parece mal, yo me volveré.

Y el ángel del SEÑOR dijo a Balaam: Ve con esos hombres; pero la palabra que yo te dijere, esa hablarás. Así Balaam fue con los príncipes de Balac.

Y Balac dijo a Balaam: ¿No envié yo a llamarte? ¿Por qué no has venido a mí? ¿Por ventura no puedo yo honrarte?

Y Balaam respondió a Balac: He aquí yo he venido a ti; mas ¿podré ahora hablar alguna cosa? La palabra que Dios pusiere en mi boca, esa hablaré.

Y Balaam dijo a Balac: Ponte junto a tu holocausto, y yo iré; por ventura el SEÑOR me vendrá al encuentro, y cualquiera cosa que me mostrare, te la haré saber. Y así se fue solo.

¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo? ¿Y por qué he de execrar al que el SEÑOR no ha execrado?

¿Quién puede contar el polvo de Jacob, o numerar la cuarta parte de Israel? Muera yo la muerte de los rectos, y sea mi fin como el suyo.

Y él respondió, y dijo: ¿No observaré yo lo que Jehová pusiere en mi boca para decirlo?

Entonces él dijo a Balac: Ponte aquí junto a tu holocausto, y yo iré a encontrar a Dios allí.

He aquí, yo he tomado bendición; y él bendijo, y no la revocaré.

Huye, por tanto, ahora a tu lugar; yo dije que te honraría, mas he aquí que el SEÑOR te ha privado de honra.

Y Balaam le respondió: ¿No lo declaré yo también a tus mensajeros que me enviaste, diciendo:

Si Balac me diera su casa llena de plata y oro, yo no podré traspasar el dicho del SEÑOR para hacer cosa buena ni mala de mi arbitrio; mas lo que el SEÑOR hablare, eso diré yo?

Por tanto, he aquí, yo me voy ahora a mi pueblo; ven, te indicaré lo que este pueblo ha de hacer a tu pueblo en los postrimeros días.

Finees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón sacerdote, ha hecho apartar mi furor de los hijos de Israel, llevado de celo entre ellos; por lo cual yo no he consumido en mi celo a los hijos de Israel.

Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Sube a este monte Abarim, y mira la tierra que yo he dado a los hijos de Israel.

y echaréis a los moradores de la tierra, y habitaréis en ella; porque yo os la he dado para que la heredéis.

Y será, como yo pensé hacerles a ellos, haré a vosotros.

No contaminéis, pues, la tierra donde habitáis, en medio de la cual yo habito; porque yo el SEÑOR habito en medio de los hijos de Israel.

Mirad, yo he dado la tierra en vuestra presencia; entrad y poseed la tierra que el SEÑOR juró a vuestros padres Abraham, Isaac, y Jacob, que les daría a ellos y a su simiente después de ellos.

¿Cómo llevaré yo solo vuestras molestias, vuestras cargas, y vuestros pleitos?

``Y vuestros pequeños, que dijisteis que vendrían a ser presa, y vuestros hijos, que hoy no tienen conocimiento del bien ni del mal, entrarán allá, y a ellos yo la daré, y ellos la poseerán.

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