'Cuanto' en la Biblia
¡Oh SEÑOR, cuánto se han multiplicado mis enemigos! Muchos se levantan contra mí.
Y en ti confiarán los que conocen tu nombre; por cuanto tú, oh SEÑOR, no desamparaste a los que te buscaron.
Por cuanto se alabó el malo del deseo de su alma, y diciendo bien al robador, blasfema del SEÑOR.
El consejo del pobre habéis escarnecido, por cuanto el SEÑOR es su esperanza.
Yo te he invocado, por cuanto tú me oyes, oh Dios: Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.
Por cuanto guardé los caminos del SEÑOR, y no me volví impío apostatando de mi Dios.
Por cuanto el Rey confía en el SEÑOR, y en la misericordia del Altísimo, no será conmovido.
Y el SEÑOR los ayudó, y los libera, y los libertará de los impíos; y los salvará, por cuanto esperaron en él.
Hazme saber, SEÑOR, mi fin, y cuánta sea la medida de mis días; sepa yo cuánto tengo de ser del mundo.
Porque me han cercado males hasta no haber cuanto; me han asido mis iniquidades, y no puedo ver; se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla.
En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado, y me has asentado delante de ti para siempre.
Dios oirá, y los quebrantará, y el que permanece desde la antigüedad (Selah); por cuanto no se mudan, ni temen a Dios.
Asimismo mi lengua hablará también de tu justicia cada día; por cuanto fueron avergonzados, porque fueron confundidos los que mi mal procuraban.
En cuanto a mí, casi se apartaron mis pies; por poco resbalaron mis pasos.
Y en cuanto a mí, el acercarme a Dios me es el bien; he puesto en el Señor DIOS mi esperanza, para contar todas tus obras.
por cuanto no habían creído a Dios, ni habían confiado de su salud.
Por cuanto en mí ha puesto su voluntad, yo también lo libraré; lo pondré en alto, por cuanto ha conocido mi Nombre.
Por cuanto me has alegrado, oh SEÑOR, con tus obras; en las obras de tus manos me gozo.
por cuanto el SEÑOR habrá edificado a Sion, y será visto en su gloria;
Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.
por cuanto fueron rebeldes a las palabras del SEÑOR, y aborrecieron el consejo del Altísimo.
Por cuanto no se acordó de hacer misericordia, y persiguió al varón pobre en espíritu, y menesteroso, y quebrantado de corazón, para matarlo.
MEM ¡Cuánto he amado tu ley! Todo el día es ella mi meditación.
En cuanto a la cabeza de los que me cercan, la perversidad de sus labios la cubra.