'Dos' en la Biblia
En la cámara de los vasos al occidente, cuatro al camino, y dos en la cámara.
Y sus hermanos, hombres valientes, eran dos mil y setecientos, cabezas de familias, los cuales el rey David constituyó sobre los Rubenitas, Gaditas, y sobre la media tribu de Manasés, para todas las cosas de Dios, y los negocios del rey.
Y comenzó á edificar en el mes segundo, á dos del mes, en el cuarto año de su reinado.
Y dentro del lugar santísimo hizo dos querubines de forma de niños, los cuales cubrieron de oro.
Delante de la casa hizo dos columnas de treinta y cinco codos de longitud, con sus capiteles encima, de cinco codos.
Y debajo de él había figuras de bueyes que lo circundaban, diez en cada codo todo alrededor: eran dos órdenes de bueyes fundidos juntamente con el mar.
Dos columnas, y los cordones, los capiteles sobre las cabezas de las dos columnas, y dos redes para cubrir las dos bolas de los capiteles que estaban encima de las columnas;
Cuatrocientas granadas en las dos redecillas, dos órdenes de granadas en cada redecilla, para que cubriesen las dos bolas de los capiteles que estaban encima de las columnas.
En el arca no había sino las dos tablas que Moisés había puesto en Horeb, con las cuales Jehová había hecho alianza con los hijos de Israel, después que salieron de Egipto.
Y ofreció el rey Salomón en sacrificio veinte y dos mil bueyes, y ciento y veinte mil ovejas; y así dedicaron la casa de Dios el rey y todo el pueblo.
Y había seis gradas al trono, con un estrado de oro al mismo, y brazos de la una parte y de la otra al lugar del asiento, y dos leones que estaban junto á los brazos.
Cuando comenzó á reinar era de treinta y dos años, y reinó ocho años en Jerusalem.
Y aconteció que, pasando un día tras otro, al fin, al cabo de dos años, las entrañas se le salieron con la enfermedad, muriendo así de enfermedad muy penosa. Y no le hizo quema su pueblo, como las había hecho á sus padres.
Cuando comenzó á reinar era de treinta y dos años, y reinó en Jerusalem ocho años; y fuése sin ser deseado. Y sepultáronlo en la ciudad de David, mas no en los sepulcros de los reyes.
Cuando Ochôzías comenzó á reinar era de cuarenta y dos años, y reinó un año en Jerusalem. El nombre de su madre fué Athalía, hija de Omri.
Y tomó para él Joiada dos mujeres; y engendró hijos é hijas.
De diez y seis años era Uzzías cuando comenzó á reinar, y cincuenta y dos años reinó en Jerusalem. El nombre de su madre fué Jechôlía, de Jerusalem.
Todo el número de los jefes de familias, valientes y esforzados, era dos mil y seiscientos.
Edificó asimismo altares á todo el ejército de los cielos en los dos atrios de la casa de Jehová.
De veinte y dos años era Amón cuando comenzo á reinar, y dos años reinó en Jerusalem.
También sus príncipes ofrecieron con liberalidad al pueblo, y á los sacerdotes y Levitas. Hilcías, Zachârías y Jehiel, príncipes de la casa de Dios, dieron á los sacerdotes para hacer la pascua dos mil seiscientas ovejas, y trescientos bueyes.
Los hijos de Paros, dos mil ciento setenta y dos;
Los hijos de Sephatías, trescientos setenta y dos;
Los hijos de Pahath-moab, de los hijos de Josué y de Joab, dos mil ochocientos y doce;
Los hijos de Bani, seiscientos cuarenta y dos;
Los hijos de Azgad, mil doscientos veinte y dos;
Los hijos de Bigvai, dos mil cincuenta y seis;
Los hijos de Asmeveth, cuarenta y dos;
Los varones de Michmas, ciento veinte y dos;
Los hijos de Immer, mil cincuenta y dos;
Todos los Nethineos, é hijos de los siervos de Salomón, trescientos noventa y dos.
Los hijos de Delaía, los hijos de Tobías, los hijos de Necoda, seiscientos cincuenta y dos.
Toda la congregación, unida como un solo hombre, era de cuarenta y dos mil trescientos y sesenta,
Además veinte tazones de oro, de mil dracmas; y dos vasos de metal limpio muy bueno, preciados como el oro.
