'Decía' en la Biblia
Por eso Jesús les decía: ``En verdad les digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre, eso también hace el Hijo de igual manera.
Pero decía esto para probarlo, porque El sabía lo que iba a hacer.
También decía: ``Por eso les he dicho que nadie puede venir a Mí si no se lo ha concedido el Padre."
Pero El decía esto del Espíritu, que los que habían creído en El habían de recibir; porque el Espíritu no había {sido dado} todavía, pues Jesús aún no había sido glorificado.
Y Jesús les decía: ``Ustedes son de abajo, Yo soy de arriba; ustedes son de este mundo, Yo no soy de este mundo.
Entonces Jesús decía a los Judíos que habían creído en El: ``Si ustedes permanecen en Mi palabra, verdaderamente son Mis discípulos;
``El es," decían unos. ``No, pero se parece a él," decían otros. El decía: ``Yo soy."
Jesús les habló {por medio de} esta comparación (ilustración), pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.
Por eso la multitud que estaba {allí} y oyó {la voz}, decía que había sido un trueno; otros decían: ``Un ángel Le ha hablado."
Pero El decía esto para indicar la clase de muerte que iba a morir.
Porque algunos pensaban que como Judas tenía la bolsa del dinero, Jesús le decía: ``Compra lo que necesitamos para la fiesta," o que diera algo a los pobres.
La congregación (La multitud) de los que creyeron era de un corazón y un alma. Ninguno decía ser suyo lo que poseía, sino que todas las cosas eran de propiedad común.
Y mientras lo apedreaban, Esteban invocaba {al Señor} y decía: ``Señor Jesús, recibe mi espíritu."
Y las multitudes unánimes prestaban atención a lo que Felipe decía, al oír y ver las señales (los milagros) que hacía.
Al caer a tierra, oyó una voz que le decía: ``Saulo, Saulo, ¿por qué Me persigues?"
Como a la hora novena (3 p.m.), vio claramente en una visión a un ángel de Dios que entraba a {donde} él {estaba} y le decía: ``Cornelio."
"También oí una voz que me decía: `Levántate Pedro, mata y come.'
"Cuando Juan estaba a punto de terminar su carrera, decía: ` ¿Quién piensan ustedes que soy yo? Yo no soy {el Cristo;} pero miren, viene tras mí uno de quien yo no soy digno de desatar las sandalias de sus pies.'
Pero cuando los Judíos vieron la muchedumbre, se llenaron de celo, y blasfemando, contradecían lo que Pablo decía.
Y estaba escuchando cierta mujer llamada Lidia, de la ciudad de Tiatira, vendedora de telas de púrpura, que adoraba a Dios; y el Señor abrió su corazón para que recibiera lo que Pablo decía.
``Hermanos y padres, escuchen mi defensa que ahora {presento} ante ustedes," decía Pablo.
"Caí al suelo y oí una voz que me decía: `Saulo, Saulo, ¿por qué Me persigues?'
y vi {al Señor} que me decía: `Apresúrate y sal pronto de Jerusalén porque no aceptarán tu testimonio acerca de Mí.'
mientras Pablo decía en defensa propia: ``No he cometido ningún delito, ni contra la Ley de los Judíos, ni contra el templo, ni contra el César (Nerón)."
"Después de que todos caímos al suelo, oí una voz que me decía en el idioma Hebreo: `Saulo, Saulo, ¿por qué Me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón.'
Mientras {Pablo} decía esto en su defensa, Festo dijo a gran voz: `` ¡Pablo, estás loco! ¡{Tu} mucho saber te está haciendo perder la cabeza!"
Pero el centurión se persuadió más {por lo que fue dicho} por el piloto y el capitán del barco, que por lo que Pablo decía.
Algunos eran persuadidos con lo que se decía, pero otros no creían.
Pero he enviado a los hermanos para que nuestra jactancia acerca de ustedes no sea hecha vana en este caso, a fin de que, como decía, estén preparados;
¿No se acuerdan de que cuando yo estaba todavía con ustedes les decía esto?
que decía: ``Escribe en un libro lo que ves, y envía{lo} a las siete iglesias: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea."
Después de esto miré, y vi una puerta abierta en el cielo. Y la primera voz que yo había oído, como {sonido} de trompeta que hablaba conmigo, decía: ``Sube acá y te mostraré las cosas que deben suceder después de éstas."
Entonces vi cuando el Cordero abrió uno de los siete sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes que decía, como con voz de trueno: ``Ven."
Cuando el Cordero abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente que decía: ``Ven."
Cuando el Cordero abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente que decía: ``Ven." Y miré, y había un caballo negro. El que estaba montado en él tenía una balanza en la mano.
Y oí como una voz en medio de los cuatro seres vivientes que decía: ``Un litro de trigo por un denario (el salario de un día), y tres litros de cebada por un denario, y no dañes el aceite y el vino."
Cuando el Cordero abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente que decía: ``Ven."
Entonces miré, y oí volar un águila en medio del cielo, que decía a gran voz: `` ¡Ay, ay, ay, de los que habitan en la tierra, a causa de los toques de trompeta que faltan, que los otros tres ángeles están para tocar!"
y decía al sexto ángel que tenía la trompeta: ``Suelta a los cuatro ángeles que están atados junto al gran Río Eufrates."
Después que los siete truenos hablaron, iba yo a escribir, cuando oí una voz del cielo que decía: ``Sella las cosas que los siete truenos han dicho y no las escribas."
Entonces ellos oyeron una gran voz del cielo que les decía: ``Suban acá." Y subieron al cielo en la nube, y sus enemigos los vieron.
Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: ``Ahora ha venido la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de Su Cristo (el Mesías), porque el acusador de nuestros hermanos, el que los acusa delante de nuestro Dios día y noche, ha sido arrojado.
que decía a gran voz: ``Teman (Reverencien) a Dios y den a El gloria, porque la hora de Su juicio ha llegado. Adoren al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas."
Entonces oí una voz del cielo que decía: ``Escribe: `Bienaventurados los muertos que de aquí en adelante mueren en el Señor.'" ``Sí," dice el Espíritu, ``para que descansen de sus trabajos, porque sus obras van con ellos."
Oí entonces una gran voz que desde el templo decía a los siete ángeles: ``Vayan y derramen en la tierra las siete copas del furor de Dios."
Oí al ángel de las aguas, que decía: ``Justo eres Tú, el que eres, y el que eras, oh Santo, porque has juzgado estas cosas;
También oí al altar, que decía: ``Sí, oh Señor Dios Todopoderoso, verdaderos y justos son Tus juicios."
El séptimo {ángel} derramó su copa en el aire. Una gran voz salió del templo, del trono, que decía: ``Hecho está."
Y oí otra voz del cielo que decía: ``Salgan de ella, pueblo mío, para que no participen de sus pecados y para que no reciban de sus plagas.
Después de esto oí como una gran voz de una gran multitud en el cielo, que decía: `` ¡Aleluya! La salvación y la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios,
Y del trono salió una voz que decía: ``Alaben ustedes a nuestro Dios, todos ustedes Sus siervos, Los que Le temen, los pequeños y los grandes."
Oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas y como el sonido de fuertes truenos, que decía: `` ¡Aleluya! Porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina.
Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: ``El tabernáculo de Dios está entre los hombres, y El habitará entre ellos y ellos serán Su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos.