'Basta' en la Biblia
Entonces dijo Israel: Basta; José mi hijo vive todavía; iré, y le veré antes que yo muera.
Orad a Jehová (porque ya basta) para que cesen los grandes truenos y el granizo; y yo os dejaré ir, y no os detendréis más.
Y cuando el hombre no tuviere redentor, si alcanzare su mano, y hallare lo que basta para su rescate;
Mas si no alcanzare su mano lo que basta para que vuelva a él, lo que vendió estará en poder del que lo compró hasta el año del jubileo; y al jubileo saldrá la tierra libre, y él volverá a su posesión.
y se juntaron contra Moisés y Aarón, y les dijeron: Basta ya de vosotros, porque toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está el SEÑOR; ¿por qué, pues, os levantáis vosotros sobre la congregación del SEÑOR?
y poned fuego en ellos, y echad incienso sobre ellos mañana en la presencia del SEÑOR; y el hombre a quien el SEÑOR escoja {será} el que es santo. ¡Basta ya de vosotros, hijos de Leví!
Mas el SEÑOR se había enojado contra mí por causa de vosotros, por lo cual no me oyó; y me dijo el SEÑOR: Basta, no me hables más de este negocio.
Mas abrirás á él tu mano liberalmente, y en efecto le prestarás lo que basta, lo que hubiere menester.
Y cuando el ángel extendió su mano sobre Jerusalén para destruirla, el SEÑOR se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía el pueblo: Basta ahora; detén tu mano. Entonces el ángel del SEÑOR estaba junto a la era de Arauna, el jebuseo.
El anduvo por el desierto un día de camino, y vino y se sentó bajo un enebro; pidió morirse y dijo: Basta ya, SEÑOR, toma mi vida porque yo no soy mejor que mis padres.
Y envió el SEÑOR el ángel a Jerusalén para destruirla; pero estando él destruyendo, miró el SEÑOR, y se arrepintió de aquel mal. Y dijo al ángel que destruía: Basta; detén tu mano. Y el ángel del SEÑOR estaba junto a la era de Ornán, el jebuseo.
¿Hallaste la miel? Come lo que te basta; no sea que hastiado de ella, la vomites.
La sanguijuela tiene dos hijas que se llaman, dame, dame. Tres cosas hay que nunca se sacian; aun la cuarta nunca dice, basta:
El Seol, y la matriz estéril, la tierra que no se sacie de aguas, y el fuego que jamás dice: Basta.
Dijo entonces Isaías: Oíd ahora, casa de David. ¿No os basta ser molestos a los hombres, sino que también lo seáis a mi Dios?
Porque la cama es tan angosta que no basta, y la cubierta estrecha para recoger.
El Líbano no basta para el fuego, ni bastan sus bestias para el holocausto.
Y dirás a la rebelde, a la Casa de Israel: Así dijo el Señor DIOS: Basta ya de todas vuestras abominaciones, oh Casa de Israel.
Así dijo el Señor DIOS: Basta ya, oh príncipes de Israel; quitad la violencia y la rapiña; haced juicio y justicia; quitad vuestras imposiciones de sobre mi pueblo, dijo el Señor DIOS.