'Del' en la Biblia
Gracia sea a vosotros, y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él, en amor,
que en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, había de reunir todas las cosas en Cristo, así las que están en el cielo, como las que están en la tierra, aun en Él.
y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fortaleza,
en los cuales anduvisteis en otro tiempo, conforme a la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia;
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
que los gentiles sean coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de su promesa en Cristo por el evangelio,
del cual yo fui hecho ministro según el don de la gracia de Dios dado a mí por la operación de su poder.
y de aclarar a todos cuál es la comunión del misterio escondido desde el principio del mundo en Dios, que creó todas las cosas por Jesucristo;
Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno del llamamiento con que sois llamados;
solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
Pero a cada uno de nosotros es dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.
a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo;
hasta que todos lleguemos en la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error.
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a las concupiscencias engañosas;
y vestíos del nuevo hombre, que es creado según Dios, en justicia y en santidad verdadera.
(porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad),
Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
Y no os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; mas sed llenos del Espíritu;
Porque el marido es cabeza de la esposa, así como Cristo es cabeza de la iglesia; y Él es el Salvador del cuerpo.
para santificarla limpiándola en el lavamiento del agua por la palabra,
Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos; sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
sabiendo que el bien que cada uno hiciere, esto recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo;
y calzados vuestros pies con el apresto del evangelio de paz.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno;
y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
y por mí, para que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio;
Paz sea a los hermanos, y amor con fe, de Dios el Padre, y del Señor Jesucristo.
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