'Con' en la Biblia
- 1.Gé 3:6-Gé 29:30
- 2.Gé 30:8-Éx 1:13
- 3.Éx 1:14-Éx 26:3
- 4.Éx 26:6-Levítico 4:25
- 5.Levítico 4:30-Levítico 25:47
- 6.Levítico 25:50-Números 15:35
- 7.Números 15:36-Números 35:16
- 8.Números 35:17-Deuteronomio 22:11
- 9.Deuteronomio 22:12-Josué 7:25
- 10.Josué 8:10-Josué 21:34
- 11.Josué 21:35-Jueces 13:12
- 12.Jueces 14:5-1 Samuel 13:16
- 13.1 Samuel 13:22-1 Samuel 29:2
- 14.1 Samuel 29:4-2 Samuel 16:1
- 15.2 Samuel 16:10-1 Reyes 8:65
- 16.1 Reyes 9:21-2 Reyes 6:15
- 17.2 Reyes 6:16-1 Crónicas 6:64
- 18.1 Crónicas 6:66-1 Crónicas 25:25
- 19.1 Crónicas 25:26-2 Crónicas 18:10
- 20.2 Crónicas 18:26-Esdras 6:4
- 21.Esdras 6:8-Ester 8:10
- 22.Ester 8:11-Job 39:4
- 23.Job 39:10-Salmos 49:13
- 24.Salmos 50:5-Salmos 98:4
- 25.Salmos 98:5-Proverbios 5:22
- 26.Proverbios 6:2-Eclesiastés 5:18
- 27.Eclesiastés 5:20-Isaías 27:8
- 28.Isaías 27:13-Isaías 60:9
- 29.Isaías 61:6-Jeremías 30:23
- 30.Jeremías 31:3-Ezequiel 4:16
- 31.Ezequiel 4:17-Ezequiel 26:9
- 32.Ezequiel 26:10-Ezequiel 47:22
- 33.Daniel 1:8-Oseas 12:4
- 34.Oseas 12:14-Zacarías 10:9
- 35.Zacarías 11:10-Mateo 26:55
- 36.Mateo 26:58-Marcos 15:5
- 37.Marcos 15:7-Lucas 16:18
- 38.Lucas 16:19-Juan 20:24
- 39.Juan 20:26-Hechos 15:35
- 40.Hechos 15:38-Romanos 8:18
- 41.Romanos 8:25-2 Corintios 2:8
- 42.2 Corintios 2:17-Efesios 6:9
- 43.Efesios 6:15-1 Timoteo 6:18
- 44.2 Timoteo 1:3-2 Pedro 1:16
- 45.2 Pedro 1:18-Apocalipsis 22:21
Y Sansón descendió con su padre y con su madre a Timnat; y cuando llegaron a las viñas de Timnat, he aquí un cachorro de león que venía rugiendo hacia él.
Y aconteció que cuando ellos le vieron, tomaron treinta compañeros que estuviesen con él;
Y al séptimo día, antes que el sol se pusiese, los de la ciudad le dijeron: ¿Qué cosa más dulce que la miel? ¿Y qué cosa más fuerte que el león? Y él les respondió: Si no araseis con mi novilla, nunca hubierais descubierto mi enigma.
Y la esposa de Sansón fue dada a su compañero, con el cual él antes se acompañaba.
Y aconteció después de días, que en el tiempo de la siega del trigo, Sansón visitó a su esposa con un cabrito, diciendo: Entraré a mi esposa a la cámara. Mas el padre de ella no lo dejó entrar.
Y Sansón les respondió: Yo seré sin culpa esta vez para con los filisteos, si mal les hiciere.
Y los hirió pierna y muslo con gran mortandad; y descendió, y se fijó en la cueva de la peña de Etam.
Y ellos le respondieron, diciendo: No, solamente te prenderemos, y te entregaremos en sus manos; mas no te mataremos. Entonces le ataron con dos cuerdas nuevas, y le hicieron venir de la peña.
Y así que vino hasta Lehi, los filisteos salieron gritando a su encuentro, y el Espíritu de Jehová descendió con poder sobre él, y las cuerdas que estaban en sus brazos se volvieron como lino quemado con fuego, y las ataduras se cayeron de sus manos.
Y hallando una quijada de asno fresca, extendió la mano y la tomó, e hirió con ella a mil hombres.
Entonces Sansón dijo: Con la quijada de un asno, un montón, dos montones; Con la quijada de un asno herí mil hombres.
Mas Sansón durmió hasta la media noche; y a la media noche se levantó, y tomando las puertas de la ciudad con sus dos pilares y su cerrojo, se las echó al hombro, y se fue, y se subió con ellas a la cumbre del monte que está delante de Hebrón.
Y Sansón le respondió: Si me ataren con siete mimbres verdes que aún no estén secos, entonces me debilitaré, y seré como cualquiera de los hombres.
Y los príncipes de los filisteos le trajeron siete mimbres verdes que aún no se habían secado, y ella le ató con ellos.
Y él le dijo: Si me ataren fuertemente con cuerdas nuevas, con las cuales ninguna cosa se haya hecho, yo me debilitaré, y seré como cualquiera de los hombres.
Y Dalila tomó cuerdas nuevas, y le ató con ellas, y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y los espías estaban en una cámara. Mas él las rompió de sus brazos como un hilo.
Y Dalila dijo a Sansón: Hasta ahora me engañas, y tratas conmigo con mentiras. Dime, pues, ahora cómo podrás ser atado. Él entonces le dijo: Si tejieres siete guedejas de mi cabeza con la tela.
Y ella hincó la estaca, y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Mas despertando él de su sueño, arrancó la estaca del telar con la tela.
Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia.
Mas los filisteos echaron mano de él, y le sacaron los ojos, y le llevaron a Gaza; y le ataron con cadenas de bronce, para que moliese en la cárcel.
Asió luego Sansón las dos columnas del medio sobre las cuales descansaba la casa, y estribó en ellas, la una con la mano derecha, y la otra con la izquierda;
Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Y estribando con toda su fuerza, cayó la casa sobre los príncipes, y sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y fueron muchos más los que de ellos mató al morir, que los que había matado en su vida.
Acordó pues el levita en morar con aquel hombre, y él lo tenía como a uno de sus hijos.
Entonces aquellos cinco hombres partieron, y vinieron a Lais; y vieron que el pueblo que habitaba en ella estaba seguro, ocioso y confiado, conforme a la costumbre de los sidonios; sin que nadie en aquella región los humillase en cosa alguna; y estaban lejos de los sidonios, y no tenían negocios con nadie.
Y partiendo los de Dan de allí, de Zora y de Estaol, seiscientos hombres armados con armas de guerra,
Y los seiscientos hombres, que eran de los hijos de Dan, estaban armados con sus armas de guerra a la entrada de la puerta.
Y subiendo los cinco hombres que habían ido a reconocer la tierra, entraron allá, y tomaron la imagen de talla, y el efod, y el terafim, y la imagen de fundición, mientras estaba el sacerdote a la entrada de la puerta con los seiscientos hombres armados con armas de guerra.
Y ellos le respondieron: Calla, pon la mano sobre tu boca, y vente con nosotros, para que seas nuestro padre y sacerdote. ¿Es mejor que seas tú sacerdote en casa de un solo hombre, que de una tribu y familia de Israel?
Y ellos llevando las cosas que había hecho Micaía, juntamente con el sacerdote que tenía, llegaron a Lais, al pueblo reposado y seguro; y los hirieron a filo de espada, y prendieron fuego a la ciudad.
Y no hubo quien los defendiese, porque estaban lejos de Sidón, y no tenían comercio con nadie. Y la ciudad estaba en el valle que hay en Bet-rehob. Luego reedificaron la ciudad, y habitaron en ella.
Y aconteció que al cuarto día, cuando se levantaron de mañana, se levantó también el levita para irse, y el padre de la joven dijo a su yerno: Conforta tu corazón con un bocado de pan, y después os iréis.