Mas el pueblo es mucho, y el tiempo lluvioso, y no hay fuerza para estar en la calle: ni la obra es de un día ni de dos, porque somos muchos los que hemos prevaricado en este negocio.
También desde el día que me mandó el rey que fuese gobernador de ellos en la tierra de Judá, desde el año veinte del rey Artajerjes hasta el año treinta y dos, doce años, ni yo ni mis hermanos comimos el pan del gobernador.
Acabóse pues el muro el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días.
Los hijos de Paros, dos mil ciento setenta y dos;
Los hijos de Sephatías, trescientos setenta y dos;
Los hijos de Ara, seiscientos cincuenta y dos;
Los hijos de Pahath-moab, de los hijos de Jesuá y de Joab, dos mil ochocientos dieciocho;
Los hijos de Azgad, dos mil seiscientos veintidós;
Los hijos de Bigvai, dos mil sesenta y siete;
Los varones de Beth-azmaveth, cuarenta y dos;
Los varones de la otra Nebo, cincuenta y dos;
Los hijos de Immer, mil cincuenta y dos;
Todos los Nethineos, é hijos de los siervos de Salomón, trescientos noventa y dos.
Los hijos de Delaía, los hijos de Tobías, los hijos de Necoda, seiscientos cuarenta y dos.
La congregación toda junta era de cuarenta y dos mil trescientos y sesenta,
Y de los príncipes de las familias dieron para el tesoro de la obra, veinte mil dracmas de oro, y dos mil y doscientas libras de plata.
Y lo que dió el resto del pueblo fué veinte mil dracmas de oro, y dos mil libras de plata, y sesenta y siete vestiduras sacerdotales.
Y sus hermanos, príncipes de familias, doscientos cuarenta y dos: y Amasai hijo de Azarael, hijo de Azai, hijo de Mesillemoth, hijo de Immer,
Y los porteros, Accub, Talmón, y sus hermanos, guardas en las puertas, ciento setenta y dos.
Hice luego subir á los príncipes de Judá sobre el muro, y puse dos coros grandes que fueron en procesión: el uno á la mano derecha sobre el muro hacia la puerta del Muladar.
Pararon luego los dos coros en la casa de Dios; y yo, y la mitad de los magistrados conmigo;
Mas á todo esto, yo no estaba en Jerusalem; porque el año treinta y dos de Artajerjes rey de Babilonia, vine al rey; y al cabo de días fuí enviado del rey.
Y quedáronse fuera de Jerusalem una y dos veces los negociantes, y los que vendían toda especie de mercancía.
En aquellos días, estando Mardochêo sentado á la puerta del rey, enojáronse Bigthán y Teres, dos eunucos del rey, de la guardia de la puerta, y procuraban poner mano en el rey Assuero.
Y hallóse escrito que Mardochêo había denunciado de Bigthan y de Teres, dos eunucos del rey, de la guarda de la puerta, que habían procurado meter mano en el rey Assuero.
Establecieron y tomaron los Judíos sobre sí, y sobre su simiente, y sobre todos los allegados á ellos, y no será traspasado, el celebrar estos dos días según está escrito en orden á ellos, y conforme á su tiempo cada un año;
Y que estos dos días serían en memoria, y celebrados en todas las naciones, y familias, y provincias, y ciudades. Estos días de Purim no pasarán de entre los Judíos, y la memoria de ellos no cesará de su simiente.
A lo menos dos cosas no hagas conmigo; Entonces no me esconderé de tu rostro:
Sin embargo, en una ó en dos maneras habla Dios; Mas el hombre no entiende.
Una vez hablé, y no responderé: Aun dos veces, mas no tornaré á hablar.
Y aconteció que después que habló Jehová estas palabras á Job, Jehová dijo á Eliphaz Temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros: porque no habéis hablado por mí lo recto, como mi siervo Job.
Una vez habló Dios; Dos veces he oído esto: Que de Dios es la fortaleza.
Ensalzamientos de Dios modularán en sus gargantas. Y espadas de dos filos habrá en sus manos;
Mas su fin es amargo como el ajenjo, Agudo como cuchillo de dos filos.
El que justifica al impío, y el que condena al justo, Ambos á dos son abominación á Jehová.
Dos cosas te he demandado; No me las niegues antes que muera.
La sanguijuela tiene dos hijas que se llaman, Trae, trae. Tres cosas hay que nunca se hartan; Aun la cuarta nunca dice, Basta:
Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo.
También si dos durmieren juntos, se calentarán; mas ¿cómo se calentará uno solo?
Y si alguno prevaleciere contra el uno, dos estarán contra él; y cordón de tres dobleces no presto se rompe.
Porque si viviere aquel mil años dos veces, si no ha gozado del bien, cierto todos van á un lugar.
Por la mañana siembra tu simiente, y á la tarde no dejes reposar tu mano: porque tú no sabes cuál es lo mejor, si esto ó lo otro, ó si ambas á dos cosas son buenas.
Tus dos pechos, como dos cabritos mellizos de gama, Que son apacentados entre azucenas.
Tórnate, tórnate, oh Sulamita; Tórnate, tórnate, y te miraremos. ¿Qué veréis en la Sulamita? Como la reunión de dos campamentos.
Tus dos pechos, como dos cabritos Mellizos de gama.
Y encima de él estaban serafines: cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, y con dos cubrían sus pies, y con dos volaban.
Y dile: Guarda, y repósate; no temas, ni se enternezca tu corazón á causa de estos dos cabos de tizón que humean, por el furor de la ira de Rezín y del Siro, y del hijo de Remalías.
Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra que tú aborreces será dejada de sus dos reyes.
Y acontecerá en aquel tiempo, que críe un hombre una vaca y dos ovejas;
Entonces él será por santuario; mas á las dos casas de Israel por piedra para tropezar, y por tropezadero para caer, y por lazo y por red al morador de Jerusalem.
Y quedarán en él rebuscos, como cuando sacuden el aceituno, dos ó tres granos en la punta del ramo, cuatro ó cinco en sus ramas fructíferas, dice Jehová Dios de Israel.
E hicisteis foso entre los dos muros con las aguas de la pesquera vieja: y no tuvisteis respeto al que la hizo, ni mirasteis de lejos al que la labró.
Ahora pues yo te ruego que des rehenes al rey de Asiria mi señor, y yo te daré dos mil caballos, si pudieres tú dar caballeros que cabalguen sobre ellos.
Estas dos cosas te vendrán de repente en un mismo día, orfandad y viudez: en toda su perfección vendrán sobre ti, por la multitud de tus adivinanzas, y por la copia de tus muchos agüeros.
Estas dos cosas te han acaecido; ¿quién se dolerá de ti? asolamiento y quebrantamiento, hambre y espada. ¿Quién te consolará?
Porque dos males ha hecho mi pueblo: dejáronme á mí, fuente de agua viva, por cavar para sí cisternas, cisternas rotas que no detienen aguas.
Convertíos, hijos rebeldes, dice Jehová, porque yo soy vuestro esposo: y os tomaré uno de una ciudad, y dos de una familia, y os introduciré en Sión;
MOSTROME Jehová, y he aquí dos cestas de higos puestas delante del templo de Jehová, después de haber trasportado Nabucodonosor rey de Babilonia á Jechônías hijo de Joacim, rey de Judá, y á los príncipes de Judá, y á los oficiales y herreros de Jerusalem,
Dentro de dos años de días tornaré á este lugar todos los vasos de la casa de Jehová, que Nabucodonosor, rey de Babilonia, llevó de este lugar para meterlos en Babilonia;
Y habló Hananías en presencia de todo el pueblo, diciendo: Así ha dicho Jehová: De esta manera quebraré el yugo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, del cuello de todas las gentes dentro de dos años de días. Y fuése Jeremías su camino.
¿No has echado de ver lo que habla este pueblo diciendo: Dos familias que Jehová escogiera ha desechado? y han tenido en poco mi pueblo, hasta no tenerlos más por nación.
Y entregaré á los hombres que traspasaron mi pacto, que no han llevado á efecto las palabras del pacto que celebraron en mi presencia dividiendo en dos partes el becerro y pasando por medio de ellas:
Y fué que viéndolos Sedechîas, rey de Judá, y todos los hombres de guerra, huyeron, y saliéronse de noche de la ciudad por el camino de la huerta del rey, por la puerta entre los dos muros: y salió el rey por el camino del desierto.
Y fué entrada la ciudad, y todos los hombres de guerra huyeron, y saliéronse de la ciudad de noche por el camino de postigo de entre los dos muros, que había cerca del jardín del rey, y fuéronse por el camino del desierto, estando aún los Caldeos junto á
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