Mas el hombre no quiso pasar allí la noche, sino que se levantó y partió, y llegó hasta enfrente de Jebús, que es Jerusalén, con su par de asnos ensillados, y con su concubina.
aunque nosotros tenemos paja y de comer para nuestros asnos, y también tenemos pan y vino para mí y para tu sierva, y para el criado que está con tu siervo; no nos hace falta nada.
Y el hombre viejo dijo: Paz sea contigo; tu necesidad toda sea solamente a mi cargo, con tal que no pases la noche en la plaza.
He aquí mi hija virgen, y la concubina de él; yo os las sacaré ahora; humilladlas, y haced con ellas como os pareciere, y no hagáis a este hombre cosa tan infame.
Y levantándose de mañana su señor, abrió las puertas de la casa, y salió para seguir su camino, y he aquí, la mujer su concubina estaba tendida delante de la puerta de la casa, con las manos sobre el umbral.
Entonces el varón levita, marido de la mujer muerta, respondió y dijo: Yo llegué a Gabaa de Benjamín con mi concubina, para pasar allí la noche.
Y levantándose contra mí los de Gabaa, rodearon sobre mí la casa por la noche, con idea de matarme, y amancillaron a mi concubina tanto que ella murió.
De toda aquella gente había setecientos hombres escogidos, que eran zurdos, todos los cuales tiraban una piedra con la honda a un cabello, y no erraban.
Porque los hijos de Israel subieron, y lloraron delante de Jehová hasta la tarde, y consultaron a Jehová, diciendo: ¿Subiremos otra vez a pelear con los hijos de Benjamín mi hermano? Y Jehová les respondió: Subid contra él.
Ya los israelitas habían concertado con las emboscadas, que éstas hiciesen mucho fuego, para que subiese gran humo de la ciudad.
Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos,
Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab, porque oyó en el campo de Moab que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan.
Salió, pues, del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y comenzaron a caminar para volverse a la tierra de Judá.
Y Noemí dijo a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a la casa de su madre: Jehová haga con vosotras misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo.
Volveos, hijas mías, e idos; que yo ya soy vieja para ser para varón. Y aunque dijese: Esperanza tengo; y esta noche estuviese con marido, y aun diere a luz hijos;
Mas ellas alzando otra vez su voz, lloraron; y Orfa besó a su suegra, mas Ruth se quedó con ella.
Y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más.
Así volvió Noemí, y con ella su nuera Ruth la moabita, la cual venía de los campos de Moab; y llegaron a Belén en el principio de la siega de las cebadas.
Y he aquí que Boaz vino de Belén, y dijo a los segadores: Jehová sea con vosotros. Y ellos respondieron: Jehová te bendiga.
Y el siervo, mayordomo de los segadores, respondió y dijo: Es la joven de Moab, que volvió con Noemí de los campos de Moab;
Y respondiendo Boaz, le dijo: Por cierto se me ha contado todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes.
Y le dijo su suegra: ¿Dónde has espigado hoy? ¿Y dónde has trabajado? Bendito sea el que te ha reconocido. Y ella contó a su suegra con quién había trabajado, y dijo: El nombre del varón con quien hoy he trabajado es Boaz.
Y dijo Noemí a su nuera: Sea él bendito de Jehová, pues que no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los finados. Y Noemí le dijo: Nuestro pariente es aquel varón, y uno de nuestros redentores.
Y Ruth la moabita dijo: Además de esto me ha dicho: Júntate con mis criadas, hasta que hayan acabado toda mi siega.
Y Noemí respondió a Ruth su nuera: Mejor es, hija mía, que salgas con sus criadas, y no que te encuentren en otro campo.
Estuvo, pues, junto con las criadas de Boaz espigando, hasta que la siega de las cebadas y la de los trigos fue acabada; y habitó con su suegra.
¿No es Boaz nuestro pariente, con cuyas mozas tú has estado? He aquí que esta noche él avienta la parva de las cebadas.
Y ahora, aunque es cierto que yo soy tu pariente redentor, con todo eso hay un pariente redentor más cercano que yo.
Y dijo: Estas seis medidas de cebada me dio, diciéndome: Para que no vayas a tu suegra con las manos vacías.
Y dijeron todos los del pueblo que estaban a la puerta con los ancianos: Testigos somos. Jehová haga a la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a Lea, las cuales edificaron la casa de Israel; y tú seas ilustre en Efrata, y seas de renombre en Belén;
ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente.
Después subió el varón Elcana con toda su familia a ofrecer sacrificio a Jehová, el sacrificio de cada año, y su voto.
Y después que lo hubo destetado, lo llevó consigo, con tres becerros, y un efa de harina, y un odre de vino, y lo trajo a la casa de Jehová en Silo; y el niño era pequeño.
Él levanta del polvo al pobre, y del muladar exalta al menesteroso, para hacerle sentar con príncipes, y hacerle heredar un trono de honor. Porque de Jehová son las columnas de la tierra, y Él asentó sobre ellas el mundo.
Y la costumbre de los sacerdotes con el pueblo era que, cuando alguno ofrecía sacrificio, mientras era cocida la carne, venía el criado del sacerdote trayendo en su mano un garfio de tres ganchos;
Y le hacía su madre una túnica pequeña, y se la traía cada año, cuando subía con su marido a ofrecer el sacrificio acostumbrado.
Y Elí era muy viejo, y oía todo lo que sus hijos hacían a todo Israel, y cómo dormían con las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de la congregación.
Por tanto yo he jurado a la casa de Elí, que la iniquidad de la casa de Elí no será expiada jamás, ni con sacrificios ni con ofrendas.
Y Samuel creció, y Jehová fue con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras.
Y envió el pueblo a Silo, y trajeron de allá el arca del pacto de Jehová de los ejércitos, que estaba entre los querubines; y los dos hijos de Elí, Ofni y Finees, estaban allí con el arca del pacto de Dios.
Y aconteció que, como el arca del pacto de Jehová vino al campamento, todo Israel gritó con tan grande júbilo, que la tierra tembló.
¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de las manos de estos Dioses fuertes? Éstos son los Dioses que hirieron a Egipto con toda clase de plaga en el desierto.
Y se agravó la mano de Jehová sobre los de Asdod, y los destruyó, y los hirió con hemorroides en Asdod y en todos sus términos.
Y viendo esto los de Asdod, dijeron: No quede con nosotros el arca del Dios de Israel, porque su mano es dura sobre nosotros, y sobre nuestro dios Dagón.
Enviaron, pues, y reunieron a todos los príncipes de los filisteos, y dijeron: ¿Qué haremos con el arca del Dios de Israel? Y ellos respondieron: Pásese el arca del Dios de Israel a Gat. Y pasaron allá el arca del Dios de Israel.
Y aconteció que cuando la hubieron pasado, la mano de Jehová fue contra la ciudad con gran quebrantamiento; e hirió a los hombres de aquella ciudad desde el chico hasta el grande, y se llenaron de hemorroides.
Entonces los filisteos, llamando a los sacerdotes y adivinos, preguntaron: ¿Qué haremos con el arca de Jehová? Declaradnos cómo la hemos de tornar a su lugar.
Luego pusieron el arca de Jehová sobre el carro, y la caja con los ratones de oro y con las figuras de sus hemorroides.
Y aconteció que cuando Samuel sacrificaba el holocausto, los filisteos llegaron para pelear con los hijos de Israel. Mas Jehová tronó aquel día con gran estruendo sobre los filisteos, y los desbarató, y fueron vencidos delante de Israel.
Y fueron restituidas a los hijos de Israel las ciudades que los filisteos habían tomado a los israelitas, desde Ecrón hasta Gat, con sus términos; e Israel las libró de mano de los filisteos. Y hubo paz entre Israel y el amorreo.
Tomará vuestros siervos, y vuestras siervas, y vuestros mejores jóvenes, y vuestros asnos, y con ellos hará sus obras.
Entonces alzó el cocinero una espaldilla, con lo que estaba sobre ella, y la puso delante de Saúl. Y Samuel dijo: He aquí lo que estaba reservado; ponlo delante de ti, y come; porque para esta ocasión se guardó para ti, cuando dije: Yo he convidado al pueblo. Y Saúl comió aquel día con Samuel.
Y cuando hubieron descendido del lugar alto a la ciudad, Samuel habló con Saúl en el terrado.
Y el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre.
Y cuando llegaron allá al collado, he aquí la compañía de los profetas que venía a encontrarse con él, y el Espíritu de Dios vino sobre él, y profetizó entre ellos.
Y aconteció que, cuando todos los que le conocían antes, vieron como profetizaba con los profetas, el pueblo decía el uno al otro: ¿Qué ha sucedido al hijo de Cis? ¿También Saúl entre los profetas?
Y Samuel dijo a todo el pueblo: ¿Habéis visto al que ha elegido Jehová, que no hay semejante a él en todo el pueblo? Entonces el pueblo clamó con alegría, diciendo: ¡Viva el rey!
Y Saúl también se fue a su casa en Gabaa, y fueron con él unos hombres valerosos, cuyo corazón Dios había tocado.
Y subió Nahas amonita, y acampó contra Jabes de Galaad. Y todos los de Jabes dijeron a Nahas: Haz alianza con nosotros, y te serviremos.
Y Nahas amonita les respondió: Con esta condición haré alianza con vosotros, que a todos vosotros os saque yo el ojo derecho, y ponga esta afrenta sobre todo Israel.
Y los de Jabes dijeron: Mañana saldremos a vosotros, para que hagáis con nosotros todo lo que bien os pareciere.
Ahora, pues, he aquí vuestro rey va delante de vosotros. Yo soy ya viejo y cano; pero mis hijos están con vosotros, y yo he andado delante de vosotros desde mi juventud hasta este día.
Ahora, pues, aguardad, y yo disputaré con vosotros delante de Jehová de todos los hechos de justicia que Jehová ha hecho con vosotros y con vuestros padres.
Y Samuel respondió al pueblo: No temáis; vosotros habéis cometido todo este mal; mas con todo eso no os apartéis de en pos de Jehová, sino servid a Jehová con todo vuestro corazón:
Solamente temed a Jehová, y servidle en verdad con todo vuestro corazón, pues considerad cuán grandes cosas ha hecho por vosotros.
Saúl escogió para sí tres mil hombres de Israel; dos mil estuvieron con Saúl en Micmas y en el monte de Betel, y mil estuvieron con Jonatán en Gabaa de Benjamín; y envió al resto del pueblo, cada uno a sus tiendas.
Entonces los filisteos se juntaron para pelear con Israel; treinta mil carros, seis mil hombres de a caballo, y pueblo tan numeroso como la arena que está a la orilla del mar; y subieron y acamparon en Micmas, al oriente de Betaven.
Y levantándose Samuel, subió de Gilgal a Gabaa de Benjamín. Y Saúl contó la gente que se hallaba con él, como seiscientos hombres.
Saúl pues y Jonatán su hijo, y el pueblo que con ellos se hallaba, se quedaron en Gabaa de Benjamín; mas los filisteos habían acampado en Micmas.
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- 6.Levítico 25:50-Números 15:35
- 7.Números 15:36-Números 35:16
- 8.Números 35:17-Deuteronomio 22:11
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- 10.Josué 8:10-Josué 21:34
- 11.Josué 21:35-Jueces 13:12
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- 13.1 Samuel 13:22-1 Samuel 29:2
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- 18.1 Crónicas 6:66-1 Crónicas 25:25
- 19.1 Crónicas 25:26-2 Crónicas 18:10
- 20.2 Crónicas 18:26-Esdras 6:4
- 21.Esdras 6:8-Ester 8:10
- 22.Ester 8:11-Job 39:4
- 23.Job 39:10-Salmos 49:13
- 24.Salmos 50:5-Salmos 98:4
- 25.Salmos 98:5-Proverbios 5:22
- 26.Proverbios 6:2-Eclesiastés 5:18
- 27.Eclesiastés 5:20-Isaías 27:8
- 28.Isaías 27:13-Isaías 60:9
- 29.Isaías 61:6-Jeremías 30:23
- 30.Jeremías 31:3-Ezequiel 4:16
- 31.Ezequiel 4:17-Ezequiel 26:9
- 32.Ezequiel 26:10-Ezequiel 47:22
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